Pilar Rahola y el triunfo del amor 6
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Tranquilos hijos míos, no os habéis confundido de bitácora, ni el gúguel os ha jugado una mala pasada. Estáis en blogsanfermin.com, y hoy vamos a conocer una de esas historias de amor que rompe todas las barreras y hace que te reconcilies con la vida.
Resulta que la polifacética Pilar Rahola, que saltó a la fama defendiendo los colores de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), es además ardiente defensora de los derechos de los animales. Tanto como para abanderar la lucha contra las corridas de toros.
Y claro, puestos a darle resonancia mediática al asunto, es más ventajoso utilizar los sanfermines que las fiestas de Bujaraloz.
Así, el 8 de julio de 2006, El País publicaba un ladrillo de Pilar, en el que se nos aparece como una de las mejores sinecdoquistas de la era contemporánea utilizando nuestra sinécdoque favorita. El tocho está trufado con afirmaciones como las que siguen:
– «…la fiesta de los sanfermines me parece bestia, triste y cruel, y no le veo otro atractivo que el que produce el ser humano cuando se vuelve primario.«
– «Ver cómo una decena de animales nobles, con su sensibilidad, su derecho a la vida y su fuerza, son forzados a correr por calles repletas de miles de personas que les chillan, les insultan, les tiran todo tipo de objetos, y los conducen a una muerte segura y brutal, ver ese espectáculo es ver el espectáculo de la miseria humana.«
-«La Navarra que yo amo no se acuerda de los sanfermines. Pero cuando los recuerda, llora.«
Muy bien Pilar. Es evidente que tienes un conocimiento bastante profundo sobre el encierro y su desarrollo. Y también se ve que dominas a la perfección nuestro miserable programa festivo repleto de brutalidades cavernícolas. Por lo tanto, es de comprender que sientas la necesidad de denunciarlo.
Tanta repulsión parece que debería invalidar cualquier atisbo de camaradería entre la Rahola y la recua de sanfermineros recalcitrantes que pueblan esos mundos de Dios. Pero… ¡hete aquí que va a ser que no! El amor, inexpugnable, se abre paso entre las dificultades y sale victorioso, uniendo en armonía y felicidad a Pilar y a Roberto, pamplonés a la sazón, y bárbaro, pues como ella misma reconoce en una entrevista concedida a Crónica de El Mundo en 2001, «A Roberto, como buen pamplonica, le gusta correr en los encierros de los Sanfermines.«
A ver si nos aclaramos Pilar, ¿no será más bien «como mal pamplonica»?