Archivo por meses: julio 2010


Mi vivencia – Tras el cohete 27

Y así pues, acabó el nuevo brindis en el salón de actos, y se dio comienzo al «ponte aquí y ponte allá» de las fotos, las cuales los 4 tratábamos de evitar, salvo la que era obligada y que salimos en los periódicos en la escalera, esa escalera que momentos antes la mirábamos con nerviosismo, que a mí no sé qué coño me pilla mirando, pero me pilla con un careto que…….., no parece ni que acabe de vivir un momento así…, y a mi mujer la pilla en el piso de arriba, viendo desde el balcón cómo salen los gaiteros y la Pamplonesa del Ayuntamiento, y es que, a decir verdad, acabé entendiendo el por qué desde protocolo nos insistieron en que l@s niñ@s menores de 10 años era mejor que no fueran, y es que el Ayuntamiento a esas horas ese día es una auténtica locura.

Acudimos una vez sacada la foto al Despacho de Alcaldía, ese despecho que me impresionó el día que nos recibió para comunicarnos lo de la medalla, pero esta vez no había papeles en la mesa, si no un montón de pañuelos de Pamplona 2016, los cuales estaba sin parar de colocar Yolanda a todo aquél que estaba en la fila, que llegaba hasta el pasillo, como si del cupón de la once se tratara…… Y una vez hecha la foto con ella allí, con los 5 de la Junta, más Caravinagre y el Alcalde, y tras colocarles el pañuelo a nuestras mujeres (nosotros llevábamos el conmemorativo de nuestro 150 aniversario, el cual era intocable, jejejeje) procedimos a irnos tímidamente y discretamente, dejando a Mari entre periodistas aún, después de terminar de beber unas copas de cava que ya empezaban a hacer algún pequeño efecto, sobre todo en nuestras mujeres, que ellas con eso de que no tenían que hacer nada no habían parado de beber y de no perder detalle (ya sabemos cómo son las mujeres, jejejejeje, ¡¡¡PERDÓN!!!!!).

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Salimos y nos mezclamos entre el gentío, que te das cuenta estando así de limpio tú, cómo te pones si entras a la plaza, o de cómo se pone la gente que es de fuera y que no conoce cómo hay que entrar a la plaza. A esa hora ya todo me daba igual, y comenzaba a cambiar el chip, y a dejar el protocolo que había llevado dentro, para adentrarme en la fiesta como uno más, como lo había hecho años atrás, y como espero hacerlo un montón de años más. Fiel a la cita, acudí con mi mujer y otro de la junta y su mujer, a donde cada 6 de Julio nos reunimos con la familia tras el chupinazo, al punto más alto de Iruña, donde la Calle Campana, que es allí donde nos esperaban nuestras niñas, mis padres, nuestra familia y nuestros allegados, mis compañeros de Comparsa, Iosu, Josean, Oscar, Josetxo, Iñigo, etc…., y cómo no, mis compañeros de faena Alfredo y David, y la gente al vernos no paraba de darnos la enhorabuena y de felicitarnos, y es entonces al llegar allá, cuando tras fundirnos en abrazos di comienzo a las alegrías desbordadas y a soltar la adrenalina que llevábamos dentro, y que debido al nerviosismo acumulado me había impedido poder transmitir.

Así pues, enlazaba a partir de ahora con la rutina normal del resto de años, y que de momento pasaba por comer algún bocata y estar a las 16:30 horas en el local para pasar revista y salir con La Comparsa, para poder sacar un año más a Toko-Toko a las 17:00 horas, el cual espera en el local, junto a sus compañeros de cartón piedra, ansioso con su nuevo traje, como si de verdad él supiera que está de estreno. Abrazar a mis compañeros, y poder abrazarlo a él y pasearlo por las calles como si de mi mejor amigo se tratara, y dándome cuenta entonces, que él ya lleva 150 sanfermines a sus espaldas, pero sin embargo él sólo no ha podido salir nunca, para eso hemos tenido que estar nosotros ( se ha calculado que unas 800 personas, más o menos han pasado en estos 150 años), porque no nos olvidemos, que ellos solos sin nosotros no son nada, y nosotros sin ellos aún somos menos, pero que juntos sí que somos, La COMPARSA DE PAMPLONA, aquélla en la que nadie tiene más protagonismo que nadie, y cada cual tiene su cometido, y la cual la forman las 25 figuras de cartón piedra, cada una con su historia, cada una con sus anécdotas, y cada una con su corazón, el de gente anónima que se funde en su interior, y que por un momento cree ser parte del personaje.

