El bajonazo 4
Según el diccionario de la Real Academia de la lengua, el término «bajonazo» tiene dos acepciones y ambas tiene su hueco en Sanfemín. Empezaremos por la seguna, la taurina, en la que el diccionario nos indica que es un término despectivo cuyo significado es «Estocada excesivamente baja». Esto es algo que se da todos los años en la plaza de toros en mayor o menor medida, en función de la habilidad de los maestros, tal y como puede comprobar todo el mundo que acude a la plaza de toros y preste un mínimo de atención o todo aquel que atienda a los diferentes medios de comunicación que nos informan de lo acontecido durante la Feria del Toro.
La otra acepción es más física y se suele dar, más o menos, allá por donde los días comienzan a tener dos dígitos. Según el diccionario el término en su primera acepción significa «Bajón en la salud, caudal, facultades, etc.» (en el etc., como cabe todo, incluimos también el monetario). Cada cual lo sufre a su manera, en función de su condición física, el desgaste que haya acumulado en los primeros días, etc. Es el típico día en el que hagas lo que hagas, no encuentras el punto, el sueño te vence, no te entra nada…, así que lo que se impone es dar por perdida esa batalla y realizar una retirada a tiempo con la que dar a nuestro cuerpo una oportunidad para regenerarse y abordar con furia el segundo tramo de las fiestas y poder ganar definitivamente la guerra. Personalmente lo he padecido todos los años y la verdad es que todo el mundo que conozco también lo sufre.
Algunos de los que huyen a Salou y Zarauz no lo sufren así, de forma tan física, pero sí que se les da cuando se juntan para ver el Txupinazo por la tele y juran que el año que viene se quedarán en Pamplona (que fácil es decirlo e incluso jurarlo, pero al año siguiente vuelven a tropezar en la misma piedra y siguen peleando y madrugando por coger un buen sitio en primera línea de playa para luego aparcarse en el chiringuito, con Georgie Dann).