Archivo por meses: diciembre 2012


Capítulo -VII 1

7:00 AM Ocho de Julio, Calle dela Mañueta, en un estado arcano indescifrable:

Nada más bajarse del taxi, sintió nuestro héroe una arcada que casi le obliga a esparcir al azar los restos de su escueto desayuno. El hedor, consecuencia de 24 horas de fiesta ininterrumpida, trepaba por su bigote para alojarse en su  infalible nariz.

La cola era larga y uniforme, como la de nuestro Héroe, P. Así lo había podido atestiguar la mujer de la extraña pareja…La ligera cuesta dela Mañueta,  a esa hora temprana, se asemejaba a un “Hors de Catégorie”. La muchedumbre, desnortada, deambulaba sin rumbo.

Resoplando  a través de su poblado bigote, alcanzó la churrería regentada por Paulina. Señora de pelo cano, desarregladamente arreglada mediante su impoluto delantal y blusa a cuadros blanquiazules, atacaba la rosca de churros con una velocidad y destreza ya legendarias.

Nada más poner un pie en el local, el olor a churros le embriagó. Quizás es que lo estuviera, más no de ese olor inconfundible. Paulina, atenta, le lanzó un churro a la cara que P. diestramente alcanzó gracias a sus vetustos reflejos. Inundándose la boca de ese sabor inconfundible, pronunció la clave:

–Churro, media manga y manga entera llevo yo.

Con gesto despistado, se introdujo felinamente en los fogones. La mezcla de fuego, calor, trabajo y olor formaba un regalo para la afilada nariz, quizás península, de P. Dentro de una plateada bandeja, tres churros formaban una A. Un sobre al lado de un chupito, componían el cuadro.” Si quieres averiguar, en tu nombre las letras añadirás…”

Con la grandeza a la que ya nos tiene acostumbrados, PA., devoró el crujiente trío churrero, a la vez que un estruendoso chupinazo, el segundo en dos días, anunciaba que seis toros seis, recorrían las calles de la vieja Iruña. El séptimo y mas peligroso, dando un alarido, atravesaba la puerta pregonando

¡¡¡¡¡Viva Sannnnnnn Fermín…..!!!!!!!

 

(Continuará…)


Se acabó 4

He sido señalado. Tengo la suerte de poder escribir el último post antes de que el mundo sea destruido. Leerlo rápido no vaya a ser que os pille la destrucción a mitad de lectura.

Ya me tocaría las narices que fuera cierto porque todavía me quedan cosas por hacer en   San Fermín. Esas cosas que piensas que tienes muchos años por delante para hacerlas y las vas dejando. Y vienen ahora los estudiosos de los mayas y nos dicen que caput, se acabó finito.

A mi me quedan varias cosas, por ejemplo la «corrida campera»… ¿se llama así?. Si no se destruye el mundo hoy y se destruye dentro de 20 años creo que me seguirá pillando sin haber visto esa «corrida campera»… Seguro que más de uno tiene su acto sanferminero que no va ni va a ir en su vida…. Now It´s late!

El año que viene hay que comenzar cogiendo el programa oficial y/o el oficioso y no perdáis ni un minuto, aprovechad a vivir todas las actividades programadas y no programadas, tendremos 204 horas para ello y si echan la persiana al mundo… que me quiten lo bailado.

Y por si no fuera poco, hoy no solamente se acaba el mundo sino que también se acaba el otoño…. y no sólo eso sino que también se acaban las clases, y no solo eso sino que se está acabando nuestra «travesía por el desierto»…

En fín no dejéis para mañana lo que podáis hacer hoy.

De todas formas os deseo a compañeros, lectores y participantes que paséis una Feliz Navidad y tengáis un próspero año nuevo… Si llegamos.


Un cruel descubrimiento 6

Llegan las Navidad y con ellas la consecución de ese pequeño bulo universal que nos montamos en las casas y con la que embaucamos a la gente menuda coincidiendo con la nochebuena o la epifanía. Uno piensa que con la parafernalia que se monta dentro y fuera de las casas en torno al asunto, los críos tienen que sentirse un poquito engañados al saber la verdad.

El problema es cuando uno se lleva estas decepciones de mayor y descubre que lo que uno tenía por hechos y principios imperturbables, no lo son tanto. Y aquí empieza mi relato de lo que aconteció el pasado siete de julio.

Para la logística sanferminera, uno utiliza la casa de un cuñado que se encuentra al lado del coso taurino. Salía un servidor del festejo taurino e iba a dejar la mochila en el mencionada casa. Era sábado y la calle estaba de bote en bote con el personal bailando, bebiendo y festejando. Mientras abría la puerta del portal una pareja estaba llamando al telefonillo. Me fijé poco en ellos pero ambos lucían un estilismo sanferminero de fín de semana: pantaloncitos blanco cortos ella, vaqueros él, con fajas y pañuelos anudados de un modo imposible de homologar por el sanedrín de este blog. Mientras se iba cerrando la puerta, alcancé a escuchar que ella le preguntaba él por su nombre.