Con todo mi cariño,

Toko-Toko I


Mi vivencia – El momento (II) 14

– «¡Espera Mari espera!”, le dice desde atrás Marquínez, “¡que aún no son las 12:00 y no está preparado no sé quién…..!»,

– «¡ahora!!!!!, ¡habla ya ahora…!!!!! ¡ya, ya!!!!»,

– «¡¡¡¡¡Pamplonesas!!!!! ¡¡¡¡¡Pamploneses!!!!!…… ¡¡¡¡Viva San Fermín!!!!»

Nadie apenas contesta y se suceden los cantos típicos de ¡¡¡San Fermín, San Fermín!!! y ¡¡¡oeeee oe oe oeee…., oeeee!!!!! y es que nos damos cuenta de que nadie ha oído nada, ¡una vez más ha fallado la megafonía!!!!!!!!. ¡¿CÓMO ES POSIBLE QUE ANTE UN EVENTO DE ÉSTOS MUNDIALMENTE CONOCIDO Y RETRANSMITIDO FALLE LA MEGAFONÍA??????!!!!!!!!!, ¿alguien me lo puede explicar??????, esto sólo lo puedo comparar a aquella final de tenis (o semifinal, no sé qué era) en la que se puso otro himno en vez del de España…….., ¡es que manda narices!!!!!, ¿a nadie se le ha ocurrido probarlo antes a eso de las 11:00 para ver si funcionaba y haberlo dejado sólo en modo de off hasta las 12:00 sin tocar nada??????, yo es que aún no me lo creo, de verdad. Hasta Yolanda estuvo a punto de saltarse el protocolo y decirle a Mari «comienza de nuevo», pero ahí nadie dice ni mu, y nadie se salta nada, está todo premeditado y calculado, todo……, menos la megafonía……….. Así que le dicen:

– «¡¡¡espera Mari, espera!!!, ¡¡¡No!!!!, ¡¡¡continúa!!!!, ¡¡¡continúa!!!!!»

Y Mari, ante el desconcierto continúa con su

– «¡¡¡Iruñatarrok!!!!, ¡¡¡¡Gora San Fermín!!!!!» (uno se da cuenta entonces de que sus conocimientos de Euskera -los míos, no los de Mari- no son lo suficientemente ricos, y que aún habiendo empezado primero este año, -eskerrik asko Izaskun por la paciencia que tienes conmigo, jejejeje-, tengo que poner más interés, y que incluso nunca dejaré de aprender, cosa que me motiva, ya que yo pensaba que la palabra correcta era Irunsemes…..), y ahí sí que ya alguno tímidamente contestó, aunque os puedo asegurar que lo que se escucha ahí arriba no es ni por el forro lo que se escucha otros años desde abajo. A mí me dio rabia, porque creí por un momento que sería el año de poder renovar mi politono con la voz de Mari en vez de la de Palacios, pero tengo que reconocer que seguiré con la de Palacios, porque tal y como dije antes, para mí es quien más fuerza, entusiasmo y sentimiento le dedicó a tal honor que sólo unos pocos tienen. Pero la cosa ya estaba hecha, y tan sólo quedaba felicitar y abrazar a Mari, porque lo había hecho lo mejor que había podido, y mientras le abrazamos los unos y los otros, una marea de periodistas ya se lo lleva del sitio.

