IV Edicion Certamen Internacional Microrrelatos San Fermín
Rafael Cortés Estruch (Betxi, Castellón)
LA CUESTA DE SANTO DOMINGO
Si de todos los tramos que consta, los encierros de San Fermín me dieran a elegir, sin duda seria el de la cuesta de Santo Domingo. Cuando uno esta en ese lugar se respira una atmosfera fuera de lo común. Muchas veces había visto por la televisión la salida de los toros y a los mozos corriendo, pero en la televisión no te da la perspectiva de una cuesta bastante inclinada, una cuesta que te hace pensar como toda esa gente apiñada frente a la estatua de San Fermín, cantando su cantico momentos antes de la suelta de los morlacos, pueden ser capaces físicamente de correr mucho más que los toros y no ser cogidos por ninguno de ellos, porque si se me permite la expresión hay que tener bemoles, subir esa cuesta corriendo, tropezando con otros corredores y encima tener en la mente , las astas de los toros de trescientos a cuatrocientos kilos que van envistiendo por la parte de atrás. En ocasiones dicen que una imagen vale más que mil palabras, pero yo puedo aseverar que en este caso se podría decir a cualquiera que desee disfrutar de estas fiestas que estar en el sitio vale más que mil imágenes.
Maite García de Vicuña (Vitoria-Gasteiz, Alava)
My Way
Sentado en un banco de Central Park observo las siluetas de los rascacielos que recortan el horizonte. Recuerdo el momento en que llegué a Nueva York, diez años atrás. Hoy, como cada San Fermín, rememoro paso a paso la liturgia de la fiesta. Entorno los párpados y siento el murmullo de la gente, el bullicio, la alegría, los cánticos entonados al Santo, el batir de los periódicos enrollados blandidos al aire, el aroma de euforia, mi emoción y el latir acelerado del recuerdo que me aproxima a los astados, a su aliento, al retumbar de las pisadas en el suelo, al acompasado sonar de los cencerros de los mansos y mis piernas recias atravesando ligeras el recorrido, mientras miles de gargantas rugen entre las vallas. Un cuerno que empuja y un gran quemazón en la cara hacen que abra los ojos. Me noto la camisa pegada al cuerpo, sudada. Ha sido un sueño –pienso, al mismo tiempo que acaricio con los dedos la prominente cicatriz que aún perdura bajo mi barbilla. Decido caminar por Broadway, canturreando “A San Fermín venimos…” Al atravesar la Quinta Avenida siento en el estómago vacío esa otra cornada insidiosa que me hizo emigrar y sangrar de añoranza.
JESÚS PÉREZ ARTUCH (PAMPLONA/IRUÑEA, NAVARRA)
Con los cinco sentidos
Tenía olor a siesta, a faria, a sudor de bochorno. Sabía a pacharán, a bota de vino, a champán de mano en mano. Se palpaba nervioso, inquieto, juvenil. A los oídos sonaba inconfundible, único. La mirada puesta en un reloj, en una plaza, en una batuta. Con los cinco sentidos gritau, disfrutau, acalorau, afamau, redactau, radiau, zarandeau, fotografiau, contau, cantau, atrasau, brincau, ratificau, entonau, admirau, opinau, narrau, empujau, interpretau, insultau, apretau, mojau, finalizau, bailau, emborrachau, golpeau, criticau, maltratau, fastidiau, manchau, desafinau, reclamau, apartau, engalanau, recuperau, maravillau, cancelau, llorau, politizau, paseau, desfilau, parau, reivindicau, amau, aclamau, extranjerizau, masificau, nunca olvidau…y este año ¿celebrau? ¡Riau-riau!.
CARMEN TEJADA, NAVARRO (LOGROÑO, LA RIOJA)
ANHELO
Se conocieron en fiestas de San Fermín, en el café Iruña. Cada siete de julio, sentada en una de las mesas del rincón de Hemingway, deseó que al pronunciar la última palabra del libro que le había regalado, él apareciera. Ahora, en brazos de la vejez, sólo quería que un desconocido se colocara detrás de ella y asustara su soledad.
Raúl Garcés Redondo (Zaragoza, Zaragoza)
DE ESTE AÑO NO PASA
De este año no pasa. Cada San Fermín me propongo madrugar para coger un buen sitio en la curva de Mercaderes con Estafeta pero nunca lo consigo. Esta vez he decidido estar mucho antes. Y vengo preparado para la larga espera. Tengo la bota de vino, una cazuelica de magras con tomate. También llevo por aquí chistorra, pimientos del piquillo rellenos de bacalao. Y, como no, un buen pacharán para hacer la digestión. Ah, lo olvidaba. Y un calendario para ir tachando los días. Veamos, hoy es 6 de Junio. Ya falta poco.