Archivo por meses: marzo 2009


¡Que bonito! 2

Aprovechando este buen tiempo que estamos disfrutando, he estado dando una vuelta por los montes que rodean la cuenca….

Concretamente hemos subido a Irulegui a ver los restos que quedan del castillo y de paso echarle un vistazo a la cuenca.

El día a sido precioso y si no habéis subido a este monte os lo recomiendo. Asciendes hasta unos 900 metros de altura y tienes un desnivel de unos 260 metros.

El ascenso es breve pero intenso e incluso hay una zona dónde han puesto unas escaleras rústicas (de troncos) para poder ascender de una forma más civilizada.

Efectivamente en la parte superior del monte están trabajando en restaurar, mejor dicho en desenterrar los restos del antiguo castillo de Irulegui, que se encargaba de defender nuestra cuenca de los posibles invasores castellanos, o aragoneses ya que hay unas buenas vistas del valle de Izagondoa, Pirineos etc.

Es la primera vez que lo subo, y a parte de haberlo subido con la familia y con unos buenos amigos, una de las cosas que más me ha sorprendido desde la cima es la preciosa vista que tenemos de nuestra Cuenca de Pamplona.

Al estar ahí arriba me he preguntado como se pueden ver los Sanfermines desde esta perspectiva.

Creo que los fuegos artificiales deben ser espectaculares, o cuando menos muy bonitos ya que se podrían ver desde esa altura toda la luminosidad sobre la ciudad y sobre toda la cuenca. Que bonito!.

La verdad es que la única experiencia que tengo de los fuegos artificiales a distancia fue en un viaje de regreso a Pamplona un viernes a eso de las 11 de la noche (después de salir de trabajar en Madrid) y desde el autobús a la altura del peaje de Imárcoain. Un poco triste pero pude disfrutar de algún día de sanfermin. Que bonito también!.


Leyendas urbanas sanfermineras 4

Los que nos jactamos de conocer nuestras fiestas en profundidad no podemos evitar media sonrisa cuando detectamos ciertas leyendas urbanas que rodean a los Sanfermines.

Empezaré por una que proliferó hará una docena de años, que afirmaba que se iba a producir un terremoto en nuestra ciudad durante las fiestas, con epicentro cercano a la Plaza de Toros y posiblemente a la hora de la corrida. Muchos videntes, mentalistas y similares apoyaron este presagio que, obviamente, no se produjo. Eso sí, algún avispado se forró con aquellas camisetas míticas del «YO SOBREVIVÍ AL TERREMOTO DE PAMPLONA».

Otra leyenda que circuló en el final de mi adolescencia consistía en que en Iruña se iba a celebrar una especie de concentración mundial de punkies y que iban a arrasar a la ciudad. Hubo amigos míos a los que sus padres se los llevaron al pueblo, al menos durante el fin de semana. No sé si por evitarles peligros o por ser fans de La Polla Records.

A mi juicio este tipo de leyendas son generadas por gente que se pira a Salou durante las fiestas, hecho que les produce tal amargura que intentan transmitirla a los que se quedan. Pero he descubierto recientemente que esto también es leyenda urbana: el que se marcha de Pamplona en Sanfermines es porque le da la real gana y le importa un comino lo que pase por aquí. Como mucho un pelín de nostalgia en el txupinazo o algún encierro.

Otro mito que me apasiona es el que sostiene que el toro que nos zampamos durante Sanfermines proviene de la Feria de Burgos. ¿Por qué de la de Burgos y no de la de Soria, por ejemplo?

Y para despedirme, una leyenda dedicada a algunos de los redactores de este blog: las australianas/californianas vienen a los Sanfermines deseosas de conocer jóvenes y apuestos navarros que les enseñen la esencia de la fiesta y otros secretos.

Si conocéis más u otras versiones, o incluso consideráis que alguna de las anteriores no es leyenda, os animo a que lo comentéis (y sobre todo en el caso de la última, que San Fermín os conserve la vista y el optimismo).


Toros y fuente 7

Como se nota que ya hemos subido el tercer escalón y cada vez huele un poco más a toro. Poco a poco se van sucediendo las noticias o artículos con temas referidos directa o indirectamente a los Sanfermines. Este es el caso de los dos temas que voy a comentar.

