El relevo generacional 4
Algunos consideran a las Peñas asociaciones un tanto anacrónicas en la Pamplona actual, dada la edad media de sus miembros. Espectadores de la Plaza de Toros se quejan de que las txarangas lleven veinte años tocando las mismas canciones durante las corridas, que abunden los cuarentones en los tendidos de sol o que la composición de las Juntas directivas apenas varíe en el tiempo.
[simage=37,512,y,left] También hay otros que no le ven la gracia a andar llevando una pancarta de bar en bar, mientras bailas canciones del año Mari Castaña y bebes sin descanso. Posiblemente no lo consideren moderno.
Por otra parte es cierto que no siempre es fácil cubrir todos los turnos de barra y que muchas veces faltan voluntarios que quieran llevar la pesada pancarta.
Pero todos estos críticos se quedan en la superficie. Hoy en día, aparte de la visibilidad aparatosa de los Sanfermines, las peñas son asociaciones culturales, lúdicas, deportivas y gastronómicas que suponen una luminosa alternativa crítica a la cultura gris, uniforme e hiperdirigida de las actuales administraciones públicas.
Los jóvenes se integran en las peñas cada año en mayor número, tanto chicos como chicas. Esta juventud organiza y protagoniza actividades y llena los comedores. Pero sin duda son, en su gran mayoría, gente a la que sus padres no les llevaba a Salou el 5 de julio, gente que ha visto los gigantes en los hombros de sus padres y se han refugiado entre las piernas de sus madres cuando les perseguía Caravinagre. Y han bailado contentos y orgullosos con su Peña txiki.
A lo sumo, tal vez se eche en falta una mayor presencia suya en el escaparate público que suponen los Sanfermines así como su participación en las Juntas directivas.
Pero ya les llegará el momento.
Ahora, que disfruten.