Archivo por días: 28 de julio de 2010


Mi vivencia – El momento (I) 17

Nos suben ya al piso de arriba, y ahí ya sí que sólo subimos los 5 de la junta con su Presidente a la cabeza (que tiene mucha, por cierto, jejejeje), la mujer de éste (un beso Arantxa guapa), la madre de Mari, aquélla de la que tanto he oído hablar y que ahora mismo no me sale el nombre (la cual según tengo entendido fue la encargada durante mucho tiempo de coser los trajes de los gigantes y de los kilikis, cabezudos y zaldikos, de los que se hacían nuevos y de los que se arreglaban, al menos en los principios de Mari al frente de la Comparsa, otro beso para ella, que se le veía emocionada) y las 2 personas encargadas de ponerse a Caravinagre y al Alcalde. De ese piso ya no podemos bajar, ésa es la orden que recibimos ya en la habitación donde está el balcón, que miramos con recelo, pero yo no puedo más y le pido a mi tocayo de Caravinagre (tocayo de nombre real, no de «Cara vinagre», jejejeje), que me diga dónde se puede fumar, ya que allí no fuma nadie, ni hace mención alguna nadie de hacerlo, así que, como el tendero que te lleva a la trastienda a enseñarte el buen género, me lleva hasta los lavabos de la planta y me enseña el sitio secreto donde fuma todo dios y que parece que no ha pasado nada, salvo el olor inevitable a humo que delata el lugar, ahí me fumo un cigarrillo viendo por el balcón entre una tímida persiana que levantamos, cómo la gente (chavales jóvenes de entre 15 y 18  años) está alrededor de la plaza comenzándose a mojar de champán y aliviando el calor con el agua de las fuentes (que razón tiene el libro de dejar de fumar: que el fumar no relaja….).

Volvemos al sitio donde estábamos y con cara de «hemos fumado pero nadie nos ha visto» pasamos la puerta donde un municipal se dispone a no dejarnos pasar, pero ahí está raudo y veloz y muy atento Javier Marquínez (un trabajo encomiable el que hace este hombre, por dios, qué atento está a todo) para decirle que nosotros sí, es más, sólo entro yo, por que ya se lleva a mi compañero a  otro lado, a ponerse ya, o a prepararse para ponerse enseguida a Caravinagre. Yo entro en la sala y me junto a mis 3 compañeros, porque Mari ya estaba hace rato secuestrado, ahora ya no estaba con una tele, sino que ya estaba con una tele y más de una radio, de repente oímos un

– «5 minutos sólo y lo bajamos abajo»

– «¿a quien????, nos preguntamos nosotros…»

– «es Cesar Rincón, el torero»

– «¿nos hacemos una foto con él????»

– «vale…., hola, ¿nos podemos sacar una foto contigo???»

–  «Si, por supuesto»

– » joer, si se han quedado las mujeres las cámaras de fotos…»

– «¿Algún/a voluntari@ para sacarnos una foto???, por favor…»

– «yo misma os la hago y ya os la mandaré» (juro que no sé ni quién era, ni me acuerdo)

– «Gracias maestro, de verdad que muchas gracias».

Ya no sabía dónde colocarme, porque te pusieras donde te pusieras tenías a alguien grabándote, hubo un momento en el que estaban más medios de comunicación que personas que debíamos de estar ahí, es increíble, ahí pude ver entre otros, ¡como Radio Marca también estaba en el cohete!!!!!, ¿pero el cohete también es deporte?????, pues será de alto riesgo, porque de competición……., jejejejeje. Nervios aparte (joder, si me estoy poniendo nervioso también relatándolo hoy…..), de repente se oye un ¡ohhhhh!!!!!, que se mezcla con tímidos aplausos en la sala, y es porque a ella entran ya Caravinagre y el Alcalde, miro a mi reloj y me doy cuenta de que ya está, de que ya llega la hora, me acuerdo de un montón de gente, saboreo este momento que deseo que no acabe nunca, pienso en mis hijas, que están con mis hermanas las gemelas (la una y «la otra», jejejejeje), en mi mujer que está en la planta de abajo y que ando escribiéndole un sms y recibiendo otro de ella, en mi hermana mayor que está de vacaciones («tato, no me dejes irme más en sanfermines», eso me dijo la última vez, como si fuera yo el aita en vez de su tato, jejejejeje), en mis aitas, que los pobres están descolocados porque nos han quitado lo de Yesa y no pueden estar allí (mi padre era muy sanferminero hasta que le vio las Barbas a San Pedro), en Alfredo y David ( pero sobre todo en Alfredo, mi incondicional compañero de viaje al paraíso cada 6 de Julio, y que hoy sé que no estará en la plaza, tan sólo espero que sea por este año), en toda mi gente que sé que se estará acordando de mi, y que no dejan de demostrármelo a través de sms con sus zorionak, enhorabuenas, y demás síntomas de cariño hacia la Comparsa y en concreto los míos hacia mi persona.

Se abren las puertas ya del balcón, me asomo tímidamente y veo una marea de gente que se mueve y me quedo alucinado porque no se cómo narices entro yo allí otros años, pero añoro este momento en la plaza en los que los tobillos, espinillas y pies son todo uno intentando hacer un sitio donde poder verlo bien, como queriendo parar a la gente, pero este año no, este año no tengo a nadie que me esté empujando, ni me esté pisando, es una sensación rara, pero que la aprovecho, y aprovecho para contemplar la plaza y empezar a escuchar a los timbaleros mientras nos van colocando a cada uno como si de un Belén viviente se tratara,

– «tú ponte aquí, tu ponte allá, tú déjale sitio a este de aquí, ahora que en el centro se ponga Mari, a la derecha suya ponte tú Yolanda, y ahora el resto os ponéis detrás».

Yo observo entonces que el balcón está apenas 15 cms. más abajo y me coloco detrás de Mari, subido en el premarco del balcón, y como soy más alto que él, diviso toda la plaza desde su espalda. Es en ese momento cuando se me van todos los nervios, saco el móvil del bolsillo y… ¿a quien decido llamar????, pues a Alfredo, que sé que en esos momentos no lo estará pasando bien y que le gustará recibir la llamada (mucho más que la llamada del ahorro, como dicen en televisión, en estos tiempos de crisis, jejejeje) y meto el móvil en el bolsillo de la camisa, para que nada ni nadie lo cuelgue. Observo la plaza, las azoteas, los tejados, en los cuales no doy crédito de que haya subida gente, ¡hasta niños!!!!, pero es que el gentío no me deja ver que esos tejados no tienen peligro, puesto que acaban en grandes terrazas, ¡pero que de primeras impresionan!!!, todo el mundo ves cómo te está mirando, y cómo todo el mundo está pendiente, con el pañuelo ya en mano, de lo que vaya a decir Mari…..