Archivo por meses: agosto 2010


OBRAS DEL II CERTAMEN MICRORRELATOS SAN FERMIN 5

VIVIR EL SAN FERMIN PERO CON MI SANTA A MANO – Hernando Striedinger Cepeda ( Barranquilla, Colombia)

 

Toca madrugar, apretujarse, sudar petróleo. Hasta llorar de cansancios para bailar, cantar y reír mejor.
Con la diana soltaron el gran día de las fiestas de San Fermín en la música de cascos de la manada de pelosos relámpagos negros de los encierros.
Allí, confundidos entre la presurosa sangre y la hormigueante algarabía anhelosa del gentío, vivimos para gozarlo muriendo en olores a pavorosa adrenalina y los de las estelas de vino tinto cosquilleando en sus botijuelas preñadas de felicidad.
A las doce en un vals con Pamplona entera cruzada de comparsas en éxtasis e iglesias.
Encharcados de miradas trasnochadas sobre las camisas en blanco ornadas de pañuelicos rojos.
Gritando más de lo imposible con los corazones empuñados a la locura colectiva. Y soñando despiertos, paralelos al ruido absurdo de los cohetes eufóricos latigueando un tormentoso cielo desteñido.
Metidos al adoquinado ruedo largo, donde yo me animo sin que nadie me desanime, e intento pasos de imposible valentía. Estampado a las pupilas negras de un amor que me tachuela a flashes por los empellones. Una bella tan santa e inexistente que me salva del pitón filoso que explota ahí mismo por donde mi corazón desafiante la saluda en su altar.

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14 de julio – Kike Balenzategui Arbizu (Barañain, Navarra)

Después de 11 años sin ocurrirle, este 14 de julio el sol le pilló en la calle.
Se sintió con fuerzas y fue cuesta abajo a cantarle mientras besaba una y otra vez la medalla que llevaba al cuello, casi desgastándola.
Sentía lo mismo que hace una década larga, eso no cambia, es siempre igual: un cúmulo de sentimientos protegidos por una niebla de M.I.E.D.O. que cala hasta los huesos.
El ritual… los gestos… los ausentes… las caras desencajadas, tímidamente maquilladas de sonrisas nerviosas.
Segundo y para arriba, a su sitio.
El tercero lo presiente.
Un chispún cercano agita las avispas de sus tripas hasta hacerlas casi doler. No hay marcha atrás: Un esfuerzo, un aliento, un suspiro y…

Más vivo, más intenso…

Agarrándose al penúltimo peldaño de bajada, dejándose más que en el adoquín de Santo Domingo, el último en salir de andanada, camina en una larga travesía hacia “su primer día del año: el 6 de julio”

…menos vida, más muerto.

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QUE EXTRAÑO – Iker Jaka Arratibel; (Sopelana, Euskadi)

Que extraño es todo esto. Donde estoy. A donde voy. No entiendo nada. Que ruido. Quienes son estos que corren a mi alrededor. Ya no les tengo miedo. Al principio me han asustado. Les he visto acercarse por los lados. Me he sentido amenazado, aunque, al girar la cabeza hacia ellos se han parado.
He seguido corriendo. Que lugar mas extraño. Primero para arriba y luego hacia abajo. No conozco este lugar. Pero yo he seguido corriendo. Luego me he caído. Sigo corriendo. En la misma dirección. Sigo corriendo. Delante va mi compañero el cárdeno. Le tengo respeto pues el otro día lastimo a otro compañero y este ya no esta con nosotros.
Uno se me acerca por la izquierda. Otro mas. Ya no son una amenaza. Me ve. Veo sus ojos. Que extraño. Los veo enrojecidos. Sentirá dolor? Puede ser pero no lo parece. Se me acerca y corre a la par. Parece que disfruta de mi compañía. Que extraño es todo esto.


