Obras III Certamen Microrrelatos San Fermín
Título Perspectivas Autor Macías Álvarez, Sonia
Los olores, los colores, la fiesta, los bailes, la música, el ambiente, todo es más impresionante cuando se mira desde mi pequeño punto de vista. Todo es más insólito porque nadie repara en mí durante esos días, aunque yo sí me pare a observarlos a ellos. Los veo pasear, gritar, reír, cantar, comer, beber, bailar y celebrar. Los veo desfasar. Los hay de todas las edades, procedencias, clases y condiciones. Dicen que durante nueve días se sienten libres, que pueden hacer lo que quieran, no obstante, se visten todos igual. Por lo visto es su signo de identidad, y una forma de que pobres y ricos, hombres y mujeres, niños y mayores, rubios y morenos, altos y bajos sean iguales al menos unos días al año. Es bonito ver que la gente disfruta y se olvida de los problemas. Es una euforia contenida que nadie sabe de donde viene, pero que sale a borbotones el día en que el txupinazo retumba en el cielo. Y aunque es divertido vivir las fiestas siendo humano, lo es más vivirlas siendo un perro, porque es la única época del año donde nadie se mete con nosotros por ensuciar las calles.
Título ¡ BRAVO POR SAN FERMÍN ! Autor Hernández Rodríguez, Estela
Una palabra dedicada a las fiestas de San Fermín es como comenzar a pintar de magia ese momento tan esperado y que por años se celebra en el lugar. Toros y hombres se entremezclan en carrera, y hacen vibrar de entusiasmo a los que siguen cada momento de la travesía a la vez que los conmueven y llenan de zozobra, aunque sea un esperado encuentro. Desde balcones y calles, todos los que se reúnen para festejar la cita tradicional celebran la resistencia de los intrépidos participantes que en sus deseos de jugar a los toros, no advierten el peligro y se lanzan en la carrera a ver quien llega primero a la meta sano y salvo. Las fiestas de San Fermín comienzan y el blanco y el rojo de pañoletas se unirán como símbolo para destacar con lucidez ese maravilloso momento del que se puede decir mucho, aún cuando el final se encierra en cruento desafío para obtener su éxito. Este triunfo no sólo se queda en San Fermín, porque millones de personas siguen atentos las fiestas gracias al encanto cibernético que hace creernos que estamos allí, y disfrutarlo para luego en un resumen de palabras contarlo.
Título Rumbo a San Fermín Autor Blanco Aristondo, Juan Luis
Como otros años salió de Zeven el 30 de junio camino de Pamplona. Solía darse una semana porque era el tipo de persona que adora el viaje tanto como el destino y no desaprovechaba las ocasiones para facilitar los encuentros, ya fueran con lugareños o con viajeros como ella. Apenas quedaban unos minutos para el mediodía del día seis, y ya estaba empapada en sudor. Mientras se preguntaba cómo era posible que entrara tanta gente en la plaza del ayuntamiento le vino a la memoria la imagen de Raymond, el marino que conoció en La Rochelle. Recordó las caracolas de su pelo, sus manos rudas y agrietadas, su dulce y serena mirada. Los cánticos la devolvieron de nuevo a la plaza. La gente se empujaba, reía, gritaba en todos los idiomas imaginables. Era prácticamente imposible escuchar el pregón. Disfrutaba con aquel espectáculo pero se sentía incómoda. Además del sofoco comenzaba a sentir mareos. Y claustrofobia. Aguantó hasta escuchar el chupinazo. Con el vello erizado por la emoción apagó el minitelevisor, salió a la cubierta del velero y gritó: Ray, tu sabes si el Arga es navegable? No tengo ni idea —respondió él. Y acompañó el giro del timón con una sonora y luminosa carcajada.