¡Y estalló la fiesta!!!!!, y la marea de gente en la plaza se notaba que se iba embruteciendo más, y haciéndose más rápidos los oleajes, y llegó el segundo cohete, y el tercero, y el cuarto, y entre tanto los nervios de «quién es el que lo tira después……» y por fin mi tan ansiado Quinto cohete, con pañuelo ya en el cuello, y haciéndome a la idea de que los sanfermines empiezan con el lanzamiento del mío (lo siento compañeros, me imagino que cada cual pensó lo mismo cuando lanzó el suyo, jejeje), así que cojo la mecha, pienso en los míos, en mi gente, en mis abuelos, en toda Iruña, a quien le dedico el cohete, pero cuando se enciende la mecha….., miro al cielo……, sigo el cohete……, pienso y digo……, ¡¡¡¡¡¡VA POR VOSOTROS!!!!!!, por los que no estáis y habéis pertenecido a esta Comparsa a lo largo de estos 150 años y que sin vosotros no habríamos podido llegar a donde hemos llegado (y que os aseguro que allá estaban viéndonos desde el cielo), por los que no están por que ya les llegó su hora natural, y por los que no están porque desgraciadamente la vida se los llevó antes de tiempo, en especial por dos personas, las dos con las que tuve el honor de poder compartir gigante, y con una de ellas que siempre me acordaré especialmente, ya que su marcha de esta vida me dejó el hueco para llevar el gigante desde 1999 (sí, fue en especial por vosotros dos, Blas Ríos, Fermín Sanado, allá donde estéis, siempre os llevaré en el recuerdo y sabéis de sobra que siempre os he dedicado los bailes especiales, al igual que os quería dedicar este cohete), desde entonces entendí lo que siente un jugador cuando le convocan a la selección por la lesión de otro, no es comparable, pero sí que se asemeja bastante a lo que puedes llegar a sentir, salvando las distancias entre una lesión y la muerte. Vuelvo a mirar el móvil, y compruebo que la llamada a Alfredo se cortó a las 11:59, ¡¡¡mierda de trastos!!!!!!!!, seguro que con tanta interferencia, seguridad, barridos de señales, etc., se jodió……., ¿no podía haber durado un minuto más????.

Pero volviendo ya a las alegrías del momento, empezaron a llevarnos al piso de abajo, para que Mari, en compañía de la Alcaldesa (qué mal suena lo de Alcaldesa, prefiero llamarle Yolanda), emulara de nuevo el grito del balcón con los asistentes al salón de actos y comenzáramos las celebraciones con las copas de cava, la cual por cierto, un servidor la tubo que simular con la mano, porque todo el mundo poseía copa menos yo, cosas del directo. Y llegó nuestra sorpresa, la de unos abanicos que regalamos a las 5 portavoces de los grupos políticos en el Ayuntamiento, con los gigantes pintados, algo único y de coleccionista, ya que sólo se hicieron 5 y el de la muestra (que como chisme os contaré que lo tuvimos que volver a regalar a una de las portavoces porque le robaron el suyo momentos después de hacerles el regalo, ¡qué descaro además!!!!, ¡delante de tanta policía!!!! y ¡tanto secreta…!!!!, ¡y en el propio Ayuntamiento!!!!, ¿a quién se le ocurre cometer un robo así????), y que quisimos que las portavoces los pudieran lucir el día 7 en la procesión.


Mi vivencia – El momento (I) 17

Nos suben ya al piso de arriba, y ahí ya sí que sólo subimos los 5 de la junta con su Presidente a la cabeza (que tiene mucha, por cierto, jejejeje), la mujer de éste (un beso Arantxa guapa), la madre de Mari, aquélla de la que tanto he oído hablar y que ahora mismo no me sale el nombre (la cual según tengo entendido fue la encargada durante mucho tiempo de coser los trajes de los gigantes y de los kilikis, cabezudos y zaldikos, de los que se hacían nuevos y de los que se arreglaban, al menos en los principios de Mari al frente de la Comparsa, otro beso para ella, que se le veía emocionada) y las 2 personas encargadas de ponerse a Caravinagre y al Alcalde. De ese piso ya no podemos bajar, ésa es la orden que recibimos ya en la habitación donde está el balcón, que miramos con recelo, pero yo no puedo más y le pido a mi tocayo de Caravinagre (tocayo de nombre real, no de «Cara vinagre», jejejeje), que me diga dónde se puede fumar, ya que allí no fuma nadie, ni hace mención alguna nadie de hacerlo, así que, como el tendero que te lleva a la trastienda a enseñarte el buen género, me lleva hasta los lavabos de la planta y me enseña el sitio secreto donde fuma todo dios y que parece que no ha pasado nada, salvo el olor inevitable a humo que delata el lugar, ahí me fumo un cigarrillo viendo por el balcón entre una tímida persiana que levantamos, cómo la gente (chavales jóvenes de entre 15 y 18  años) está alrededor de la plaza comenzándose a mojar de champán y aliviando el calor con el agua de las fuentes (que razón tiene el libro de dejar de fumar: que el fumar no relaja….).

