Archivo por días: 20 de agosto de 2012


IV Edicion Certamen Internacional Microrrelatos San Fermín

Ricardo Badenes Velasco (Atzeneta del Maestrat, Castellón)

Y ESO QUE SOLO VAN A TIRAR UN COHETE…

Mi padre andaba inquieto y mucho más jubiloso de lo habitual. Hacía mucha calor. De buena mañana, mi madre y él cargaron el flamante Dos Caballos, y emprendieron viaje. Hacia mediodía, a la altura de Zaragoza, mi progenitor detuvo el coche. -¿Qué haces? Sin mediar palabra, sacó su pañuelico rojo, miró el reloj, esperó unos segundos y se lo anudó al cuello. -¡Vamos! Eran las 12 en punto de un 6 de Julio de mediados los 60. Iban a vivir sus primeros Sanfermines. 40 años después. Plaza Ayuntamiento, Valencia, 6 de Julio, 12 horas. En la radio, una voz de mujer lanza un grito a los cuatro vientos… “¡Viva San Fermín!”. Emotivas lágrimas enfilan mis mejillas. Desde el asiento de atrás, mi hijo, 20 años, lo ve todo. Nada dice. No es necesario. Aquel día, como yo 40 años antes, aprendió lo que pueden significar los Sanfermines. Justo 1 año menos un minutico después. Pamplona. Carlos III. Mi amigo Quique y yo. -Tengo la piel de gallina. -Y yo… La emoción contenida, los pelos como escarpias… -Y eso que solo van a tirar un cohete… Se oyó el Chupinazo, nos anudamos el pañuelico y, sin mediar palabra -no podíamos-, nos abrazamos. -¡¡¡Viva San Fermín!!!

 

Andrés Fornells Fayos (El Padron, Estepona, Málaga)

TRADICIÓN HEREDADA

Mi abuelo corrió en los Sanfermines, mi padre hizo otro tanto y como no podía ser de otra manera, también he corrido yo y sigo corriendo. Nuestra gran fiesta es muy conocida internacionalmente y cada año, de todas partes del planeta viene gente a celebrar con nosotros esta importantísima fiesta, que es única en el mundo entero. Hoy es un día muy especial para mí. Hoy por primera vez ha corrido mi hijo mayor conmigo. Y ahora que es de noche y ya ha pasado la excitación y las emociones del día y hemos cenado, mientras me fumo un cigarrillo en la terracita de mi casa y escucho el jolgorio que hay en la calle, en la que se mezclan los idiomas como si se hubieran reunido todos los obreros de una imaginaria torre de Babel, recuerdo cada imagen vivida esta mañana y la emoción que me invade llena de humedad mis ojos, porque esta mañana, mientras corríamos, mi hijo estaba más pendiente de que los toros no me pillaran a mí, que de que lo pillaran a él. Y cuando hemos terminado con los astados ya entrados en la plaza, se ha abrazado a mí y me ha dicho: —¡Papá, somos grandes!

 

SONIA LESTADO MATUTE (viana, navarra)

¿CRONICA DE UN ENCIERRO?

Como diría mi viejo amigo Ernest, intenta comprender,no eres un personaje de tragedia, y con esa máxima entre ambas cornamentas, recorría la Estafeta detrás de unos cuántos mozos bien conjuntados que intentaban dejarme atrás.Animado por los ánimos, que en diferentes y lejanas lenguas llegaban a mis oídos, miraba hacia arriba, y a pesar de que acababan de dar las ocho campanadas, aún percibía ese olor acre que la pasada noche, cómo una lluvia de estrellas multicolores, había inundado el cielo de mi querida Pamplona.Bajo mis cuatro patas, un pavimento fuerte y curtido, testigo de muchas jornadas,que como hoy ,empiezan el día entonando una emotiva petición al santo y acaban con el sol ya dormido, en un mar de fiesta y alegría, donde algunos naufragan por amor,otros por desamor, pero desde luego ninguno por aburrimiento.Y a mi alrededor una nube de blancos y rojos, recordandome un tablero de ajedrez en el transcurso de una partida con final incierto.Reunidos los trebejos, cada uno en su posición, transcurre ya la partida, que tras tres largos minutos en tablas culminó.Qué viva LA FIESTA!

 

Carolina Iriarte Erdozain (Bilbao, Bizkaia)

Momentico de vuelta en la villavesa

-¡Cómo se me han quedado de sucios los bajos de los pantalones! -Mi ama los mete en “Coca-cola” y se quedan blancos -¿En serio? pensaba que era una leyenda urbana -En serio, hasta la ropa de los toros se queda como nueva. Cuando vivíamos en casa de mis padres, a la que íbamos llegando nos desvestíamos y metíamos la ropa blanca en la lavadora, cuando amanecíamos estaba limpia, era como un milagro. -Sí, el milagro de la madre sanferminera, de todos modos es una especie en peligro de extinción. -Ya te digo… ¡Ay! ¡Qué ganas de llegar a casa! Me duelen los pies. -¿Mañana sales? -No, ya no salgo más de noche, ahora con el crio me toca hacer planes diurnos -¡Qué rollo! -Bueno, no creas, los sanfermines de día tienen su cosa también. -¿Qué cosa? -Pues los kilikis, la emoción de los críos… -¡Venga Ainara! pero si el tuyo está todo el rato llorando, es acercarse Caravinagre y entra en shock. -¡Qué no!Le gustan mucho pero de más lejos -Ya… ¿Y qué más? -Pues la procesión… -¿La procesión? Pero Ainara si tú no has hecho ni la comunión -Pues te juro que se me ponen los pelos como escarpias… -Ya,ya…anda dale al timbre.