OBRAS DEL II CERTAMEN MICRORRELATOS SAN FERMIN 4

 Tras la barra de un bar – Mertxe Labrador Otamendi (Pamplona, Navarra) 

Noches de alegría, bullicio, color, desinhibición…durante nueve días. Días explosivos, para mí, tras la barra de un bar. Bar infestado de seres de blanco y rojo bailando, cantando , cortejando…, donde mi nostálgica mirada se ubica en cada mozo y moza presente aquí .Aquí evoco esos Sanfermines que saboreé, celebré y compartí. Compartí con aquel hombre que, durante meses, he sufrido una turbulenta separación. Separación que me obliga a trabajar en estas fiestas para sobrevivir. Sobrevivir económica y moralmente. Moralmente intentaré alimentarme del disfrute, del diálogo, de la cordialidad que fluyen de las dispares gentes que visitan éste y demás bares de mi gloriosa ciudad .Ciudad enfundada del colorido y estruendo de los fuegos artificiales. Artificiales pregoneros de la nocturna y jovial fiesta. Fiesta que prosigue con las matinales dianas , los restauradores “caldicos”, los ansiados encierros, los “Mañueteros” churros , la procesión del “Morenico”, los gigantes y cabezudos, el “Estafetero” aperitivo, las exhibiciones rurales, las particulares corridas , la salida de las peñas, la cena de las cuadrillas, las barracas… y la diversa música que ameniza plazas y parques de esta multicultural ciudad. Ciudad que recorreré camino a casa después de nueve noches tras la barra este bar.

 

Pura adrenalina – David Martínez Abárzuza (Pamplona, Navarra)

 Pablo se ha despertado nervioso, sólo desayuna dos galletas aunque la leche le sabe muy dulce. Su madre le viste el cuello con el pañuelico pero hoy no protesta, el nudo que tiene en el estómago es infinitamente mayor que el que adorna su garganta. Antes de salir a la calle Pablo se calza sus zapatillas de velcro de Spiderman, sabe que hoy más que nunca serán sus fieles compañeras.
El pequeño aguarda en lo alto de Chapitela dirigiendo su mirada ansiosa hacia una Plaza del Castillo abarrotada, pero su corta estatura no le permite ver más allá de un ir y venir de rojo y blanco. La espera empieza a ser agobiante por el incómodo olor que se desprende desde abajo. Huele a San Fermín.
De repente se escucha una leve melodía de txistu y gaitas, la adrenalina y la cabeza de Pablo empiezan a ascender y a lo lejos ve cómo la figura de su majestad europea se alza entre la multitud. Le tiemblan las piernas, le sudan las manos, \»ya están aquí\» piensa él. Un año esperando y por fin llega el momento; Caravinagre a la izquierda, Zaldiko a la derecha, ¡corre Pablo corre!

 

MORIR DOS VECES PARA DESCANSAR – Nicolas Esposito Chedel (San Sebastian, Euskadi)

 El sol se desvanecía sobre la monumental, un público inconcluso comenzaba a pitar, y el que por la mañana empitonara desfallecía con la estocada final. Fue el fulgor el que apaciguó a la más primitiva de las simbiosis, porque uno no es sin el otro y por tal motivo en la fiesta murió el hombre y murió el toro.
Apolodoro propuso en su biblioteca mitológica que Teseo acabó con el Minotauro, pero olvidó que mató a la mitad toro dejando desamparada a la mitad humana. Los dividió en el espacio pero no pudo en el tiempo. Tiempo que es purgatorio cuando es indefinible.
Miles de años pasaron y advino la oportunidad. El habitante del laberinto estipuló esta vez el desenlace, y exigió de este modo al destino: ‹‹Historiarás que al Minotauro como a Cappuccino lo distinguirán, como a Daniel Jimeno a Asterión recordarán, y como a David Fandila a Teseo perpetuarán. Igual que en Cnosos, salvo que esta vez a mi mitad humana yo mismo suicidaré. Mi mitad toro esperará a que Teseo como bestia, me vuelva a sacrificar. Sólo entonces podré marcharme, amigo destino; para que los que hemos sido uno en la fatídica curva pamplonesa, podamos descansar.››


OBRAS DEL II CERTAMEN MICRORRELATOS SAN FERMIN

Siete de Julio – María José Leblic Ruiz de Alarcón (Huelva, Andalucía)

Me vestí como todos los días, con aquella especie de túnica. Y salí cómo todos los días a pasear por aquellos descampados yermos. Aún era una adolescente sin saber y conocer lo que era una flor.

