Archivo por días: 21 de julio de 2014


VI Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín

TOROS, VAQUILLAS Y PACHARÁN

Ana Urriza Oteiza

Aquél oncólogo, muy serio él, provocó sin embargo la primera sonrisa en mi boca desde hacía mucho tiempo, cuando nada más entrar en su consulta me hizo unas cuantas preguntas sorprendentes:
-¿Eres taurina?.
-Sí, no lo sabe usted bien doctor.
-Bien, empezamos, bien.
-¿Y eso?.
-Luego te explico. ¿Y eres de Pamplona?
-No, de Estella, bueno de Ayegui, del pueblo de Javi Martínez.
-O sea que veo que también eres futbolera.
-Y rojilla hasta la muerte, toco madera, nunca mejor dicho.
-Pues seguimos por buen camino.
-Me tiene usted en un vilo doctor.
-¿Y también serás sanferminera, no?.
-Más que mi novio, y eso que él es de Pamplona de toda la vida.
-Perfecto.
-Pues nada, usted dirá.
-Estate tranquila, te vas a curar a base de toros, vaquillas y pacharán rojillo. Ése va a ser tu tratamiento de quimioterapia, distinta medicación que incluye un líquido rojo (el pacharán) que te inyectaremos primero cada veinte días (ahí te soltamos los toros) y luego cada siete (ahí, las vaquillas).
Han transcurrido dos años desde aquélla conversación que en mi vida olvidaré y ya me he curado del maldito cáncer.
Hoy es seis de julio. Hoy me esperan nueve días de auténticos toros, vaquillas y pacharán.

¨ TIEMPOS¨

Isabel Garcia Viñao

TIEMPOS

Uno de Enero: me pongo las zapatillas. Activo el cronómetro. 849 metros me esperan. Primer tramo en ascenso. Voy con la lengua afuera. Ángulo de 90º. ¡Ojo!, callejón estrecho. Toco la Plaza de Toros. El cronómetro marca: 6,16 minutos.
Dos de Febrero: las zapatillas se han adaptado a mis pies. Pongo el reloj en marcha. La subida de Santo Domingo me cuesta. También tomar la curva de Estafeta. La gente me mira como si estuviese loco: 6,09´.
Tres de Marzo: ¡Venga, chaval, ―me animo. La plaza Consistorial me parece inmensa. El tramo de Telefónica se me hace corto. Corro suelto. Soy un crack, ―pienso: 5,57´.
Cuatro de Abril: el ascenso de Santo Domingo me parece llano. Estoy hecho un ¨cachas¨. Me siento orgulloso de mis progresos: 5,39´.
Cinco de Mayo: las zapatillas se han ensanchado pero las llevo bien atadas. Desarrollo una velocidad increíble: 5,17´.
Seis de Junio: las zapatillas se ríen del uso pero no voy a comprar otras nuevas. Estoy en crisis. Mi cabeza se puebla de fantasías: me persiguen varios astados: 5,02´.
Siete de Julio y San Fermín: salto al encierro. Entro victorioso en la plaza. 4,00 minutos justos. ¡Qué milagroso es llevar un astado bien furo acariciándote el culo!

¡¡ EL ARTE DE DISFRUTAR !!

Amalia Carcelen Torres

Dos amigos en una calle cualquiera de Pamplona , uno de Murcia que nos visita por primera vez y el otro de la tierra, comentan:
– Acho tío –dice el murcianico. Cuéntame ¿ Que es San Fermín, que tiene esta fiesta que la hace tan universal ?

– ¡¡ Joder tío, que buena pregunta !! –dice su amigo. San Fermín es… ¡ pues ! es… ¡¡¡ EL ARTE DE DISFRUTAR !!! – dijo con entusiasmo. Como en un lienzo donde la primera pincelada es una explosión de color rojo en un punto concreto y luego le siguen otras en forma de música, momentico, toros, encierro, alcohol, calor, guiris, peñas, alegría, caldico, procesión, charanga, cabezudos, kilikis, zaldikos, religión… y como fondo, el aire que le pongas tu. Y todo eso crea una combinación simplemente perfecta, donde hay un centro principal que da equilibrio a todo ese caos que es SAN FERMIN.