Tras recargar la nevera con bebidas para el día siguiente y hacer algún que otro recado bajé por las escaleras con la cabeza puesta en el Gin Tonic que iba a caer a continuación. Al llegar al portal, que tiene el tamaño de una sucursal de banco, escuché un ruido en las escaleras que bajan a los trasteros de la casa. Temiendo que algún cabrón se hubiese colado para hacer sus necesidades, práctica habitual del fin de semana, asomé un poquito la cabeza por la barandilla. Sólo presencié la escena un instante y el ángulo de visión sólo permitía ver una pequeña parte de esta, pero puedo decir sin temor a equivocarme que la pareja del telefonillo estaba echando un esploto con todas las de la ley ¡en la puerta del trastero de mi cuñado!

Ni que decir tiene que me largué de allí disparado, que uno no tiene vocación de voyeur. Aunque la visión de la escena me persiguió durante todo el verano y me hiciera adicto a los relatos de Patxi Irurzun.

Tantos años pensando que el sexo y los Sanfermines eran como el agua y el aceite… y resulta que los hay que follan en San Fermín ¡y con gente que acaba de conocer!

¿Quién nos metió esa idea en la cabeza de que los sanfermines eran sólo alcohol y toros?¿Será verdad lo de las australianas en Navarrería?¿Nos habremos perdido algo? ¿Qué será lo próximo que descubramos, que San Fermín no era morenico?

Mientras tanto sólo queda desearos a todos felices fiestas y un buen paso del primer escalon de la escalera.

 

 


De comida 3

Días de comidas de trabajo. Sin embargo esta vez no parece que tenga en mente acudir a la misma, no por el regular resultado de la empresa, ni por las tensiones existentes tras los últimos despidos, ni por la bajada de sueldo anunciada recientemente por el gerente. Añorará los buenos ratos pasados con sus compañeros en anteriores celebraciones, buenos platos, ricos cubatas, charlas amenizadas con música y multitud de chascarrillos de unos y otros. De hecho, en la última comida de empresa realizada antes de unos Sanfermines, estaba eufórico por la llegada de su primer nieto, por el viaje que tenía previsto realizar ese verano, por la inminente llegada de las fiestas. En el baile posterior a la comida, un mal paso en uno de los movimientos de la canción de moda de ese momento hizo que se lesionara gravemente el tobillo y se perdiera la práctica totalidad de los Sanfermines de ese año. Los toros por la tele. Juró no volver a bailar ni hacer ninguna actividad que supusiera el menor riesgo para él en vísperas de un seis de julio. Sus sesenta años y más de cien kilogramos empezaban a ser un lastre para él.


Datos sanfermineros (III): Fumanchú (II) 3

Hace unos días llegábamos a la conclusión irrefutable de que en sanfermines se consumen (nunca mejor dicho) 51 millones de cigarrillos.

51 millones de cigarrillos.

Parecen bastantes, ¿no?

Son 2 millones y medio de cajetillas de tabaco. Para almacenar todas, supongamos, el 5 de julio, preparadas para que alguien comience a repartirlas por los puntos de venta de la ciudad, haría falta una pista de squash entera, petada de lado a lado y de arriba a abajo.

Como ya comentábamos, nos fumamos una plantación de tabaco de una extensión equivalente a la superficie herbácea de 23 estadios del Sadar.

La cantidad de tabaco que contiene un cigarrillo es cada vez menor. Cada vez más se emplean componentes químicos y derivados de todo tipo, por no hablar del relleno que los fabricantes meten picando hasta los tallos de la planta del tabaco. Se aprovecha todo, como en el caso del cerdo.

En cualquier caso, si damos por buena la cifra de que cada cigarrillo contiene 0,5 gramos de tabaco, resulta que en fiestas damos buena cuenta de nada menos que 25 toneladas de tabaco.

No está mal tampoco echar un vistazo a la parte económica: vamos a dar por bueno un precio de 4 € por cajetilla, precio que lleva hoy mismo por ejemplo la cajetilla de Pall Mall (los sanfermines tendrían mucho más glamour si todo quisqui fumara Pall Mall, pero bueno, nos acusarían de habernos rendido definitivamente al sueño americano…). Bueno, que me voy por los cerros de Úbeda… un alhijo de cartones de Pall Mall que ocupase una pista de squash enterica alcanzaría en la calle un valor de más de 10 millones de euros.

No es mala cifra de facturación para tratarse de un producto que no exige grandes decisiones de compra por parte del consumidor. Poco a poco, paco a paco, se va haciendo número.

Dado lo intensivo que es el cultivo del tabaco en mano de obra, hubiese estado bien poder calcular también el empleo que creamos fumando como carreteros en fiestas, pero los datos hallados son tan dispares que no me atrevo a utilizarlos. Pensemos que hoy la mitad del tabaco que se cultiva en el mundo lo hace en China, y dar por buenos datos oficiales chinos suena a chino.

Como tampoco entraré a valorar cuánto cáncer se genera en esos días de julio, o cuánto se incuba. La relación es innegable, pero no hay consenso sobre la correlación exacta.

Bueno, ahí os dejo reflexionando sesudamente sobre el alcance del vicio tabaquil en sanfermines, posiblemente mayor de lo que hubiéramos pensado… ¿o no lo habíamos pensado?