Otro peldaño 2
Esta semana hemos subido un nuevo peldaño de la escalera sanferminera. Mientras redacto estas líneas, me encuentro lamiendo las heridas que dejan estas cenas de entre semana.
Al salir de casa, por lo Viejo se notaba un ambientillo especial. Saludabas a gente, que andaba de potes, y sus respuestas eran unánimes: «luego cenica, ¡ya falta menos!»
Antes de cenar tomé un par de cervecillas, a modo de aperitivo. Los comentarios con aquellos a los que no había visto desde la de febrero eran recurrentes: la reacción de Osasuna.
Nos sentamos a cenar: unos chorizos a la sidra (divinos, pero vaya noche me han hecho pasar), ensaladilla y pato. Todo bien regado con vino y las inevitables interrupciones para cantar el 1 de enero, hasta llegar a marzo, brindis y trago.
Tras el postre, el café y el patxaran. La tertulia, aderezada con las viejas anécdotas sanfermineras que no por conocidas nos hacen menos gracia, se alargó hasta entrada la madrugada.
Con pena y ganas de seguir, cada uno se marchó a su casa.
Ayer cada uno sobrellevó el día como pudo, con déficit de sueño y cierto malestar físico, pero con la alegría de haber superado un nuevo hito en la cuenta atrás.
¡Y la de abril cae en sábado!
Y es que ya falta menos…