Volvemos al sitio donde estábamos y con cara de «hemos fumado pero nadie nos ha visto» pasamos la puerta donde un municipal se dispone a no dejarnos pasar, pero ahí está raudo y veloz y muy atento Javier Marquínez (un trabajo encomiable el que hace este hombre, por dios, qué atento está a todo) para decirle que nosotros sí, es más, sólo entro yo, por que ya se lleva a mi compañero a  otro lado, a ponerse ya, o a prepararse para ponerse enseguida a Caravinagre. Yo entro en la sala y me junto a mis 3 compañeros, porque Mari ya estaba hace rato secuestrado, ahora ya no estaba con una tele, sino que ya estaba con una tele y más de una radio, de repente oímos un

– «5 minutos sólo y lo bajamos abajo»

– «¿a quien????, nos preguntamos nosotros…»

– «es Cesar Rincón, el torero»

– «¿nos hacemos una foto con él????»

– «vale…., hola, ¿nos podemos sacar una foto contigo???»

–  «Si, por supuesto»

– » joer, si se han quedado las mujeres las cámaras de fotos…»

– «¿Algún/a voluntari@ para sacarnos una foto???, por favor…»

– «yo misma os la hago y ya os la mandaré» (juro que no sé ni quién era, ni me acuerdo)

– «Gracias maestro, de verdad que muchas gracias».

Ya no sabía dónde colocarme, porque te pusieras donde te pusieras tenías a alguien grabándote, hubo un momento en el que estaban más medios de comunicación que personas que debíamos de estar ahí, es increíble, ahí pude ver entre otros, ¡como Radio Marca también estaba en el cohete!!!!!, ¿pero el cohete también es deporte?????, pues será de alto riesgo, porque de competición……., jejejejeje. Nervios aparte (joder, si me estoy poniendo nervioso también relatándolo hoy…..), de repente se oye un ¡ohhhhh!!!!!, que se mezcla con tímidos aplausos en la sala, y es porque a ella entran ya Caravinagre y el Alcalde, miro a mi reloj y me doy cuenta de que ya está, de que ya llega la hora, me acuerdo de un montón de gente, saboreo este momento que deseo que no acabe nunca, pienso en mis hijas, que están con mis hermanas las gemelas (la una y «la otra», jejejejeje), en mi mujer que está en la planta de abajo y que ando escribiéndole un sms y recibiendo otro de ella, en mi hermana mayor que está de vacaciones («tato, no me dejes irme más en sanfermines», eso me dijo la última vez, como si fuera yo el aita en vez de su tato, jejejejeje), en mis aitas, que los pobres están descolocados porque nos han quitado lo de Yesa y no pueden estar allí (mi padre era muy sanferminero hasta que le vio las Barbas a San Pedro), en Alfredo y David ( pero sobre todo en Alfredo, mi incondicional compañero de viaje al paraíso cada 6 de Julio, y que hoy sé que no estará en la plaza, tan sólo espero que sea por este año), en toda mi gente que sé que se estará acordando de mi, y que no dejan de demostrármelo a través de sms con sus zorionak, enhorabuenas, y demás síntomas de cariño hacia la Comparsa y en concreto los míos hacia mi persona.

Se abren las puertas ya del balcón, me asomo tímidamente y veo una marea de gente que se mueve y me quedo alucinado porque no se cómo narices entro yo allí otros años, pero añoro este momento en la plaza en los que los tobillos, espinillas y pies son todo uno intentando hacer un sitio donde poder verlo bien, como queriendo parar a la gente, pero este año no, este año no tengo a nadie que me esté empujando, ni me esté pisando, es una sensación rara, pero que la aprovecho, y aprovecho para contemplar la plaza y empezar a escuchar a los timbaleros mientras nos van colocando a cada uno como si de un Belén viviente se tratara,

– «tú ponte aquí, tu ponte allá, tú déjale sitio a este de aquí, ahora que en el centro se ponga Mari, a la derecha suya ponte tú Yolanda, y ahora el resto os ponéis detrás».

