Archivo por días: 29 de agosto de 2008

Muchos años lo pienso, pero no termino de aplicarlo. Todos los años tenemos el lío montado con la logística de la ropa sanferminera. Me refiero a la ropa sucia.

En los primeros tiempos, la mayor preocupación consistía en recogerse los bajos del pantalón en un par de vueltas del dobladillo para evitar la exposición de la tela a la mugre del suelo de las calles. Esto es francamente asombroso, ya que preferimos exponer a la zolda nuestra propia piel…, nosotros mismos. El resto lo hacían esos duendes llamados «madres», de modo que cada vez que nos despertábamos ahí estaba la ropa en la silla, inmaculada.

Luego, con la independización, llegaban los trucos como el de poner los pantalones a remojo en cocacola al llegar a casa. Lo siento mucho, pero una bebida que sabe a jarabe, tiene color negro, quita manchas de la ropa, estriñe, sirve como desatascante y reemplaza al tres en uno, no puede ser sana (de hecho, ¿no se habrán inventado todos estos usos alternativos para seguir vendiendo?).

Finalmente, el uso del quitamanchas apuntando el frusfrus directamente a las zonas más afectadas para luego meter a la lavadora, es la escena más repetida en cada regreso a casa sanferminero. Y si hace falta dos pasadas, se pasan.

Pues bien, semos gilipollas. Con la proliferación de grandes superficies, chinos, y demás mercaderes, conseguir hoy un pantalón blanco para fiestas es muy fácil, y sobre todo, muy barato. Así, bastaría con un presupuesto de 100 euros para hacerse con una flota de 9 ó 10 pantalones igualitos, y cada día ir de estreno, y en cada vuelta a casa olvidarse de los malditos pantalones.

Ya sé, ya sé, que estamos en crisis y que 100 euros es el copón, pero si lo pensamos bien, ¿no sacrificaríamos un cubata al día a cambio de no tener que lavar la mierda de pantalones en todas las fiestas?

Aviso a navegantes: si os ha gustado la idea os sugiero que de los 9 pantalones, 7 sean de una talla y dos de la siguiente, que nos conocemos y sabemos de los problemas del día 13 y 14 para cerrarse el botón.

Ah, y que conste que no me dedico al textil y que no voy a cobrar comisión por el aumento de ventas de Alonso o como se llame, malpensaos.