OBRAS DEL II CERTAMEN MICRORRELATOS DE SAN FERMIN
DESTINOS DE ARENA – Paloma Díez Temprano (Madrid, Madrid)
Debía ser el único que no llevaba un pañuelo rojo en la ciudad. El chupinazo me despertó de mi ensoñación.
__ Aquí, en Pamplona, en realidad ¿por qué corréis?__ le pregunté.
Echando un trago se empezó a reír y su burla me enfureció.
Se sentó a mi lado, olía a tabaco y a vino. Me enloquecía su despreocupación.
Descubrí que San Fermín era un paréntesis: los invitados, los extranjeros y los de la tierra, uniformados de fiesta, todos iguales, bajo la atenta mirada del santo, se olvidaban de sus rutinas en la carrera hacia la arena.
__ ¿Y tú no llevas el pañuelo?
___Lo perdí.
Bajó la cabeza y enseguida me miró de nuevo. Me aturdía su mirada o el humo del bar, quizá era el cansancio, la alegría y las ganas de besarlo. Me acerqué más a él.
__No me beses__ dijo al salir.
Después le encontré cerca de la Casa Consistorial, abatido y con heridas en la piel, superficiales. Llevaba el pañuelo rojo en la mano.
__No entiendo de verdad por qué corréis. __le dije anudándole el pañuelo en el cuello.
__ Huimos de la muerte.
Como todos, pensé.
__Ya me puedes besar __dijo él.
DESFILE – Mª Angeles Garbayo Sanz (Cintruénigo, Navarra)
HABÍA SIDO INVITADO EN UNA ÚNICA OCASIÓN A PARTICIPAR EN LOS SANFERMINES, LA FIESTA ENCERRABA EMOCIÓN POR TODOS LOS PUNTOS CARDINALES.
HIZO EL TRAYECTO DESDE CIUDAD RODRIGO CON ALGUNOS VECINOS MÁS. AL LLEGAR A PAMPLONA FUE MUY BIEN RECIBIDO, LE ALIMENTARON Y LE DIERON DE BEBER ABUNDANTEMENTE…
POR LA NOCHE RECORRIÓ ALGUNAS CALLES DEL CASCO VIEJO, LE OBSERVABAN, SU MORENO AZABACHE Y SU PORTE BIEN ESTRUCTURADO LLAMABAN LA ATENCIÓN.
A LAS OCHO DE LA MAÑANA, JUNTO CON SUS COMPAÑEROS SE PREPARÓ PARA INTERVENIR EN EL ESPECTÁCULO ESTRELLA DE LOS SANFERMINES,¡EL ENCIERRO…! AGITACIÓN, RIESGO Y CURIOSIDAD… SE OYEN LOS CÁNTICOS A SAN FERMÍN, SE ENCIENDE LA MECHA, SUENA EL COHETE ANUNCIADOR… ¡PUM!… SE ECHÓ A LA CALLE A CORRER… HACÍA FRESCO, CORRÍA APRETADO ENTRE LOS MOZOS PARA RECIBIR SU CALOR, MIRADA AL FRENTE, CORAZÓN A CIEN, LA CARRERA ERA CORTA PERO ACELERADA, TRES MINUTOS MÁS MENOS, 850 METROS A VEINTICINCO POR HORA, …AL FIN LLEGÓ HASTA LA PLAZA JADEANDO, HIZO LA ENTRADA AL COSO TAURINO, MIRÓ HACIA EL CORRALÓN, SE DETUVO… DE AHÍ, AQUELLA TARDE SALDRÍA ARRASTRADO POR LAS MULILLAS, AQUEL HABÍA SIDO SU ÚLTIMO DESFILE.
EMOCIONES – Aitor Iragi Eraul (Pamplona, Navarra)
Ocho menos tres de la mañana. La serpiente multicolor ya está camino de la Estafeta. Segundo cántico. El periódico en la mano, los nervios por todos lados. Un comentario jocoso, para disimular el miedo. Otra vez manos y prensa en alto. Es el último.
La tensa espera. Cada cual se acerca a su lugar habitual. Todos en sus puestos, saltos, golpes con el periódico a la pared, todo vale para pasar esos segundos.
El cohete. Los saltos, los toros que ya suben. La búsqueda del hueco. La carrera. Miradas hacia adelante y hacia atrás, buscas una salida, todo eso en sólo unos segundos, intensos. Muy intensos. Te retiras como puedes, y ves pasar los toros a tu lado, inigualable momento. Ahí están y siempre hay uno que te mira, desafiante, sabiéndose superior. Por fortuna pasa de largo, sólo te ha avisado. No ha pasado nada grave, el reencuentro, los comentarios, las risas de ver a los guiris asustados con los cabestros de cola, el almuerzo o la cama como siguiente objetivo. Mañana a la misma hora, quizás como colofón a la noche, o empezando una nueva jornada sanferminera. Distintos toros, parecidas emociones.