Archivo por días: 24 de junio de 2009


Relatos Sanfermineros, con la boca hecha agua. 2

Aqui incluímos los cuatro relatos faltantes de los 20 que fueron seleccionados en el I Certamen. Uno de ellos en su versión original y traducido. Que los disfrutéis, porque hasta después de fiestas no publicaremos más relatos, sino que volveremos a otros temas de actualidad sanferminera.

¿Y AHORA?……. ¡A LAS DIANAS!, de Magdalena Luna

¿Quieres venir a San Fermín? Piénsalo, tengo sitio.
Será especial, porque yo: Amo esa Fiesta.
Mes de Junio en Madrid. Los de “la secta”, así nos llama un amigo, ya no hablamos de otra cosa. ¿La culpable? ¡Mi Madre! 5 de Julio. Todos a Pamplona. ¿Amigos?, los que queráis, pondremos colchones. De las cenas, me ocupo yo. Ella, nos acoge a todos.
Con once años, agarrada de su mano, mis primeras Dianas, “La Pamplonesa” me conoce: niña, adolescente, madre…nos cruzamos las miradas, y sabemos lo que sentimos…
Noche de San Fermín, un año cualquiera. Las 6.30 a.m: ¿Y ahora?… ¡A las Dianas!
No os separéis, hay que cruzar el vallado. Seguro que salen por detrás. ¿Las oís? No, esa no es la Pamplonesa, corred, latigazo de emoción, y ya estamos. Brazos en alto y gargantas vibrando.
Vamos entrelazados. Levanto los ojos hacia el trozo de cielo que se ve entre las casas de la Parte Vieja. Me invade una sensación única e intensa: olor, temperatura, mi voz, la de todos…y los acordes de esa música querida rebotando contra las paredes que forman la calle… las caras iluminadas… otra vez, el Santo.
Los “nuevos”, nunca lo borrarán de sus recuerdos… Y repetirán.

MOMENTICO, de Jorge Urdánoz

Piernas entumecidas, el agua se encarama por el bajo de mis pantalones. Las manos fatigadas, marcadas por la fría talla de piedra.
Son ya muchos los minutos observando desde lo alto el continuo trasiego de gente. Me fijo en los pañuelos. Siempre hay quien lleva el escudo del revés, pero no, avisarle sería violento. Lentamente, las páginas de un periódico se suceden justo debajo. No puedo evitar echarle un vistazo, me ameniza la espera. El sol azota mi cabeza, retumba dentro, me hace lamentar la juerga de ayer y el no haber dormido.
Hay un gran revuelo. Entran corriendo detrás de un niño, precediendo el regio cortejo. Se suceden los ocho con su rigidez danzante mientras nos invaden los recuerdos de cuando éramos niños. Dejan lugar a la solemnidad. Banderas y cruces.
El tañido de las campanas le anuncia, ya está aquí. Entra en la plaza bajo un ensordecedor júbilo, los aplausos son su guía. Se detiene. Silencio sepulcral y comienza la jota. El corazón se acelera, sentimiento, emoción, un nudo en la garganta, respiración contenida… “¡Viva San Fermín! ¡¡VIVA!!”. Mientras la ciudad le despide, bajo y me alejo de la fuente.

EN LA PLAZA DEL CONSEJO, A LA DERECHA, de Iñaki Azcárate

Había cosas que nunca cambiaban, y el olor de la Calle Nueva la mañana del 7 de julio era una de ellas. Y tampoco cambiaba que, como cada año, llegaba tarde para coger un buen sitio en la Plaza del Consejo. Siempre había visto la Procesión desde allí, a la derecha del coro que cantaba la jota. No le gustaba llegar tarde, ya que le molestaba tremendamente aquellas personas que llegaban a última hora y se metían entre las primeras filas, con los niños sobre los hombros, quitándole la maravillosa perspectiva que desde allí tenía… y no quería ser uno de ellos. Iba a pasar calor. Con la resaca, el sol calentando sobre sus cabezas, la multitud… Pero todo aquello se esfumaba cuando empezaban a llegar los zaldikos y los cabezudos, los gigantes, las cofradías… y finalmente San Fermín. La jota siempre le sacaba alguna lágrima. Era inevitable, su momentico particular. Después, con la sensación del deber cumplido, unos pintxos en San Nicolás, donde aún había sombra, y a comer con los amigos. El año que viene volvería otra vez para, como siempre, chistar a los que aplaudían en mitad de la jota creyendo que había acabado. 

NOBOBODY PREPARED ME FOR THIS, de Olga Brajnovic

We arrived two days before the Fiesta began. I wasn’t specially excited with this part of our trip to Europe because of the wilderness they have told me about. But I was in minority. So there I was, waiting for the worst.

The 6th of July was like jump to a wild dream. The “Chupinazo”. I have never seen something like this in my life. I came home at night very late with my clothes covered of eggs, wine, flour, and who knows what else. We were so spoiled that we lost the first run of the bulls

The 7th I wake up before the rest and went out alone, just to catch up some fresh air. I found a mass of people clothed in white an red following a procession of San Fermin. People of all ages, and all of them extremely happy. I followed too. I saw some disguised men playing with the kids and eight wooden giants representing kings, with an structure that allowed a man be inside and make the giant walk and dance lightly like a feather carried away by the music. It was magic. I was crying. Nobody prepared me for this.
Nobody prepared me for this.

Traducción de éste último relato preparada por blogsanfermin.com

Llegamos dos días antes de que empezase la fiesta. Yo no estaba especialmente interesado en ésta parte de nuestro viaje por Europa, más que nada por todas las barbaridades que me habían contado. Pero estaba en minoría. Así que ahí estaba, preparado para lo peor.

El 6 de Julio fue como sumergirse en un sueño salvaje. El “Chupinazo”. No he visto nada así en mi vida. Llegué a casa de madrugada con la ropa cubierta de restos de huevos, vino, harina y quién sabe que más. Estábamos tan exhaustos que nos perdimos el primer encierro.

El día 7 me levanté antes que los demás y salí solo, con la simple intención de respirar algo de aire fresco. Me encontré con un numeroso grupo de gente vestida de blanco y rojo, que seguían en procesión a San Fermín. Gente de todas las edades y todos ellos parecían estar realmente felices. Yo también les seguí. Ví algunos hombres disfrazados jugando con los niños y ocho gigantes de Madera que representaban a reyes, con una estructura que permitía a una persona situarse en su interior y hacer que el gigante pudiera andar y bailar con la ligereza de una pluma que es arrastrada por la música. Fue simplemente mágico. Estaba llorando. Nadie me había preparado para esto.
Nadie me había preparado para esto