Archivo por días: 12 de septiembre de 2008


Solución en andanada 10

Partamos de la base de que nadie va a los toros dispuesto a matar a alguien a base de tirar bodoques de hielo, cubos, perolas, melones, o lo que se tercie. Sin embargo, llega el momento y lo tira, en un momento de inconsciencia. Esa inconsciencia puede deberse a dos causas: el ababol está hasta las orejas de alcohol u otras sustancias, o bien quiere demostrar al grupo que a él se la suda todo y que pa chulo mi pirulo.

Por tanto una de las dos caras de la labor preventiva, concretamente la educativa, es muy difícil que funcione, ya que hablamos de momentos de incosciencia. Si al mamarracho le preguntas antes de la corrida si su intención es tirar algo peligroso de andanada al tendido te dirá que no, y además sinceramente.

La otra cara de esa labor preventiva sería la restrictiva en los accesos: no se podría acceder en mal estado, ni con objetos arrojadizos. Esto es lo que hubo que implantar en los estadios de fútbol, en su momento parecía impensable, y ahora es la norma. Esta labor sería responsabilidad directa de la Meca y de quien lleva la seguridad dentro de la plaza, usease, los foralines. Sin embargo, seguro que nadie estamos dispuestos a que no nos dejen pasar con nuestro caldero de abadejo y nuestra nevera con el mol. Se acabaría la gracia de las corridas, así de claro.

Así pues, sólo queda la otra labor, más desagradable y polémica, que es la labor represiva. Ya, ya, ya sé que la palabreja suena muy mal y alguno ya estará pensando que soy un franquista antediluviano. Pero la cosa está clara, no queda otra posibilidad. Castigo al culpable. ¿Qué castigo? Yo lo tengo claro: 6.000 euros por el simple hecho de lanzar algo. ¿Que es desproporcionado? Ah, pues no tires nada. A tocar el bolsillo, que es lo único que jode. Es más, recomiendo a la Meca que para el año que viene anuncie la medida a bombo y platillo y que el primer día utilice dos conejillos de indias contratados para tirar un simple hueso de aceituna y soportar la sanción de un kilo con bien de repercusión mediática (los vándalos de pega deberían ser de alguna aldea por lo menos del Algarve para evitar que pueda desenmascararse el engaño).

Y, ¿cómo descubrir al culpable? Pues muy sencillo, aunque nos empeñemos en que no es así: cámaras de vídeo que no dejen un metro cuadrado sin cubrir y personal visionando en monitores encargado de identificar los lanzamientos que se produzcan. Obviamente, a por el señalado iría la policía foral. Esto es muy fácil de hacer. A mi cuñao lo expulsó la policía nacional del Sadar en el Osasuna-Hamburgo porque le habían calado con los vídeos echando un trago de la bota. Manda cojones. Le quitaron la tarjeta de socio y estuvo en el furgón policial hasta que terminó el partido. O sea que se puede.

Mientras tanto, la pasividad de la Meca y de los que tienen las competencias de seguridad dentro de la plaza es una temeridad. Amigos de andanada, no entiendo que la Meca o los forales hagan los remolones en este tema. Lo digo porque si un día hay una desgracia, la responsabilidad que deberían afrontar por el flagrante incumplimiento de la ley de espectáculos permitiendo que entremos como entramos y con lo que entramos, tiene que ser la leche.

Enfín, os deseo suerte en vuestros intentos. Y aquí estamos para lo que se pueda, en nuestra calidad de afectados en potencia (nuestro hueco está en tendido de sol).