El apartado 6
A uno le gustan los toros, que le vamos a hacer, y toda la liturgia que los rodea, así que sentía curiosidad por asistir a uno de los actos taurinos por excelencia, el apartado de los toros.
El apartado de los toros, que se celebra todos los días de corrida a las 13:00, consiste básicamente en separar cada uno de los toros de la corrida de la tarde, para ello los mozos de espada de los matadores que los lidiarán establecen tres lotes de dos toros en los que se compensan las características de cada toro, acto seguido se anotan los números de los toros que conforman cada lote en papel de fumar y se introducen en el sombrero del mayoral y se adjudican a los toreros según se extraen respetando el orden de antigüedad. A continuación se realiza el apartado propiamente dicho separando a cada toro en un chiquero individual donde permanecerá hasta la corrida.
Esto que he descrito en el párrafo anterior es el apartado, pero en Pamplona, el apartado se ha convertido en un acto social en el que se mezcla el mundo del toro con el mundo social de Pamplona y provincia en el que hay mucha gente que únicamente va para dejarse ver sin que le importe demasiado el acto que se está llevando a cabo. Esto ha desembocado en una afluencia de gente tal que, condicionado, además, por el propio espacio en el que se desarrolla el acto, el que quiera ver toro no le queda más remedio que buscar entre las fotos de la prensa local.
Como a uno no le va lo de ir a un evento para dejarse ver, si no para disfrutar del mismo y, por supuesto y en este caso, ver toro, siempre había escuchado que el día ideal era el día 6 de Julio por razones obvias, la gente está disfrutando por el comienzo de las fiestas y casi nadie se le ocurre pasarse por la Plaza de Toros. Pero desde que Pablo Hermoso de Mendoza con sus indiscutibles méritos consolidase la corrida del día 6 como corrida de rejones, la Meca decidió trasladar la novillada al día 5. Esto ha permitido que haya una corrida y por ende un apartado en la víspera de la víspera, dia de locura colectiva en Pamplona, por lo que hace ya un par de años aproveché esta fecha para cumplir con este acto taurino, sin ningún agobio, en familia, sin «ver» a nadie y sin dejarte «ver» y, por supuesto, «viendo» a los protagonistas del acto sin ningún problema. Otra cosa es el precio de las entradas, que me pareció excesivo, pero es lo que hay.