Sesenta años no son nada 10
Anda estas semanas la Peña Anaitasuna metida en jaleos onomásticos. Cumple sesenta años de historia. Y como reza el tópico, son sesenta años de historia viva, pues muchos de los que tuvieron la feliz idea de crear aquella peña todavía viven. Y lo cuentan, vaya si lo cuentan.
[simage=156,320,y,left] Cuentan cómo se ha pasado por la Perrera de la calle Jarauta, por la calle Mayor, por otros dos locales en la calle Jarauta y, desde hace unos años, por su ubicación actual de la calle San Francisco.
Desde los garrafones de tinto a granel y los cestos de mimbre repletos de barras de pan hasta los cubatas de primeras marcas y las meriendas de alta cocina, desde los antiguos DIMASUs hasta la plena integración de la mujer en la fiesta, la Peña ha evolucionado con la ciudad, sufriendo a sus munícipes la mayor parte de las veces.
Este año los medios de comunicación les prestarán mayor atención, a cuenta de aniversarios y demás, quedándose en lo folklórico, superficial y anecdótico, pero olvidando la esencia de hermandad, la sangre, la solidaridad y tantos otros valores que inundan la Peña Anaitasuna más allá de nueve días de juerga compartida al año.
Porque lo saben hasta en Guatemala.