– ¡¡¡Guaaaau!!! ¡¡ Gora San Fermín !! – grita el murcianico.

– Y es más amigo mío, todo eso sin interrupción durante 204 horas, hasta que, “ pobre de mí ”, es solo el principio.


VI Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín

¿O NO?

Kike Balenzategui Arbizu

Todos estuvieron de acuerdo en que aquel fue el mejor cartel de la historia, “Zelig” recogía la esencia de los Sanfermines de cada persona que lo veía.
Una señora de Ermitagaña, separada y con dos niños, fue la elegida por el nuevo sistema de selección aleatoria para tirar el txupinazo.
Uno que no era ni conocido del jurado… ¡y que no cometió ni una sola falta de ortografía!, ganó lo del microrrelato.
El cartel de la feria del toro se lo encargaron a Antonio López, para no fallar.
“Canito” se hizo con el premio del concurso de fotografía taurina sanferminera del Nuevo Casino Principal.
La Comparsa de Gigantes y Cabezudos siguió como siempre, bien.
“Sabrosón” hizo honor a su nombre, según los de Gazteluleku.
Gora Iruñea! consiguió los permisos del Ayuntamiento en tiempo y forma.
La Plaza de los Fueros se quedó pequeña para ver a los Rolling.
El Príncipe de Viana se lo dieron al Gallico de Oro ¿o fue al revés?
Dos divinos fueron portada de “Hunter” y el montón se formó en Tejería.
Una teutona que se fue a subir a la fuente de la Navarrería prefirió ligar abajo con uno de Estella.
Y los “NO” consiguieron ser “NO”.

¿O no?

OJOS QUE NO VEN…

Raquel Gil Díaz De Cerio

Hoy, como cada mañana del 7 al 14 de julio, cuando den las 8:00, estarás en el lugar de siempre, aquel que sólo tú sabes y que ambos acordamos, sin mediar palabra, que jamás me desvelarías.
Ayer, bueno, en realidad, hace unas horas, me he encontrado con tu amigo Santi, y ya me ha dicho que te habías ido para casa. Que hoy también corrías…
¿Por qué tenía que recordármelo? Me ha cortado todo el rollo.
Ya, ya lo sé, es una tradición. Tu padre y tu tío también corrían…, ¡y los míos! Pero… dudo mucho que los toros entiendan de tradiciones.
Así que… ¡cuidadito, eh, chaval!, que esta noche la colección de fuegos promete, y ese ratico, bocata incluido, mientras el cielo retumba y se ilumina, es sencillamente… impresionante, y quiero compartirlo contigo.
Luego, cada cual con su cuadrilla, como cada 7 de julio, y que ninguno vea lo que hace el otro… Eso sí…, que no me entere yo que te lías con alguna guiri despampanante, que entonces, ni San Fermín podrá ayudarte.
¡Aibá! ¡Son casi las ocho! voy a ir cogiendo sitio en el balcón… ¡Buena carrera! Y… ¡Qué el capotico de San Fermín te proteja!

AINS… XABIER

Mar Ruiz

– Ama. Vuelvo enseguida.
– Pero Xabier ¿Dónde vas ahora? ¿No vas a ver pasar el encierro?
Oigo como sale de casa dando un portazo.
Como siempre o no me oye o se hace el sordo. Ten hijos para esto. Pensar que hace dieciocho años nacía mi Xabier. Ains… se cree con muchos derechos y piensa que se va a comer el mundo. No sabe que el mundo es el que acaba por engullirnos a nosotros. En fin, ¿Qué le vamos a hacer?
– ¡Osasun! ¡Xabier! ¿Dónde os metéis?¡Que van a pasar ya!
Mi marido. No se ha enterado que el niño se ha ido ahora, a saber dónde.
Paciencia, Osasun. Vamos al balcón. Vivir en la calle Mercaderes es un privilegio, pero ese ángulo que hay en la calle… hay veces que me lo hace pasar mal, sobre todo si pillan los toros a algún desgraciado.
– ¡Ya era hora, mujer! ¿y el niño?
– Ahora viene. Ha salido un momento.
Ya llegan.
– Pero… ¿aquel no es nuestro hijo? – Grita mi marido
Mis ojos se abren como platos cuando consigo verlo. Cierro los ojos.
– Avísame cuando hayan pasado-. Le pido.
-¡Este se va a enterar cuando llegue!-. Pienso para mis adentros.