Yo observo entonces que el balcón está apenas 15 cms. más abajo y me coloco detrás de Mari, subido en el premarco del balcón, y como soy más alto que él, diviso toda la plaza desde su espalda. Es en ese momento cuando se me van todos los nervios, saco el móvil del bolsillo y… ¿a quien decido llamar????, pues a Alfredo, que sé que en esos momentos no lo estará pasando bien y que le gustará recibir la llamada (mucho más que la llamada del ahorro, como dicen en televisión, en estos tiempos de crisis, jejejeje) y meto el móvil en el bolsillo de la camisa, para que nada ni nadie lo cuelgue. Observo la plaza, las azoteas, los tejados, en los cuales no doy crédito de que haya subida gente, ¡hasta niños!!!!, pero es que el gentío no me deja ver que esos tejados no tienen peligro, puesto que acaban en grandes terrazas, ¡pero que de primeras impresionan!!!, todo el mundo ves cómo te está mirando, y cómo todo el mundo está pendiente, con el pañuelo ya en mano, de lo que vaya a decir Mari…..


Mi vivencia – El día «D» 14

Fiel y puntual a la hora fijada, a las 8:30 horas se oye a Palacios por la habitación a un volumen que hasta el vecino creo que se habría enterado, y de un bote y sin hacerme para nada el remolón (mi mujer aún no se explica cómo sólo durante los días de San Fermín no me hago el remolón ni se me pasa la hora……, por qué será???, jejejeje) me levanto y voy directo a la ducha, este día tengo que oler bien (siempre procuro oler bien), me tengo que poner guapo y hay que ir pronto a almorzar, viene mi cuñado con mi hermana a buscarnos para llevarnos a almorzar y llevarse a mis hijas (gracias Josetxo y Eva, sois unos soles), así que entramos ya a almorzar como cada año a la bodeguica de siempre (no haré publicidad, que tampoco lo he hecho de la empresa en la que trabajo, jejejeje), pero asegurándome de que me pongo en el lugar idóneo, donde no me pueda manchar ni pueda haber riesgo de incidente alguno, que otro año me hubiera dado igual, pero que ese día me hubiera puesto de muy mal humor. Le pido al camarero un taco de servilletas, le pido los huevos con lomo y patatas con poco tomate (no merece la pena jugársela hoy), y en medio de un nerviosismo atroz, almuerzo yo, porque mi mujer ya había desayunado y yo creo que por los nervios no tenía hambre.

Unto los huevos sin arriesgar y como cada cosa despacito, sin jugármela para no mancharme y brindamos al acabar el almuerzo con la cuadrilla del día 6 (cosa curiosa la mía que por circunstancias he acabado almorzando con gente que no es de mi cuadrilla habitual, pero que cada día 6 de Julio estoy fiel a la cita con ellos como si de uno más se tratara, son cosas que pasan en la vida, pero es así y aprovecho para mandarles un saludo a todos ellos, a quien no le ha pasado una cosa de ésas que sólo pasa y sucede en San Fermín????) y apenas hacemos cuentas les abandonamos con prisa por miedo a llegar tarde a la cita detrás del Ayuntamiento («a las 11:00 horas en punto el que no esté no entra», ésa era al menos la orden desde protocolo). Llegamos y ahí estamos los 5 con nuestras respectivas parejas, aún más nervioso todavía me pido mi primer kalimotxo del día, aun a sabiendas de que ese hielo mal colocado, o ese empujón inoportuno me puede aguar todo el cuidado que había tenido hasta ahora. Una vez bebido todo, nos dirigimos los 4 con nuestras parejas, hacia la entrada lateral del Ayuntamiento, al encargado del cohete comienzan a asediarle los medios de comunicación, conocidos….., etc., y empezamos a ver entre asombros a gente que no esperábamos encontrar allá y que sabemos que el que estén allá dará que hablar en el grupo, pero en fin, son cosas de última hora que decidimos que no empañen nuestro gran día, porque al fin y al cabo era el gran día para todos, para los que estábamos, y para los que no estaban allá, así que por un momento perdemos, o nos secuestran mejor dicho, a Mari.