Me contaron que hubo un mundo, donde los hombre tenían jardines que regaban y cuidaban… En mi paseo descubrí unas piedras en la lejanía, piedras de todos los colores. Me acerqué y eran hermosísimas: Naranjas, del color del atardecer, azules y grises, como el cielo; verdes, como mis ojos…y una roja transparente con unas iniciales: una P y una SF juntas…me atreví a cogerla y se partió en dos. Y de pronto me encontré en una ciudad roja y blanca, gente gritando y corriendo al paso de unos animales grandes negros con cuernos, todo bajo la mirada serena de una imagen, que me emocionó.

Me dirigí a mi casa absorta, sorprendida y alucinada. No me atreví a decirle nada a mis padres y fui corriendo a la pared de mi habitáculo a poner la fecha de ese día para que no se me olvidara : siete de julio de 9.242

¡Soy un toro! – Santiago Navascués Ladrón (Alfaro, La Rioja)

Una explosión rasga el cielo. Se abren las puertas. Me adelanto a mis hermanos. Cientos de cuerpos ascienden calle arriba, buscándome con la mirada. Les doy alcance. No tienen nada que hacer frente a mí. Nosotros somos fuertes, poderosos, veloces, bravos, valientes… ¡Somos toros!
Algunos se interponen en mi recorrido. Aprieto los riñones, prenso mis dientes, penden de mi boca espumarajos albos. Sienten mis pitones en sus espaldas, siento su miedo empapado en sudor. Se apartan. Tropiezan. Caen al suelo. Alguien osa tocar mi cuello. Derroto a mi izquierda. Rápido, seco, certero. Atravieso un muslo. Entintado mi pitón grana. ¡Soy un toro!
Desciendo hacia un callejón angosto. Un inmenso ruedo nos recibe. Cientos de humanos me rodean. Me revuelvo. Amenazo con atravesarlos. Puedo con todos. Uno de ellos me cita con un trapo. Pisa mi terreno. Le consiento todo salvo eso. Arremeto furioso contra él. Se interna en un callejón oscuro. Desaparece. Ansío destrozarlo. ¡Soy un toro!
Llego a un corral espacioso, algún árbol en su interior. Pronto aparecen mis hermanos, sudorosos. Estamos solos, nadie molesta. Éste será nuestro lugar de descanso. Pobre de aquel que se atreva a encararme nuevamente. Será su vida o la mía. ¡Soy un toro!

VAMPIROS – Josu Flamarique Lizarbe (Pamplona, Navarra)

Otra vez puntual.
Sin terminar de conciliar el sueño, con los ojos acartonados, pudo ver un rítmico crujir de las paredes. Ni los tapones de gomaespuma lograban parar ese infierno en su cabeza. Tras adivinar con sus oídos “la cucaracha” y una versión acelerada de la “intro” de los Blues Brothers, de un salto, escapó de su mortaja. Temeroso del sol, bajó la persiana, no sin antes mirar con odio, el jolgorio teñido de blusones, pancartas ondeantes de caracteres inteligibles y charangas al uso.
Se tumbó de nuevo en su ataúd con olor a noches pasadas, y mirando la hora digital de su radio-despertador, susurró un lúgubre “mañana…”.
Pasaron varias noches, en las que saciaba su sed entre licántropos, zombis, y demás criaturas venidas de todos los confines del mundo.
Por el día guardaba sus colmillos, y buscaba su descanso en medio de esos ritmos rutinarios. Otro emplazamiento a ese “mañana” que nunca llegaba.
Dicen que un día, los vampiros se retiran de la luz de la luna, y llegan a su “mañana”. Rodeados de sus crías, miran directamente al sol y descubren nuevos placeres, e incluso himnos antes odiados, suenan en sus cabezas deliciosos y emocionantes.


