La cogida más singular 12
Tirando un poco de hemeroteca, se puede constatar sin lugar a dudas, que de todas las cogidas que ha habido en la historia del encierro, la más curiosa de todas ellas es la que aconteció un 8 de julio de 1939.
Hay que ponerse un poco en contexto y pensar que tras dos años de suspensión por la Guerra Civil, los Sanfermines se volvían a celebrar apenas tres meses después del final de la contienda, tratando así de recuperar un poco la normalidad después de semejante desastre.
Pues bien, ese día el toro »Liebrero» (según he podido ver de la ganadería de Sánchez Cobaleda, aunque también hay quien se lo adjudica erróneamente a Murube) fue citado por un espectador a la altura del callejón y el animal arremetió contra el vallado con tal ímpetu que lo rompió y sembró el pánico entre el público que se había acercado a ver el encierro.
El caso es que entre el público se encontraba doña Clara Herrera acompañada por su tres hijos de 13, 12 y 11 años.
La pobre señora tuvo la mala fortuna de ser blanco de las iras de la res, llevándose un par de cornadas por allí donde la espalda pierde su casto nombre.
Las heridas, aunque importantes, afortunadamente se saldaron con una estancia de 34 días en el hospital.
En cuanto a »Liebrero» su fuga no duró mucho, ya que acabó sus días abatido por los disparos de la Benemérita frente a la puerta principal de la Monumental.
A la vista del chandrío, las autoridades decidieron sustituir el entonces existente vallado simple por uno doble (que es tal y como lo conocemos ahora).
Hay tres fotos que dan cuenta del episodio, de las cuales podeis ver esta a modo de muestra.