Yo reconozco que me sentía como un privilegiado, y la verdad sea dicha, hasta estos sanfermines no me había dado cuenta realmente del cariño y admiración que le tiene Pamplona a la Comparsa en sí, es una pasada, y para mi realmente es una GOZADA!!!!, ¿por qué no voy a reconocerlo????. Conforme íbamos pasando puertas la gente nos miraba y nos daba la enhorabuena, nos señalaban con el dedo, o con las miradas como diciendo «míralos, son ellos» y la verdad que no sabíamos ya a dónde mirar, al menos yo, y nada más entrar al primer piso, que realmente es el segundo si entras por atrás, viene una periodista de Diario de Noticias y nos dice:

-«hola, soy Fulana de tal (perdona pero no me acuerdo ni del nombre, lo siento) y me han encargado que no me separe ni un instante de vosotros»….,

Ufff…, los sudores junto con las fotos empiezan a sucederse, se empieza a respirar aire de fiesta, todo son miradas, saludos, sonrisas (unas falsas, otras no, jejeje), tiradillas entre los políticos, y empieza nuestra particular cuenta atrás, en la que nos separaran de nuestras mujeres y nos subirán al piso de más arriba, al bueno, al oficial, al que uno desearía poder ver cualquier 6 de Julio, y que se asoma por el hueco de la escalera como mirando hacia el más allá, como a la cumbre que me imagino que mirará un montañero conforme está llegando a la cima, ahí nos subirán a las 11:30 horas. Llega el momento, ni siquiera los periodistas dejan que nos despidamos de nuestras señoras que ya están mezcladas con el resto de invitados, el Ayuntamiento ya empieza a ser una locura, minutos antes viene Yolanda (permíteme que te tutee, jejejeje) a tranquilizarnos (madre mía que tablas tiene esta mujer, es impresionante, de verdad!!!!), y empezamos a darnos cuenta de que ya sólo quieren al protagonista del cohete, que no es otro que Mari Ganuza, ya nosotros les empezamos a dar igual, y sólo le buscan a él, todo el mundo comienza a gritar y a preguntar

-«Mari, ¿donde esta Mari????»,

y nosotros andamos como para tranquilizar, pero sin perder la sonrisa les aseguramos que ya viene, que está abajo hablando con los periodistas, hace ya un rato que se ha perdido de nosotros, aclamado por ellos, los periodistas, y su familia que comienza a llegar y a agolparse en el Ayuntamiento y a abrazarle, a besarle y a decirle y recordarle la suerte que va a tener (la verdad que si, ¿quién hubiera sido él???), pero él creedme que se lo ha ganado, y eso nadie se lo puede negar, ni se lo podrá negar jamás, porque un cohete es quizás poco para recompensar a Mari, que habrá hecho cosas mal, no digo que no, pero de sobra todos sabemos que ha hecho muchas bien, y hoy los gigantes están como están gracias a él, y eso no se paga con nada del mundo, y que lo que ha hecho mal sigo pensando que no lo ha hecho con mala fe.

Pero no vengo a hablaros de Mari, que aunque es el protagonista del comienzo de la fiesta, el de este momento soy yo, que soy el narrador de lo que sentí estando allí, jejejejeje.


Mi vivencia – La víspera 11

Eran las 22:00 horas del día 5 de Julio, una vez más, había acudido al cumple de mi sobrina-prima (a su santa madre no se le ocurrió otro día para parir, y mira que hay días al cabo del año….) y me faltaba de colocar el arco y el Carcag (nunca sé cómo se dice ese jodido chisme de las flechas) a Toko-Toko, así que mataría mi falta de sueño, por aquello de los nervios del día 5, dándole el último retoque a mi rey.