OBRAS DEL II CERTAMEN MICRORRELATOS SAN FERMIN 2

Sanferbook – Roberto San Martín San Julián; (Villava, Navarra)

Sanfermines 2010: Quedan 30 días

Fermín Lizaso asistirá a cena 6º escalón

A Fermín Lizaso le gusta yo también tengo un hueco en el armario para la ropa de San Fermín; Mamáaaaa, ¿dónde está el pañuelo que no lo encuentro?

Fermín Lizaso se ha unido al grupo Cómprate algo para encima que por las noches en San Fermín refresca; Yo quiero que Caravinagre tire el chupinazo.

Fermín Lizaso asistirá al Chupinazo.

A Fermín Lizaso le gusta A mí también me han incautado los huevos; El Riau-Riau no existe son los padres; Yo también he comprado objetos brillantes en los fuegos; Los guiris en Pamplona brotan de los jardines en julio; yo mezclo los kubatas en la bota.

Sanfermines 2010: Felices fiestas.

Fermín Lizaso se ha unido al grupo: Colecta para comprar una verga al cabezudo japonés; Yo también llevo la faja por fuera del coche; Ya no canto El rey en la plaza por si me cobra la SGAE; A mí también me ha tocado una lata de melocotón en la tómbola.

A Fermín Lizaso le gusta: Yo he salido vestido de blanco el día 15; Señoras que corren el encierro de la villavesa.

Sanfermines 2011: Ya queda menos

Traspaso de tradiciones – José Mosquera García; (A Coruña; Galicia)

 

 -¡José! ¡Arriba, que ya empiezan!

Y yo me levanto. Trastabillando, y cabeceando de sueño, recorro de memoria, con los ojos cerrados, la distancia que separa mi habitación del salón, siguiendo a mi madre para ver otro encierro en directo por la televisión. Otro día más, otro año más.

Me siento en el sofá, entreabro los ojos y ahí están los mozos agitando sus periódicos y cantándole a San Fermín.

Encienden el cohete, explota, y salen los toros. Los sonidos en directo, los gritos de la gente, y las palabras del comentarista se entremezclan con las expresiones de mi madre en cada momento de peligro:

-¡Ah! … ¡Dios mío! … ¿Pero qué hace ese loco? … ¡Una cogida, qué horror! …

Yo me espabilo de todo, y, a cientos de kilómetros de distancia de Pamplona, me siento sobrecogido por el valor y saber estar que demuestran esos mozos alegres y despreocupados que corren delante de esos enormes y bravos animales.

La situación se repite año tras año, y hoy, casi treinta años después, a las ocho menos cinco de la mañana, entro en la habitación de mi hijo y le digo:

-¡Pablo! ¡Arriba, que ya empiezan!

¿Por quién doblarán esta vez las campanas? – Ginés Mulero Caparrós.; (Viladecans, Cataluña)

Consabido es el fervor de Fray Frascuelo por San Fermín dentro de los Carmelitas Descalzos. El abad, viéndolo moribundo en el jergón, concede en sus orejas de soplillo un último deseo. “Correr los San-fer-mi-nes”, dice con un apócrifo hilillo de voz. Escandalizado el abad se santigua, parece escenificar con la mímica eclesiástica “Caerás del guindo y perderás la cabeza”. Fray Frascuelo ya en Estafeta recoge el guante de una bota y echándose un chorrito largo en la comisura de los labios deja correr el zurracapote garganta abajo. Brinda al sol por el santo y comunica al generoso dador: “Esto sí que tiene argumento y no la mierda de tetrabrick del mo-nas-te-rio”. Cargada su cuba, entra en la Plaza de Toros alisándose las sienes encanecidas con saliva etílica. Viendo entrar a los morlacos se alza los faldones del hábito dejando su vergajo al pairo y, confundiendo churras con meninas –valga la metáfora-, a horcajadas, monta con temeridad a lomos de un manso. Una doble de Pamela Anderson, desnuda completamente, bamboleando sus globalidades ingobernables, salta al ruedo, pero nadie repara; Sol y Sombra con pañuelos blancos al viento, también con risas vacilantes, reclaman… las dos orejas y el badajo de Fray Frascuelo.


