Mesa de los Sanfermines y la gran escapada 5
El otro día se reunió la Mesa de los Sanfermines. Este ente, cuya puesta en marcha costó horrores y que sólo se consiguió promover por decisión del Pleno municipal cuando el partido gobernante cayó en minoría, suele reunirse de vez en cuando, muy de vez en cuando.
A mi juicio esta Mesa está muy alejada de lo que debería ser una verdadera Comisión de Fiestas, pues no tiene ninguna potestad organizativa o ejecutiva. Únicamente tiene un mero valor consultivo y, por desgracia, con escasa representatividad o, cuando menos, curiosa. Por poner dos casos, no participa en ella la Comparsa de Gigantes (creo que se le va a invitar a siguientes jornadas, seguro que no antes de 2011) y cuenta con dos representantes de Peñas y ocho de asociaciones de jubilados, por ejemplo. Cuando menos curioso, insisto. Eso sí, concejales haylos a tutiplén.
La escasa periodicidad de sus reuniones, dos o tres al año, habla bien a las claras sobre su utilidad. Yo he participado en una submesa dedicada al Encierro y puedo decir que sirve de poco, siendo generosos. Debates estériles, ninguna medida concreta que se vaya adoptar y, eso sí, bien de fotos para políticos y políticas. ¡Viva la participación ciudadana!
Pues bien, parece que en la última Mesa un vecino solicitó que se trate el tema de la huida de pamploneses y pamplonesas en cuanto suena el Txupinazo. Es evidente que cada vez hay más gente que se larga, cada cual tendrá sus motivos, pero ahí el Ayuntamiento tiene una clara responsabilidad.
Lleva años publicitando internacionalmente unas fiestas que no necesitan difusión y cede permisos a espuertas a medios de comunicación que transmiten una información distorsionadísima sobre lo que aquí se celebra y que está provocando un cambio evidente en el ambiente de la calle, haciendo que los Sanfermines pierdan su personalidad. Y a mucha gente de aquí eso no le gusta y sale pitando. Eso sí, se toman la revancha en Navarrería en septiembre, que sí ha sabido mantener ese ambientico aunque andemos todos más con bufanda que con pañuelico.
Es hora, por tanto, de que alguien reflexione de verdad sobre el modelo festivo sanferminero que quiere Pamplona.
Algunos llevamos años haciéndolo y no nos hacen ni puto caso.
Oigan.