El primero es el artículo que publicó en su edición impresa Diario de Navarra y que se puede leer en la web del autor Feria del Toro. Os animo a leerlo, sobre todo si os gustan los toros y más los Miura. Su autor es Mariano Pascal del programa de radio de Onda Cero, Va por ustedes, y cuenta la visita que realizó recientemente a la finca Zahariche, donde pastan los afamados toros. Si habría que ponerle un pero al artículo es que no sea más largo, pero eso es defecto mío ya que me encanta todo lo referido a la crianza del toro bravo.

El segundo es la noticia aparecida el pasado martes en Diario de Navarra titulada «La fuente, piedra a piedra» en la que se da cuenta del desmontaje que se está realizando de la fuente de la Navarrería. Lo que no se aclara en la noticia es si estará repuesta para Sanfermines. La verdad es que aprovechando dicha circunstancia yo no comenzaría a montarla hasta el 15 de Julio y a ver que pasa con todos los que se tiran de la misma.


Destripadores 4

Vale, vale que presumimos de que los sanfermines son participativos para todo el mundo. Así es, y está claro que por eso se distinguen de muchas otras fiestas.

Eso no quita para que haya actividades en las que no queda más remedio que ser un mero espectador. Se nos pueden ocurrir muchos ejemplos, pero hay una que recomiendo ver por lo menos una vez en la vida.

Tiene lugar cada tarde de fiestas, y se da varias veces. Tantas como toros maten en la plaza.

Se trata del descuartizamiento de los bureles, que comienza en cuanto las mulillas descargan al bicho en el patio de caballos, y termina bastante antes de que llegue el siguiente ejemplar.

Tuve el privilegio de verlo un día que me despisté por los adentros, pero lo cierto es que si nada más terminar la corrida vas al patio de caballos, puedes verles en faena con el sexto de la tarde.

Espectacular.

Para empezar, la sala de desguaces está impecable cuando llega el toro. Nadie diría que hace unos minutos han terminado de trinchar un morlaco de 600 kilos. Parece casi un quirófano. Por supuesto, el toro anterior ya ha sido evacuado, no hay ni rastro. Y ahí están los destripadores con sus katiuskas, machetes en ristre, esperando que los mulilleros (Lekuona siempre en las astas) traigan la siguiente pieza.

Y cuando llega comienza el espectáculo. No hay palabras. La precisión de esta gente es directamente proporcional a mi desconocimiento, pero llama la atención lo certeros de los golpes que asestan con todo tipo de instrumental cortante.

Y lo que es mejor, en un visto y no visto, el toro, pesado ya en canal, sale certificado, dando lugar a la segunda parte del trabajo: esterilizar de nuevo la sala.

Y así varias veces cada tarde. Como digo, a mí me impresionó. Todos los años me propongo volver a verlo, pero luego se me olvida. Además, uno ya no tiene la movilidad de hace 15 años…


Carriquiri 6

Aunque un servidor tiene unos conocimientos bastante flojos del mundo del toro, me apetecía escribir unas líneas muy sencillas sobre ésta ganadería.

Haciendo un poco de historia, decir que el nombre de ésta ganadería viene del pamplonés Don Nazario Carriquiri, un hombre bastante singular por cierto, pues aparte de esta faceta como ganadero, que no es la principal aunque si la que más fama le dió, donde más se destacó fue en las de industrial y político.
El caso es que al buen Don Nazario, le dió por meterse en este mundillo, para lo cual allá por 1840 se asoció con Tadeo Guenduláin y partiendo de las reses que éste tenía y cruzándolas con sementales escogidos, parece que mejoró la casta original y dio origen al hierro Carriquiri.

Las descripciones de estos animales, que alcanzaron bastante notoriedad en la segunda mitad del siglo XIX, hablan de unos toros no demasiado grandes y de color rojizo, pero que debían tener una buena dosis de nervio y mala leche; tanta que parece que algunas de las principales figuras del toreo no querían saber nada de ponerse delante de estas fieras; siendo ésta una de las razones que, entre otras, llevan al declive de la ganadería al cambiar el siglo.

Lo que vino después fueron sucesivos cambios de propietarios, con lo cual desapareció el nombre y también hay que decir que la casta, ya que con cada cambio, se fueron cruzando con nuevas reses.

Así hasta el año 1988, en que Antonio Briones compra la vacada y recupera de nuevo el nombre, que probablemente sea lo único en común con el original, ya que no parece lógico pensar que los toros actuales tengan mucho que ver con los de Don Nazario.
Si tenéis curiosidad, le podéis echar un vistazo a la página web de la ganadería actual en Carriquiri.com donde hay alguna foto interesante, que creo nos puede dar una idea del aspecto que tenían estos toros en su tiempo.