Archivo por días: 7 de noviembre de 2013


Groupies 5

Tomando el sentido más estricto de la expresión (según la wiki) la palabra groupi definiría a la persona que quiere tener intimidad emocional o sexual con un músico famoso. El término se aplicaba más al género femenino que al masculino.
Evidentemente esta definición se ha ido modificando y ampliando y a día de hoy podríamos definir como groupi a la persona (hombre o mujer) que sigue de manera incondicional a su ídolo, ya sea cantante, actor, deportista, etc. Hasta algún que otro escritor tiene hordas de seguidores tras de sí.
Pues el caso es que durante estos Sanfermines me he enterado que algunos de los protagonistas de las fiestas también tienen sus groupies. Ya sabíamos que los grupos musicales que actúan en la Plaza del Castillo o en la Plaza de los Fueros tienen sus groupies que se están horas pegad@s a las vallas de la primera fila del escenario para ver de cerca a sus ídolos. También los cantantes de la Plaza de la Cruz tienen sus groupies, aunque estas suelen ser octogenarias y sin ganas de tener intimidad sexual con ningún miembro de Fórmula V.
Otras groupies tradicionales sanfermineras son las de los toreros. Se agolpan en la entrada al Patio de caballos para ver bajar de la furgo a los diestros. Las que están dentro del Patio se lanzan a darles besos y tirarse fotos. Y la leyenda dice que incluso en los halls de los hoteles alguna groupie espera con el fin de conocer más a fondo a las figuras. Algún locutor taurino acartonado también pensó que su relación con los toreros y su «imponente» presencia le granjearían los favores de alguna groupie, con su consiguiente decepción.
También hay groupies de los Gigantes, de la Pamplonesa, de los divinos, etc… Pero este año me he encontrado con el grupo de groupies más fiel y tenaz. Son las groupies de los txarangueros. Parece ser que los apuestos jóvenes que componen las txarangas, con sus magníficos instrumentos, son seguidos por groupies allá donde toquen. Y en Sanfermines, donde la txaranga pasa tanto tiempo en la calle y los músicos se pueden lucir colectiva e individualmente, me consta que hacen estragos entre la mocería. Siempre que la txaranga para de tocar, veréis a los músicos intentando estrechar lazos con sus seguidoras, incluso dedicándoles actuaciones personalizadas.
Díficil resistirse a un íntimo solo de trompeta o saxo entre el bullicio de la calle. Esto que estoy contando lo confirma el hecho de que más de una pareja se ha formado entre mozapeña y txaranguero al son de «Paquito el Chocolatero» o «Tengo un tractor amarillo».
Por cierto, no os hagáis pasar por torero, porteador de gigante, escritor o músico de txaranga para intentar ligar con una groupie porque no lo conseguiréis. Os lo digo yo.