Hasta los cojones del encierro 3
Sí, estoy hasta los mismísimos, harto de que un acto que no consiste más que en el traslado de unos toros de un sitio a otro nos haga gastar tanta saliva, tantos esfuerzos y tanto dinero.
Harto de la sobreexposición, sobredimensión y sobredifusión de este acto, de las teles, de las fotos y de las polémicas.
Harto de que culpen de sus males a los australianos o a los borrachos.
Harto de los maleducados que se visten de colorines para salir en la tele, esos no tienen ni puta idea de estética y mucho menos de educación y respeto por nuestras costumbres.
Harto de que cuando las cosas se hacen mal, nadie asuma sus responsabilidades.
Harto de los que se creen los dueños de la cosa, que pontifican, reparten hostias y carnets de buen corredor a partes iguales y luego proponen soluciones de bombero.
En fin, harto, harto.
El encierro como conocimos nosotros, y no te digo como lo conocieron nuestros padres y nuestros abuelos, ya murió.
Innecesario, pues, seguir perdiendo el tiempo con este tema.