Archivo por días: 1 de abril de 2009


El torero de Pamplona 10

Del mismo modo que se habla con propiedad del toro de Pamplona, reconociendo en él a aquellos toros con trapío, astifinos y de presentación impecable, voluminosos aunque no gordos, bravos y con peligro, es justo reconocer que Iruña gusta de un tipo de torero muy concreto.

La afición de esta ciudad se identifica con el torero valiente, acostumbrado a las corridas denominadas duras, muchas veces modesto y que acude a la Feria del Toro dispuesto a darlo todo por el triunfo.

Una de las razones de esta peculiaridad de nuestra plaza puede radicar en que el tipo de toro que gusta aquí pone en serios aprietos a las denominadas figuras que, confiadas en su arte y oficio, huyen de esta clase de ganado, que les dificulta el lucimiento y a los que buena parte de la plaza no presta atención.

En cambio, ese torero modesto, honrado, humilde y con hambre de triunfo, siempre halla hueco en nuestros corazones. De este modo, aquí alcanzaron gloria gente como Manili, Morenito de Maracay, Domingo Valderrama o El Fundi, que sin llegar a convertirse nunca en números uno del escalafón, ganaron aquí respeto gracias a su valor y su sangre. Otros, con méritos similares, sí llegaron a figuras, como Ruiz Miguel, Pepín Liria o Espartaco.

Pero si hubo alguien que alcanzó en Pamplona categoría de ídolo durante muchos años, no fue, curiosamente, un matador.

Era subalterno, banderillero.

Vestido de plata.

Juan Luis de los Ríos.

El FORMIDABLE.