¡Ambientemos nuestros hogares! 13
La Tómbola, el vallado, los escaparates llenos de ropa blanca y roja, el CD de las peñas en el coche… todo se va ambientando, pero… ¿qué pasa en casa? ¿Hacemos algo por ambientar nuestra casa en la previa sanferminera?
Hoy os ofrezco un truco infalible. Lo descubrí de casualidad una vez que me fié del libro «En la cocina con Hilario» para hacer su receta titulada «Pollo al vino tinto» (más bien debió llamarse el libro «En la cocina con el hijo de la Hilaria»).
Resulta que, cortado el pollo en trozos, se sazona y se junta con panceta y champis, además de unas cebollitas, en una cazuela, dejando que se dore todo bien. Ahí mismo se añade coñac caliente y se quema, para añadir entonces el vino tinto y los ajos picados. Claro, el hijo de la Hilaria especifica previamente, cuando relaciona los ingredientes, que hay que usar ¡una botella de vino!. Obediente, la malgasté entera.
Se tapa el perol, y se deja chup chup durante media hora. Mientras, se derrite mantequilla con harina, y tras enfriarlas, se les añade el vino de la cocción, poniendo el brevaje a fuego fuerte y dejando cocer de nuevo tener lista la salsa.
Excuso reproducir la sugerencia de presentación, porque no pude llegar a realizarla.
Cuando a las pocas horas de haber preparado el guiso levanté la tapa de la perola……..
¡eso no olía a pollo!
¡eso no olía a vino!
¡eso no olía a panceta!
¡eso no olía a champis!
¡eso no olía a mantequilla!
¡no olía a toro!…..
¡¡¡¡OLÍA A SANFERMINES!!!!
Os voy a ahorrar la descripción del coloracho negruzco que presentaba el guiso, pero os aseguro que al destapar la olla, me vino una bocanada de olor callejero sanferminero inconfundible. Costó ventilar.
Ahora que lo pienso, igual deleito a mis compañeros de tendido este año con esta receta para merendar.