Archivo por días: 9 de abril de 2014


A LAS 10 EN EL DIEZ: EN BUSCA DEL SANTO GRIAL SANFERMINERO (y II) 2

Ha pasado mucho tiempo desde aquel día. Para sacrificar la noche sanferminera, que llevaba años reivindicando, algo muy fuerte tenía que haber pasado. Según mis colegas; un libro. Recuerdo como volví, al día siguiente, al Diez, pero no había ni rastro del bar. No sabía hasta que punto lo que estaba viviendo era real o virtual. Entonces encontré a aquel hombre barbudo que olía a vino metros antes de que te acercases a él. Me observaba sonriente mientras yo intentaba averiguar qué había sido del libro con el que había pasado la noche.

—¿Se puede saber que estás mirando?—les espeté como saludo.

—Sé lo que estás buscando—respondió él sin inmutarse—. Quieres encontrar el santo grial sanferminero.

El santo grial sanferminero. ¿Dónde había escuchado eso antes? Sí. Fue en mi sueño. ¿O quizás lo fue en la realidad? ¿Cómo podía saber ese hombre mi sueño? Esto me inclinó por la teoría de que lo vivido era real.

—Sígueme —me dijo con contundencia.

No sé porqué pero lo hice. Me llevó a una tapa de alcantarilla entre las calles San Saturnino, Jarauta y Mayor. En ella ponía que según la tradición San Saturnino bautizó a los primeros cristianos en la ciudad. Dicen que incluso al propio San Fermín. Tras desalojar a una estatua viviente, abrió la tapa y me empujó dentro. En ese momento me maldije a mí mismo. ¿Quién me mandaba hacer caso a un mugriento y barbudo borracho en pleno San Fermín? Caí varios metros por el pozo y aterricé en unas termas romanas. Un punkie, que se bañaba en ellas apurando una botella de kalimotxo, me dijo que siguiese un camino. Al rato, llegué a una zona donde un hombre llamado Dominique me dio la bienvenida.  Me explicó que tenía muchos enigmas que acertar y que si lo hacía correctamente podría salir de allí y acceder al santo grial sanferminero. Fue duro. Meses y meses para conseguir cifras que no parecían tener nada en común y que me llevaban a un nuevo laberinto. Unas rocas necesitaban una combinación numérica para abrirse y cada una de ellas me suponía un gran esfuerzo. Poco a poco fui superando las pruebas y acertijos. Dos cifras de cuatro números fueron el resultado final. 2504 y 2014. Horas después lo vi claro. ¡Era una fecha! ¡Bingo! Ya tenía el día: el veinticinco de abril del año 2014. Orgulloso acudí al maestro Dominique.

—Buen trabajo—me dijo—. Ahora, introduce la cifra en la roca y  de donde empezaste, tan solo tienes que seguir.

Un pasadizo secreto con unas escaleras de caracol me llevó de nuevo hasta la puerta del Diez. De nuevo tardé horas en darme cuenta. Entonces vi la sala. ¡Claro! Solamente tenía que seguir. De Calderería 10 a Calderería 11. Allí estaba una sala preparada para recibir al santo grial. El 25 de abril del 2014 en la sala del ayuntamiento de Calderería 11. El hombre barbudo que me había introducido en el subterráneo apareció de repente y me dijo:

—A las siete y media de la tarde. Allí te espero.

Ese día y a esa hora iré a buscar el santo grial sanferminero. El que se atreva que venga conmigo.

 

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