Archivo por días: 16 de marzo de 2012


«La Petra» 5

Corrían los años 90, cuando un legendario porteador de una de mis compañeras había ya dejado de pertenecer a La Comparsa, pero solo había dejado de bailar, puesto que se dedicaba a otras labores y siempre estaba presente en todos los tinglados de La Comparsa (de hecho, aún hoy en día hay gente que sigue pensando que pertenece a La Comparsa, y no es así), esta
persona, dentro de la Comparsa era conocido como “La Petra”, porque siempre estaba ahí, para quitarnos el polvo, para abrir el local a los distintos Colegios e Ikastolas que nos visitaban, para abrir el local a los diferentes técnicos municipales que querían visitar el local, para abrir la puerta a los distintos medios de comunicación que nos querían sacar fotos, etc…, etc…..
Vamos, que servía lo mismo para un roto que para un descosido, de hecho, esta persona tenía una mueca muy peculiar a la hora de dar el visto bueno a Josephamunda una vez vestida, se colocaba frente a ella con la mantilla puesta, y dependiendo de la mueca ya se sabía si estaba bien o no estaba bien colocada, y lo mismo pasaba con el resto de compañeros, era como el
Sargento a la hora de pasar revista.

Esta persona, hubo un año que dejó de bailar, de hecho fue de los pocos que al llegar a los 25 años en la Comparsa, decidió dejarlo, aunque hubiera podido bailar algún año más, pero su amor por los San Fermines le llevaron a alejarse de La Comparsa durante los 9 días y poder disfrutar como nadie de los San Fermines, dejándonos durante unos días de lado. Tal fue así, que Urmeneta le llego a figurar junto a su hermano en una de sus ilustres camisetas, como algo ejemplar de los San Fermines.

Pues bien, esta persona se puso a ver la Procesión de ese 7 de Julio frente al hoy en día Palacio del Condestable, en aquel entonces Almacenes Pamplona (Digo esta publicidad por que ya no existen dichos Almacenes, y mando desde aquí un gran abrazo a otro San Ferminero de Pro donde los haya, el Sr. Fernando, dueño y señor de aquellos antiguos almacenes), así pues, empezó a pasar la Procesión con los kilikis, cabezudos y Zaldikos a la cabeza, y todos y cada uno de ellos saludaba a nuestra “Petra”, -hola Petra!!!, hasta luego Petra!!!, que bien vives ahora Petra!!!, que bien te veo Petra!!!, que limpico vas Petra!!!-, rezaban todos y cada uno de los miembros de nuestra Comparsa…., hasta incluso, los porteadores de mis compañeros, llegaban a pararse y a estrecharle la mano y dar un abrazo. Una pareja que estaba a su lado, ya se habían dado cuenta de que esa tal Petra, no era un alguien cualquiera. Más tarde pasaron el Clero, junto a las distintas hermandades, y al igual que los antiguos compañeros suyos, no dejaron de saludarle de nuevo, con palabras de cortesía, Hasta luego Petra!!!, este año ya no estás o qué??!!!, no sabíamos que lo habías dejado!!!, esto no será lo mismo sin ti!!!, se escuchaba a su paso. Seguidamente llegaban los maceros, timbaleros, y Txistularis, y más de lo mismo, -Hasta luego Petra!!!, que bien vas hoy Petra!!!, no pensaba que ibas a madrugar Petra!!, o estas sin dormir Petra???-, el caso es que la pareja de al lado ya no disimulaban en ver y tratar de averiguar quién narices era aquel “Petra”, y miraban y comentaban entre ellos alguno de los saludos. Después llego la Corporación, y ninguno, he dicho bien, NINGUNO de la Corporación de aquel entonces dejó de saludarle, e incluso de acercarse hasta él para darle
un abrazo y felicitarle las fiestas, incluido el Alcalde de aquel entonces -Felices Fiesta Petra!!!, espero verte muchos años aquí Petra!!!-.

La Pamplonesa hizo lo mismo, y en su afán por seguir tocando estos le saludaban a través de muecas sin dejar por un momento de tocar sus instrumentos, incluso alguno que descansaba en esos momentos y que le pillaba de paso, estrechaba su mano a su paso por su lado de la comitiva, sin dejar de sorprenderse de nuevo la pareja que estaba a su lado preguntándose
quién coño sería ese al que todos le saludaban, y ya hablándole a él como si del mejor amigo se trataba, La Petra evidentemente guardaba su saber estar, y se callaba como una mosca sin soltar ni prenda del por qué le conocía tanta gente.

Pues bien, hoy es el día, en que curiosamente, esa pareja le saluda a La Petra siempre que se lo cruzan por Pamplona, y La Petra se descojona, puesto que sabe que le saludan sin saber de quién se trata exactamente, si no por el hecho de ser al que todo el mundo saludaba en aquella famosa Procesión.

Un saludo desde estas líneas a la Petra, una persona muy emblemática dentro de nuestro grupo, tal y como he tratado de transmitir en este relato.

Saludos,

Toko-Toko