Archivo por días: 20 de septiembre de 2012


IV Edicion Certamen Internacional Microrrelatos San Fermín

Julio González Munill (Alicante, Alicante)

Miradas

La bestia me miró a los ojos. Yo también fijé mi mirada en los suyos. Entonces, los dos comprendimos que la fiesta acababa de comenzar. Y corrimos.

 

ALEJANDRO GARMENDIA GOMEZ (PAMPLONA, NAVARRA)

MINOTAURO

Allí estaba, tembloroso ante la tormenta perfecta. Sobre el adoquín más famoso del mundo, junto a otros locos apasionados de la vida. Si amigo, ahí la busqué, y tardé tan breve espacio de tiempo en encontrarla que sentí una punzada tan profunda en el pecho que me pareció estar muriendo y resucitando en un mismo suspiro. Cerré los ojos y me encerré dentro de las fronteras que había conocido hasta entonces. ¿Qué vida es esta a la que nadie respeta hasta el momento de cruzarse con trenes como este? Trenes llenos de pasajeros nacidos de las sensaciones y de los escalofríos. Si la piel quiere ser gallina, se lo permito, se lo exijo, se lo ordeno, por los clavos de Cristo, que lo sea. – Abre la puerta, ábrela que entro -dije sin reparos. – Te abro, pero entiende que tu destino no es el infierno, es el paraíso -respondió el ser astado Los últimos pasos fueron los suyos. Juntos los dimos. Y mientras sentía como me atravesaba, acabamos por fundirnos en uno solo

 

MIGUEL PEREIRA RODRIGO (MADRID, MADRID)

DE INFARTO

Todavía recuerda con nitidez su primer San Fermín. Desde que emprendió el viaje a Pamplona estaba nervioso. Y una vez allí, vivió con el corazón en un puño el canto previo al patrón y el fogonazo de salida. Una marea blanca y roja lo cubría todo y la carrera… La carrera pura adrenalina, sobre todo cuando, con los morlacos a escasos centímetros, se cayó bien avanzada Estafeta. La tensión le permitió incorporarse como un resorte y continúo corriendo, lo que restaba hasta la plaza, con el pitón de un Miura rozándole el costado. Sobre el albero consiguió relajarse. Pero eso no había sido nada. Por la tarde tuvo que brear con unos obstinados hombres que se empeñaban en plantarle cara. Finalmente, con toda la plaza puesta en pie, consiguió el indulto.

 

Jesús Espada Triguero (Toledo, Toledo)

San Fermín al rescate

6 de julio. 8:55 h. El sms de Patxi me deja helado: “M voy al pueblo. No t he dicho nada pq t vas a mosquear. Disfruta”. Le llamo pero salta el buzón. Debí imaginarlo. Lleva casi un año en paro y cada vez está más jodido. 9:10 h. Me ducho en un minuto. Meto ropa blanca y dos pañuelos en una bolsa y salgo disparado. 9:30 h. Me dicen en la estación que el autobús salió a las nueve. Es de los que hacen varias paradas. Toca correr. Me juego la multa. Insisto con el móvil, sigue fuera de cobertura. 10:20 h. Alcanzo al autobús casi en el pueblo. Patxi baja con la mirada perdida. Alucina al verme allí. No hace falta decir nada. La gente nos mira fundidos en un abrazo. En el viaje de vuelta no hay sitio para crisis ni tristezas. Solo cabe la fiesta. Y la amistad. 11:45 h. De nuevo en Pamplona, nos vestimos a la carrera. 12:00 h. Imposible llegar este año a la Plaza del Ayuntamiento, pero el chupinazo es más emocionante que nunca. Una lágrima se escapa al atarnos el pañuelo. Con la mitad de presupuesto, presiento que serán los mejores sanfermines de mi vida.