Archivo por días: 17 de junio de 2013


Más relatos finalistas (clasificados 4º al 6º)

Hoy tenemos el placer de publicar otros tres relatos más, en concreto los que se clasificaron en los puestos cuarto, quinto y sexto.
Esperamos, de verdad, que os gusten tanto como a nosotros.

CUARTO CLASIFICADO
‘‘El almuerzo setenta y cuatro’’, por Diego Maya

La faja para la hernia. La pastilla para el colesterol. El sí, hija, tendré cuidado. Así hasta cumplir las diecisiete formalidades de cada mañana. Lista mental acabada. A empezar un nuevo día.
Entonces se colocó el pantalón blanco. Las zapatillas que no veía desde el año pasado. Empezaban las formalidades anuales. Camisa blanca, la faja roja a un costado, y el pañuelo, que parecía impaciente por abrirse, perfectamente doblado en el bolsillo.
Cogió de la nevera tres chistorras, una barra de pan que olía a día por estrenar y dos botellas de vino y una de pacharán, solo por si a Antonio se le olvidaba que tenía que llevarlas él.
Mientras salía por la puerta, miró la hora: aún faltaban tres horas para las doce, pero ya sentía cómo se le iban cayendo los años.

QUINTO CLASIFICADO
‘‘Frustración’’, por Pedro Pastor Arriazu Maya

Aunque, según decían, las posibilidades aumentaban considerablemente en esas fechas, una pátina de desconfianza enturbiaba mi ánimo, pues, ¿no llevaba encima suficientes fiestas en honor al Santo como para seguir confiando en que un obispo, que en definitiva eso es lo que era el homenajeado, intercediera ante el destino para que copularan sus fieles?; ¿no ocurriría, más bien, al contrario, que ya se
las apañaría el sujeto para que triunfara la aburrición sobre el gozo, la abstinencia sobre el apetito satisfecho, el joderse sobre el joder?
Ese año, todo transcurrió según lo previsto: aperitivo, comida, siesta, toros, salida con la peña, cena, andada, encierro, desayuno, breve cabezada y vuelta a empezar sin dejar ni un solo instante de
pensar en lo mismo.
La ocasión surgió durante el Pobre de Mí con una bilbaína.
—Tengo billete para el autobús de las siete —me advirtió.
—No importa —contesté arrojándome vestido a la cama.
Me desperté a las once tal como me había acostado, con ropa y entero. Sobre la mesilla, una nota: «Chico, no me atreví a despertarte.

SEXTO CLASIFICADO
‘‘El sonido más anhelado del año’’, por Mertxe Labrador Otamendi

Godella, 5 de julio de 2013. Son las 11 de la mañana, cuando me introducen en un camión al lado de otros colegas, camino de unas de las mejores fiestas del mundo. Nos llevamos el sabor del azufre, del carbón y del potasio, que intercambiaremos con el aroma del cava que veremos estallar bajo nuestros pies. Un viaje de 4 horas y 28 minutos que compartiremos juntos pero no revueltos. Cada cual tiene su lugar, y el mío es especial. Soy el privilegiado de la cuadrilla, me llevan entre algodones.
Llegados a nuestro destino, somos repartidos. Treinta compañeros y yo, estamos reclusos en un edificio con una preciosa fachada barroca. Pasaremos la última noche de nuestras vidas en silencio, mañana… cada uno será trueno y estela en el firmamento.
Pamplona, 6 de julio de 2013. Son las 11:59 de la mañana. Estoy preparado… soy el primero de mis camaradas en asomar a un balcón, donde atisbo miles de personas de blanco y rojo que me vitorean. Mi 1,20 de largo, mis 14 milímetros de diámetro y mis 133 decibelios se fundirán con un emotivo ¡VIVA SAN FERMÍN! humano. Soy el sonido más anhelado del año.