Archivo por días: 22 de enero de 2009


Esos kilitos de más 5

Ando preocupado estos días. No consigo desembarazarme del exceso de equipaje obtenido en Navidades. El corderico, los mazapanes y turrones, las cenas con la gente del trabajo o la cuadrilla, las tardes de vinos y pintxos o los cubatas de Nochevieja han redondeado aún más mi figura.

Y claro, mi asombro supera límites cuando veo que, del 6 al 14 de julio, como y bebo mucho más, y no sufro estos efectos colaterales, sobre todo en los laterales de mi cintura.

Aunque trasnocho, en Sanfermines procuro levantarme relativamente pronto. Aunque no me haya planificado oficialmente un almuerzo, me suelo pasar por la Peña y siempre alguien me obliga a sentarme. Y no se trata solamente de huevos con patatas y jamón, divinos ellos, sino que muchos días cae ajoarriero, o albóndigas o callos, por citar un par de ejemplos. Obviamente, con abundancia de vino y café (nada de leche descremada, claro) y copica.

Luego toca aperitivo. De sobra es conocido que el martini o la cerveza entran mucho mejor con gambas, croquetas o rabas, productos absolutamente hipocalóricos, como todo el mundo sabe.

Lo más probable es que luego hayas quedado para comer. Una buena ensalada siempre cura la conciencia, aunque sabe mucho más rica acompañada de un revuelto de hongos y un chuletón. Más vino y otra copa, claro, y café con su leche entera.

Un par de patxaranes entran cojonudamente antes de los toros y, ya en la plaza, la sangría es un buen caldo para empujar langostinos, encurtidos y otros aperitivos que entran fenomenal durante la lidia de los tres primeros.

Luego hay que merendar, y quiera Dios que no te coincida el menú con el del almuerzo, pero siempre es posible que repitas los callos, los menudicos o el estofado de la mañana. En el quinto, un poco de dulce entra bien: tartas, pastelitos y pastas circulan con alegría.

A la salida, no hay nada más refrescante que unos katxis de cerveza compartidos con la cuadrilla. Luego alguien propone ir a cenar; como no tenemos mucha hambre, con un bocata bastará: bien de pan con txistorra o lomo grasiento y, si tienes suerte, otro cafetico con leche para asentar.

 Y en la vorágine nocturna, coca cola a mansalva mezclada con los más variopintos licores. Antes de ir a la cama, los churros son mano de santo.

Llega el 15 de julio y he adelgazado.

¿Cómo es posible? Doctor, ¿por qué en enero esto no me pasa?