OBRAS DEL II CERTAMEN MICRORRELATOS SAN FERMIN

Donde todo es posible  – Ernesto Tubía Landeras, (Haro, La Rioja)

Las calles de Pamplona parecían tener un color, un aroma, una textura diferente, mientras las recorría de la mano de mi hijo Ginés, con el calor de las fiestas de San Fermín, calando el corazón de la ciudad, de sus vecinos y de los foráneos que como yo, buscábamos un espíritu tan arraigado como querido.
Los doctores me decían que era imposible, mis amigos que me torturaba aferrándome a una ilusión, mi familia que debía afrontar la realidad de que un niño autista, ni comprendía, ni respetaba, ni vivía los acontecimientos, la pasión y la alegría, tal y como los demás éramos capaz de vivirlos.
Pero yo sabía que se equivocaban. Viendo a Ginés vestido de blanco, con la faja roja, con el pañuelo al cuello, recreando encierros imaginarios por “Estafeta”, compartiendo por primera vez junto a otros niños de su edad, la fiesta, juegos y sonrisas, sabía que se equivocaban. Lo que ninguno de ellos comprendía, es que era tal la pasión, la fiesta y el amor de una tierra y su gente por sus costumbres, que lo que resultaba imposible, era no contagiarse de su espíritu.

Good Morning, Vuelta del Castillo – Kuko Aramendia (Sarriguren, Navarra)

Despertó sobresaltado. Su cuerpo yacía en un jardín que se asemejaba a un vasto espacio lunar. Miles de plásticos blancos salpicaban la enorme superficie de pasto que lo circundaba. Andrés no alcanzaba a discernir qué demonios pintaba ahí, tumbado, en medio de la nada, con una chirriante banda de gaiteros a dos pasos.
Sólo recordaba haber tomado el tren en Reus, junto al hermano de su futura esposa y otros tres amigos, camino a su despedida de soltero.
Sintió una necesidad acuciante de beber agua. La ropa apestaba. Bebió y se refrescó la cara ante la mirada atenta de un león verde que decía ‘o’. Palpó sus bolsillos en busca del móvil. Ávido, lo encendió: Tiene 30 mensajes nuevos.
Al rato, sintió que todo se derrumbaba a su alrededor. Raquel, su novia, lo mandaba, literalmente, a la mierda:
-¡¿Cómo me has podido hacer esto, desgraciado?!
Agachó la cabeza y, mientras su mirada se precipitaba al interior de un abismo sepulcral, sintió que una mano se posaba, cual mariposa, en su espalda. Una energía especial lo invadió, una sensación desconocida, una voz femenina que susurraba:
-Andrés, vamos, te invito a desayunar a mi casa.

El toro de San Fermín – Salvador Robles Miras (Bilbao, Euskadi)

‘Revoltoso’ se remueve inquieto en los toriles minutos antes de que comience la primera corrida de los Sanfermines. Él no es un toro cualquiera, no sólo por haber sido escogido para ser lidiado en un coso como el de Pamplona, sino porque es un animal dotado de una facilidad pasmosa para aprender. Sin ir más lejos, en los últimos días ha aprendido cómo vencer a su enemigo. Su colega de la dehesa, ‘Valiente’, quien increíblemente salvó la vida por su bravura en una memorable contienda con el torero que le toreará hoy a él, le ha aleccionado convenientemente: “Cuando da el pase de pecho, siempre descubre el costado derecho. Cornéale entonces”.
Comienza la corrida.
En los siguientes minutos, entre los olés del público, ‘Revoltoso’ soporta con valentía el castigo y los muletazos.
Se aproxima el momento decisivo. El torero da el pase de pecho, y deja el flanco descubierto, pero ‘Revoltoso’ decide no cornearle. Si lo hiciera, moriría con deshonor, y como proclama Tauro: “Es más noble morir que matar”. Morirá. Es más noble.
‘Revoltoso’, con la testuz inclinada, se dispone a recibir la estocada final. San Fermín jamás olvidará a un toro como él.