Entro en la estación, y todo ya es jauría, y no dejo de pensar en el mañana, en el que pasará, en el cómo será, abro mi taquilla y ahí veo el pañuelo que vamos a llevar mañana, pañuelo que reseña nuestra celebración de los 150 años, y junto a él dos pases del Ayuntamiento para ser testigo de honor junto con mi esposa (atrás se queda mi enfado por no poder llevar a mis hijas) del chupinazo, aquello que sólo he visto siempre (salvo el año de la salmonelosis) desde la Caldera, desde la Plaza……. Pero como todo no podía ser perfecto, en el local, estando solo, con los nervios a flor de piel, y ultimando a Toko-Toko, se me cae la BlackBerry al suelo y se me jode la pantalla….., joder!!!!, el día 5!!!!!, pero es que no hay más días al cabo del año????, hace dos años el baño inundado el día 5 de Julio, ahora el móvil………, joder!!!!, dónde está el enano con las flores!!!!, que salga!!!!…, pero no, estoy solo en el local, y tengo que solucionar eso antes del día de mañana……. Así que cojo la moto (gracias Juanan, o Toño, o Juanantonio, aunque para mi serás siempre Banana), imprescindible para mí en estos días de San Fermín, y me dirijo a la fábrica a sacar del armario de mi oficina a mi BlackBerry vieja, alentándole mientras le quito el polvo y la conecto a la red con aquello del «Calienta que vas a salir…». Mientras, me conecto al blog de los sanfermines, ése que conocí gracias a mi lectura en los microrrelatos, y que la verdad que está bien, y dejo mis impresiones sobre lo que me había ocurrido, y leo los últimos coletazos de gente que escribe y entre otras cosas me dan la enhorabuena por el lanzamiento del cohete, y de nuevo se me ponen los nervios a flor de piel, y deseando acabar cuanto antes la pesadilla del cambio de la información de una BlackBerry a otra, sigo matando el tiempo escribiendo y aún poniéndome más nervioso porque no voy a estar a punto.

Leo un correo que me pone aún más la piel de gallina y me deja caer una lagrimilla, y es de mi «Compañero de cohete» Alfredo (un abrazo Alfredo, que seguro que lees esto) que me cuenta que este año no va a estar en el cohete debido a un imprevisto de última hora, y que me da la enhorabuena por poder estar yo ahí, que sabe que será el primer año desde hace ya no sé cuantos que no entraremos juntos, pero no sólo no estaremos juntos, sino que él por un motivo, y yo por otro, no estaremos en la plaza, en el meollo, y David no tendrá luego a quién buscar (un saludo Negro) después de perderse de nosotros como cada año justo a las 11:58 horas, y que esta súper agradecido de que le haya escrito y contado que parte de mi dedicación irá hacia él, por ser como es, sanferminero a tope, y por ser mi fiel compañero de viaje en cada 6 de Julio, desde que almorzamos hasta la Plaza del Ayuntamiento y en el comienzo de los sanfermines hasta que me toca ir a trabajar.

Compruebo la BlackBerry vieja, compruebo si me ha pasado todos los politonos y si me ha guardado la música que ya me había programado en el anterior aparato para despertarme como cada día 6 de Julio (gracias Palacios, porque para mí eres quien mejor y más entusiasmo, y al que mejor le funcionó la megafonía en un Txupinazo, y seguiré despertándome contigo cada día 6 de Julio, «con la de patadicas que te he dado jugando al futbol……, jejejejeje», seguro que sabrás perdonarme) y cierro la oficina y la fábrica, y siendo las 01:25 me dirijo a mi casa dispuesto a descansar para mi día 6 de Julio.

Llego a casa y mi mujer está despierta, mis hijas en la cama, apenas acaban de llegar del cumpleaños de mi sobrina-prima, del cual yo me tuve que ausentar, le cuento lo sucedido, ella me pregunta si ya he dejado bien a Toko-Toko, si tengo ya todo listo, le enseño las invitaciones del Cohete, me ultimo mi ropa que voy a llevar, y me plancho toda mi ropa, extrañando que por una vez en la vida, la ropa que debo de llevar al cohete debe de estar limpia, de un blanco nuclear impecable, la faja buena, la camisa de bailar que este año nos ha regalado el Ayuntamiento (después de 10 años no está mal) y el pañuelo nuevo con el emblema del 150 aniversario, algo no me cuadra, puesto que no me puedo creer que yo vaya a llevar esa ropa a un cohete, pero es lo que me marca el guión, y así lo sigo. Agotado ya, me meto a la cama al menos a tumbarme, y comienzo a hablar con mi mujer como todos los años, dando recorrido a vivencias pasadas, y a preguntarnos cómo será el cohete de este año, y qué es lo que pasará………., cansado ya de los puros nervios, y de que mi mujer decide ya no contestarme, caigo rendido en la cama creyendo escuchar ya el «San Fermín, San Fermín!!!!!» que sonará por toda la plaza del Ayuntamiento.