VI Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín

EL SOBRESALTO

Sergio Generelo Tresaco

El corazón le dio un vuelco cuando, tras aquel absurdo tropiezo, lo vio caer bruscamente sobre el suelo, rodando por entre el asfalto, tapándose con los codos su cabeza y con la punta de las astas apenas a unos centímetros de su espalda. Ella, en un repentino reflejo, se llevó el rojo pañuelo anudado al cuello hacia su boca y apenas pudo contener, mordiéndolo fuertemente, un angustiado chillido de horror. El pánico hizo estremecer sus rodillas, le temblaron las manos y un escalofrío helado le recorrió el cuerpo desde los pies hasta la nuca. De inmediato sintió el impulso de correr hacia allá abalanzándose sobre él para abrazarlo, protegerlo y comprobar si había sufrido algún daño…
Pero no lo hizo. A fin de cuentas, un pequeño susto de Carlitos con el carretón del encierro chiqui no era para tanto.

ME VOY A PAMPLONA

Sonia Saavedra De Santiago

No digo lo que me sale del cuerpo, porque no quiero romper con mi novia. ¿A quién se le ocurre hacer una reserva para el 7 de Julio, en un hotel de cuatro estrellas, a las afueras de Toledo? ¡Y todo por gozar de la tranquilidad y en aras de la cultura! -El año del Greco- me dice ¿Y a mí qué?

Que sí, que lo culto está muy bien, pero no a cuarenta grados y en el centro de Toledo. ¡Que la fiesta está en Navarra! ¡Que se festeja el buen tiempo! Y allá que espero marcharme, a correr, como otros años, acompañado de cuernos.

Esa marea blanca esperando el chupinazo; esas calles empedradas sedientas de algarabía, esa tarde sin noche y esa noche sin mañana… esas barracas de feria y esa chistorra caliente. ¡Ese “pirriaque” divino y ese jolgorio sin fin!
Sueño puntitos rojos. Mi pañuelo de otros años, bien doblado en el bolsillo, espera ser anudado tras el Gora San Fermín ¡Los Sanfermines me llaman! ¡Voy a beberme la vida! ¡Me da lo mismo mi novia! Yo me marcho ya a Pamplona, que este año, ni atado, me quedo aquí.

LA INVITACIÓN

Maria Rivas Ruiz

Aquel año fui invitada para celebrar San Fermín, personas recientemente conocidas muy respetables, compartimos celebración,los hombres se encargaban de cocinar y servir a las mujeres, comimos, bebimos, cerrando la sobremesa con mariachis tocando baladas, nos desinhibimos, nos observamos, una mujer me levanta la falda, mira mi ropa interior; exclamo: ¡cómo el vestido, rojo!

Alegres subimos la empinada escalera, seguimos liberando ataduras, el hombre mira las piernas a la chica, subiendo, tropieza, sonríe pasmado.

Llegamos a la plaza de toros para mostrarme el ambiente, entramos por privilegios, en medio de gritos, aclamaciones,el toro muere bajo la certera estocada, la gente aplaude al torero chulesco por el ruedo, el picador altivo sobre el caballo, giran alrededor de la fiesta, los personajes, los instantes siguen en la calle, risas, vino, pinchos, charanga, música, el ir y venir de las palabras, los deseos se entremezclan entre la multitud de hombres y mujeres.

Sumergidos en la tamborrada, seducidos por el estruendo, recorremos las calles del Casco Viejo de Pamplona, los amigos, la chica es su triunfo, su conquista, su poder, expresan: ¡es muy guapa!, muy… son los días de las almas que liberan deseos encerrados.


VI Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín

ME VOY A PAMPLONA

Sonia Saavedra De Santiago

No digo lo que me sale del cuerpo, porque no quiero romper con mi novia. ¿A quién se le ocurre hacer una reserva para el 7 de Julio, en un hotel de cuatro estrellas, a las afueras de Toledo? ¡Y todo por gozar de la tranquilidad y en aras de la cultura! -El año del Greco- me dice ¿Y a mí qué?

