Obras del II certamen de microrrelatos
POBRE FERMÍN – Mónica Boix De Ciurana (Barcelona, Cataluña)
– ¿ me ayudaras, Fermín ?
– Y como … ¿no?. Me diste de mamar …
Así me llamo, … y no habrá sido por fe. Como cada 7 de julio, me arrepiento de decirle que sí.
Aún resuena: -!Viva San Fermín!, en mi cabeza … Ayer, como no,… me perdí en la plaza, selvática de alcohol y encontronazos, transmutada en cuanto estallo el txupinazo… Allí perdí mi pañuelo rojo, que atado en mi muñeca levante unos “Goras” antes.
Corro o llego tarde; a cantarle a la “hornacina“.
Mientras corro, fetidez de calles gorrinas – una constante brisa provenientes de mis ropas se unen formando parte de la gracia. Era el arranque de nueve jornadas de juerga enguarrándose a todo trapo, sin interrupción.
En cuanto canté, sprinté, y sin mirar atrás, lidié los 100 metros que se abrían hacia la “Barnicería” de mi madre. Entré justo a tiempo.
– !Por fin vino Fermín!.- !Marchando dos de vino!. No sé porqué vine, pensé.
Sin recuperarme de los riesgos que conllevaban las astas finas , empecé a servir vino como un loco, esperando poder llegar a cantar “el pobre de mí“.
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Jota a San Fermín – Olga Laguarta Abaurre (Pamplona,Navarra)
El momento más emotivo de las fiestas, tiene lugar el 7 de julio durante la procesión en honor a San Fermín.
Es cuando los navarricos, orgullosos de nuestro santo, a través de una preciosa jota, le cantamos desde lo más profundo de nuestros corazones.
Sé que puede resultar extraño el destacar algo tan poco festivo, pero no tenemos que olvidar en honor a quién son dichas fiestas. Por lo que está más que justificado que el momento más emotivo y entrañable, sea el que le dedicamos a San Fermín ¿no os parece?
Es un paréntesis entre tanta juerga. Un instante para la emoción y la devoción al santo.
Los asistentes, mayoritariamente de blanco y rojo, son de lo más heterogéneo…; resacosos con gafas de sol tratando de ocultar las huellas de una noche de juerga, gente que apenas ha dormido un par de horas en el mejor de los casos, familias con niños pequeños, parejas, jóvenes, etc.
No sé qué es lo que tiene, pero lo que sí sé, es que consigue poner la piel de gallina a todo navarro que se tercie.
Es, sin duda, el mejor momento de la fiesta. Y…, ya falta menos para vivirlo de nuevo.
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ESTARÁS OCUPADO – José Ignacio Señán Cano (Madrid, Madrid)
San Fermín, oye, no sé si me puedes oír con tanto ruido que hay en la calle.
Verás, es que tengo un problema y vengo a verte por si me puedes ayudar. Ya sé que estos días estás demasiado ocupado, pero mira a ver si encuentras un ratillo para echarme un cable.
Ya sabes que el viejo se ha quedado sin trabajo y anda el hombre que no levanta cabeza. Supongo que habrá mucha gente que te pida cosas de enfermedades y otras historias, pero si pudieras encontrarme un trabajo para poder llevar algo de dinero a casa… No te pido nada especial, que ya sé que las cosas están como están, pero no sé…, sería suficiente un contratillo de seis meses hasta que todo esto mejore un poco y el viejo vuelva a tener curro. Tío, sabes que si no me hiciera falta de verdad no te lo pediría…
Gorka, ¿Qué haces ahí sentado, tío? Van a dar las ocho y todavía no hemos calentado. Ah, me ha dicho mi jefe que ha quedado un hueco en la fábrica y que te presentes el lunes después de las fiestas.
Gorkaaaaa, ¿pero adónde vas dando esos saltos…?
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MI BUEN AMIGO – Juan Carlos Somoza García (Bilbao, Eukadi)
Perdido estaba yo, pero encontré al taumaturgo de capotico y sonrisa cómplice.
—Quizá me puedas contar algo sobre los sanfermines —le pregunté.
El sol iniciaba una brillante danza en los tejados cuando aprecié un reflejo de sabiduría colgado de sus ojos. Me contestó:
—Lo que yo pudiera relatarte sería como atrapar la vida en una foto. Pregunta a la gente de estos caminos, que huelen a recuerdo, te contarán sobre la trágica carrera de “Semillero”, el quiebro del pastor navarro, “La Única” peña, el primer cohete de Joaquín, la “Fiesta” de Hemingway; te hablarán del perro “Ortega” y su latido dominando el bramido del astado, de quienes habitan conmigo desde Esteban a Matthew hasta la sangre de Anne. Conocerás la senda recorrida de “entrada” a “encierro”, los ocho reyes de la Tierra, los vinos tranquilos que reposan en barrica de roble y las buenas compañías. Oirás el disparo al cielo desde los corralillos de Santo Domingo…
Noté una brisa norteña acariciándome el rostro. Después, siguiendo los dictados de mi imaginación, le rogué que me acompañara. Respondió con tono apacible:
—No puedo, amigo mío, nada es más poderoso que la fe y a mí me esperan en Amiens pero… protegerte… ¡Pregunta!…