Esas llamadicas 3
A uno, que es previsor, le gusta ir organizando los Sanfermines con tiempo. Ya a primeros de Junio empiezo a hacer las primeras gestiones. La última cena de escalera la dedicamos a ver los planes y compromisos que durante las Fiestas vamos a tener. Empezamos a reservar mesas para almuerzos y cenas. Llamar al mozopeña de turno para que nos pille los abonos o las entradas de los días que queremos ir. Saber cuántos invitados foráneos traerá cada uno y que días van a venir para intentar tener todo medianamente controlado. Y con este croquis general vamos entrando en ambiente.
A mediados de Junio se produce la primera tanda de llamadas. Llamadas que evidentemente anuncian modificaciones. Los que iban a venir un día vienen otro. El día que queríamos ir toda la cuadrilla a los toros no hay entradas. O que el que se iba a encargar de hacer la comida tal día se va a Salou con los críos. Como suele haber tiempo de sobra, una cena sirve para repasar el planing, hacer alguna llamada y modificarlo sin mayores apuros.
Cuando uno ya tiene todo bajo control, vienen las llamadas de finales de Junio. Estas son más problemáticas, ya que el margen de maniobra es menor. Que el que tenía que reservar mesa se le había olvidado y ya no hay sitio para cenar tal día. Que los guiris no vienen ningún día y hay que colocar sus entradas. O que el encargado de la priva de los toros se pira con el otro a Salou. Con un poco de esfuerzo y buena voluntad este tipo de novedades aún se pueden solucionar. Almorzaremos 13 en una mesa para 10, o bajaremos todos los días a la Rotxa a por la priva, o reservaremos mesa para comer fuera de Viejo si no hay otro sitio.
Después de un mes organizando todo, cambiando de planes a mitad de Junio y moviendo Roma con Santiago a finales para cuadrarlo todo, suena el teléfono. Esas llamadas del 3 y 4 de Julio. Cada vez que suena el teléfono en estos días me entran sudores fríos. Imprevistos de última hora. Los que se van a Salou se vuelven el 13 y se apuntan con las mujeres a la comida del 14. Y a los toros. Que los guiris al final vienen. Pero no vienen el 7 sino el 8 y que son 6 y no tres. Que claro, alguien tiene que meter a los tres nuevos en su casa. Y que se quedan hasta el 11!!! Que se ha jodido el congelador donde teníamos el cordero y el rabo de las comidas. Y te ves un 4 de Julio metiendo la jala en taparguaricos, con 14 para almorzar el día 6 en una mesa para 10, 12 comiendo el 7 en una mesa para 20. Intentando buscar un sitio para comer 16 el 8, e intentando vender entradas para el 7 y el 10 y comprar para el 8, el 9 y el 14.
Son momentos en los que uno se cisca en lo más grande y manda a todos a donde cristo perdió el mechero. Pero llega el día 6, te vas a almorzar, y las cosas durante las Fiestas van fluyendo de tal manera que acabas consiguiendo cuadrar todas y cada una de las necesidades de la cuadrilla. Las necesidades de uno, es más complicado cuadrarlas.