Globos 8
No, no me voy a referir a los globos que diversas etnias venden por las calles sableando a padres incautos, ni a esos globitos más pequeños que cuando vamos el día 5 a una farmacia para aprovisionarnos resulta que nos quedamos con el molde porque «acaba de pasar un tal Pamplonudo y se ha llevado todo el cargamento».
Me voy a referir a los globos aerostáticos que desde hace ya unos cuantos años forman parte del skyline de Pamplona entre las 8 y las 9 de la mañana cualquier día entre el 7 y el 14 de julio.
Globo aerostático: Bolsa de material impermeable y de poco peso, de forma más o menos esférica, llena de un gas de menor densidad que el aire, cuya fuerza ascensional es mayor que el peso del conjunto.
¿Ha quedado claro?
Hay constancia de vuelos en globo sobre el cielo pamplonés en 1784. En 1885 la ciudad contaba con un globo -¿podríamos decir «residente»?- llamado «Ciudad de Pamplona».
En la actualidad, la pasión con la que gente como Joaquín Ríos (presidente del Club de Aerostación de Navarra) se entrega a su hobby desde hace 30 años permite que la estampa de los globos sobrevolando la mañana sanferminera no sólo sea posible disfrutarla desde el suelo, sino desde la propia barquilla del globo. Por unos doscientos euros se puede contratar «un viaje» (más información en www.disniruna.com). También se organizan exhibiciones, la Regata Aerostática de San Fermín (la más antigua de España con 30 ediciones), en la que numerosos pilotos venidos de otros lares muestran su pericia. El reto es, en una aeronave sin timón, conseguir sobrevolar la plaza de toros después del encierro. Para ello la clave está en el conocimiento del comprtamiento de las corrientes de aire. En Pamplona le tienen cogido el tranquillo, y conocen ya cómo hacerlo despegando de la Rotxapea y aterrizando en los alrededores de la Upna.
Pero como se suele decir, una imagen vale más que 204 palabras…
