Archivo por días: 17 de agosto de 2013


MICRORRELATOS PRESENTADOS EN LA V EDICIÓN DEL CERTAMEN

RECUERDOS

 

Me desperté sintiendo el rojo del Kalimotxo tomado horas antes, el de los labios de una mujer que quiere ir acorde con la fiesta y del pañuelico anudado al cuello. La noche previa no había estado nada mal, como dirían en Chile, fue un gran carrete. Extraño una vez más, a pesar de ser casi idéntico año tras año: música, incontables abrazos, un mundo hecho cuidad, acentos que suenan a ganas de compartir. Extraño ver amigos de siempre fundirse en uno como si fuera la primera y la última vez en encontrarse. Tras aparcar cerca de la ciudadela la rodee, esperé a que el semáforo cambiara de color y di un par de vueltas a la estatua de los fueros hasta que vi a Ibai. No hay jotas sin Sarasate, y Sarasate sin estatua a modo de lugar de encuentro. Me echo el brazo al hombro y fuimos a buscar una sonrisa, la de la camarera que parece alegre a pesar de estar cansada de trabajar, de horas de pie, de poner buena cara, perder al cliente que se va sin pagar una ronda, y pese a todo sentir que vale la pena. El euro cuesta, y más si se viste de fiesta.

 

Mari (María del Carmen) Ollo Alacasena

 

 

Д326ЙЂ

 

En una gélida oficina postal de Чукотка, el empleado Д326ЙЂ, emigrado español, es un tipo extraño. Balbuce, en un babélico lenguaje (quizás mezcla de ruso y español), que andaba corriendo las calles de su pueblo y que, al girar en Mercaderes hacia Estafeta, el ímpetu y la exaltación festiva le hicieron derrapar hasta dar con sus huesos en la oficina postal, en la que trabaja desde entonces, con notable eficiencia a pesar de su origen incierto. Está muy claro que su historia sólo puede ser un espejismo, fruto de las dificultades idiomáticas: uno intenta explicar, por ejemplo, que volverán las oscuras golondrinas, y lo que dice en realidad es que el vino que tiene Asunción ni es blanco ni es tinto ni tiene color, y esto es sin duda lo que le ocurre al empleado Д326ЙЂ cuando intenta explicar cómo vino a parar a esta gélida oficina postal de Чукотка. Es un tipo extraño, que se transforma cuando llega la cálida vigesimoséptima semana del año, que brama y que se exalta durante siete días con aquellos gritos sin sentido, “¡viva San Fermín!”, “¡gora San Fermin!”, con esos ojos enloquecidos, esa pelaje negro brillante hasta doler, esos enormes cuernos que infunden terror.

 

Francisco David Navarro García

 

 

Mi sanfermin

 

Mi Sanfermin Cada ano, vestia de blanco, corria a la plaza esperando el estruendo de la magica llegada de los toros. Mi Corazon y mi cerebro eran un lio de coraje y miedo, de alegria y tristeza, de fuerza y debilidad, de destreza y torpeza. Al escuchar el Chupinazo, entraba en shock. Solo escuchaba los latidos de mi corazon, sentia mi sangre correr por mis venas como lava ardiente secando mi lengua y cortando mi respiracion mientras habia una calle por correr y toros a esquivar. Disfrutaba lucirme de pureza frente a las enrojecidas calles pamplonenses. Sanfermin se convirtio en una presentacion de arrogancia para mi. Solo escuchaba los gritos de las ninas en los balcones y comence a ver mis trajes matizados de rojo y sucio, mientras corria. Un 14 de Julio, se nublo mi vista, se paralizo mi cuerpo y la lava ardiente, se convirtio en frio mortal en medio de la calle de piedras. Desde entonces, el Chupinazo me angustiaba. Trascurrieron anos de encierro, miedo y desolacion,cuando, vi una nina en medio de la calle aplaudiendo la aproximacion de los envistientes toros. La confusion de mis sentidos volvio a mi cuerpo, y corri para salvarla. Habia recuperado mi esencia… mi sanfermin.

 

Nelly Naranjo S.