Archivo por días: 22 de octubre de 2013


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Han pasado ya unos días desde San Fermín Txikito. Como todos los años, buen ambiente por la Nabarreria y multitudinarios poteos, vueltas con charangas y vermús. Como todos los años también, problemas de la asociación de vecinos a la hora de confeccionar los programas, por las habituales trabas del ayuntamiento. Me niego a pensar que sea tan difícil consensuar medios municipales, ganas vecinales y respeto a todas partes. Pero como parece que ese día no llega, de momento nos tendremos que conformar con cosas como esta carta, que publicaba la propia asociación vecinal del casco viejo, sobre una enternecedora anécdota sucedida:

En estas fiestas con amenazas de multas astronómicas, con barras robadas, con pedidos secuestrados, con mucho trabajo por parte de quienes las organizamos, noches sin dormir, enfados, frustraciones, llantos… parecería que 5 euros y pico no suponen nada, pero no podríamos estar más equivocados.

Sábado 26, un día que empezó con el secuestro de la barra por culpa de la sin razón del ayuntamiento, con una asamblea vecinal en la que se decidió que seguiríamos adelante, y con una concentración y kalejira en el Ayuntamiento que superó cualquier expectativa, el barrio estaba hablando, y lo que decía era que nadie podría parar nuestras fiestas.

Que suenen las huchas, que vuelen las chapas, y que ondeen los pañuelos, este será el año de las multas, y hay que conseguir dinero, es lo que está en boca de todas las personas que viven la fiesta, incluso en las bocas de quienes parece que viven ajenos a estos temas.

A las siete de la tarde un grupo de 5 niños, de unos 10 años, decide que es hora de que ellos también hagan algo, porque estas fiestas son de todo el barrio, sin importar su edad, y se juntan en la calle del Carmen a la altura de la calle Aldapa para hacer un concierto.

Resulta difícil imaginar como 5 niños de esa edad hacen un concierto, o de dónde sacaron una tapa de nocilla para después de su actuación, pasar pidiendo dinero por la gente que había por allí, pero lo que resultará realmente extraño para una persona que no sea de este barrio es que con el dinero que recaudaron, 5,60 euros, en lugar de ir a comprar petardos, o unas chucherías, decidieran ir a la oficina de la Comisión de Fiestas para entregar ese dinero, “porque ellos también querían ayudar”.

Sería difícil explicar lo que sintieron las personas que estaban en la oficina al ver eso, más difícil aun cuando tras entregar el dinero los niños se hincharon de orgullo y se fueron por donde habían venido, sin pedir nada, sin explicar nada, ya habían hecho lo que querían, ayudar.

Tras vivir semejante experiencia solo nos queda pensar una cosa, que esta batalla que el Ayuntamiento se ha inventado está más que ganada, que si se llevan la barra montaremos otra, que si vienen con multas sacaremos dinero de debajo de las piedras, porque quienes mandan vienen y van, pero esos niños demuestran que el barrio seguirá ahí, reclamando lo que es suyo, año tras año hasta conseguirlo.