Que sí, que lo culto está muy bien, pero no a cuarenta grados y en el centro de Toledo. ¡Que la fiesta está en Navarra! ¡Que se festeja el buen tiempo! Y allá que espero marcharme, a correr, como otros años, acompañado de cuernos.

Esa marea blanca esperando el chupinazo; esas calles empedradas sedientas de algarabía, esa tarde sin noche y esa noche sin mañana… esas barracas de feria y esa chistorra caliente. ¡Ese “pirriaque” divino y ese jolgorio sin fin!
Sueño puntitos rojos. Mi pañuelo de otros años, bien doblado en el bolsillo, espera ser anudado tras el Gora San Fermín ¡Los Sanfermines me llaman! ¡Voy a beberme la vida! ¡Me da lo mismo mi novia! Yo me marcho ya a Pamplona, que este año, ni atado, me quedo aquí.

LA INVITACIÓN

Maria Rivas Ruiz

Aquel año fui invitada para celebrar San Fermín, personas recientemente conocidas muy respetables, compartimos celebración,los hombres se encargaban de cocinar y servir a las mujeres, comimos, bebimos, cerrando la sobremesa con mariachis tocando baladas, nos desinhibimos, nos observamos, una mujer me levanta la falda, mira mi ropa interior; exclamo: ¡cómo el vestido, rojo!

Alegres subimos la empinada escalera, seguimos liberando ataduras, el hombre mira las piernas a la chica, subiendo, tropieza, sonríe pasmado.

Llegamos a la plaza de toros para mostrarme el ambiente, entramos por privilegios, en medio de gritos, aclamaciones,el toro muere bajo la certera estocada, la gente aplaude al torero chulesco por el ruedo, el picador altivo sobre el caballo, giran alrededor de la fiesta, los personajes, los instantes siguen en la calle, risas, vino, pinchos, charanga, música, el ir y venir de las palabras, los deseos se entremezclan entre la multitud de hombres y mujeres.

Sumergidos en la tamborrada, seducidos por el estruendo, recorremos las calles del Casco Viejo de Pamplona, los amigos, la chica es su triunfo, su conquista, su poder, expresan: ¡es muy guapa!, muy… son los días de las almas que liberan deseos encerrados.

ESOS PEQUEÑOS GESTOS DE UN GRAN SANTO

Amaya Arenzana Méndez

6 de Julio, vestida de blanco impoluto, almuerzo, amigas, alboroto, risas y felicidad contagiosa por donde vaya, estos colores sacan algo de mi que está oculto el resto del año… Sólo quiero pasarlo bien y no pensar en mis problemas, pero te veo, te vuelvo a ver, sólo hago que encontrarte por las mismas calles y los mismos bares… Pero no quiero otro problema en mi vida, ¿Por qué te cruzas tanto por mi camino?

Creo que te odio…

Pasan los días, otra vez la misma historia, a ver si San Fermín intenta decirme algo…

Me arriesgo, voy por ti, tengo un escudo blanco y rojo que me da fuerzas para dejar la vergüenza atrás…

– ¿Me estás siguiendo?
– ¿Me sigues tu a mi?

¿Qué está pasando aquí?

14 de Julio, me pierdo entre el barullo de las peñas y ahí estás tú, es como si una fuerza sobrenatural hubiera hecho que nos juntáramos una vez más, solos entre el gentío…

– ¿Estás sola?
– Ya no, ¿y tu?
– Ya no, ¿te vienes conmigo?

Creo que te quiero…

Pobre de mi… ¿Pobre?, entre las velas me besas, algo comienza, esto ya no es un problema, San Fermín a triunfado, que pillin eres pequeño gran Santo.


VI Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín

A LAS 12 DE BLANCO

Maria Reina Vidal Perez

Después de un desayuno copioso y radiantes con nuestro atuendo blanco y rojo, emprendimos camino hacia el ayuntamiento, planes, ilusiones y emociones estallaban en mi cabeza… eran casi las 12 del mediodía y la fiesta estaba a punto de empezar.
Ya en el centro, una marea blanca iba arrastrando mi cuerpo de un lado al otro, en un momento y sin saber como, aparecí en el ayuntamiento en medio de una cuadrilla de extranjeros, perplejos y exaltados. Sentí rabia e impotencia ¡todos mis planes cambiaban!
Sólo pensaba que 8 días mágicos estaban a punto de empezar, cogí el pañuelico en las manos y comencé el ritual, ¡Viva San Fermín!, ¡Gora San Fermín! y… ¡¡PUUM!!, la fiesta comenzó y me dejé llevar.
Son días predestinados a ser felices, donde se abren los corazones, donde sin esfuerzos compartes las alegrías y las emociones con el resto, días de convivir y disfrutar las fiestas.
Hoy, 3 años más tarde, he quedado con el extranjero que me engatusó, a las 12 y vestida de blanco. Pero esta vez para decirnos, SI QUIERO.
¿Destino?, ¿Casualidad?… Yo, no lo sé. Sólo sé que me dejé contagiar por la magia de los SanFermines.

TE DESEO

Pablo Espina Puertas

Simbiosis: toro y corredor fusionados en dialogo mudo de coexistencia. Esperándose. Convirtiendo la subida de palpitaciones, ante la proximidad, en sinfonía celestial.
Persecución elocuente. Susurrándose. El negro intentando alcanzar al blanco – con el rojo ceñido – y éstos arrimándose al zaíno, estableciendo una gama desgarradora, sobre todo si brota el rojo.
Deseo vehemente. Dos en uno. Embistiendo instintivamente el uno, anhelando el clímax de los cinco pasos entre la cornamenta, el otro.
Búsqueda mutua acudiendo prestos a la cita, invitados y separados por una simple hoja de periódico.
Atracción perdurable. Plasticidad en la embestida y del quiebro en la carrera. -¡Qué se detenga el tiempo!- petrificando el instante en escultura renacentista: inseparables la Piedad y su Hijo, toro y corredor. Asentados eternamente en peana de mármol.
Desamor. El paso del adoquinado al albero certifica la separación. Predestinados ya: uno, el toro, abocado a la suerte de los tercios del atardecer; lanceado y adulado por su bravura, esperando el descabello en el testuz, desclavando Cupido la puntilla donde antes hubo una caricia; el otro, el corredor; compartiendo, con vanagloria su hazaña y con mucha nostalgia romántica.
Despedida.
– Te deseo. No quiero separarme de ti.
– Yo también te quiero – asiente el toro.

AQUELLAS FIESTAS

Iñigo Vizcay Eraso

Se encontraba sentado frente a San Lorenzo.
Sus manos colgando del bastón.
Hablaba solo.
Recordaba tiempos pretéritos y cómo había disfrutado hasta la extenuación de sus fiestas. Hoy en día el gentío le agobiaba, la algarabía le aturullaba, la música le atronaba y únicamente ansiaba un poco de paz y tranquilidad. Ahora allí, daba gracias por ese año más mientras veía a los mocetes jugando y corriendo delante del Zaldico y los cabezudos. El más buscado era “Caravinagre” que entre carreras repartía vergazos entre los rapazuelos que le decían de todo.
¡Tan diferente! ¡Tan igual!
La alegría y la ilusión brotaban de las gargantas de todos ellos.
Sus ojos miraron al cielo.
Había estado en el “momentico” de la procesión y -como siempre- un nudo en la garganta le había llenado de emoción.
Una lágrima brotó de sus ojos opacos.
¡Cuántos años disfrutando de esas fiestas!
¡Cuántos recuerdos!
¡Cuánto amor compartido con ella!
¡Cuánta vida y cuánta felicidad!
Unos gritos le devuelven al mundo.
¡Abuelo!
¡Llévame a los caballitos!
¡Vamos a las barracas! mientras una mano pequeñica se posa sobre las suyas y entonces sale su “PTV” contestando: ¡Vamos, pero sólo una vuelta! ¡Qué criatura!
¡Qué terremoto!
¡Qué vitalidad!
¡Qué envidia!
¡Pero… qué majica mi nietica!