Archivo por días: 25 de julio de 2014


VI Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín

MI CARRERA

Ana Pineda Abel De La Cruz

7.58. La tensión flota en el aire frío de la mañana mientras las calles reflejan el sol. Suenan los cánticos.

Estoy preparado. Rodeado de otros a quienes miro y apenas veo. El tiempo corre. No le presto atención pero siento lo que está a punto de ocurrir.

Estalla la carrera y arranco con esfuerzo, adrenalina y prisa la carrera en Santo Domingo. Solo me importa llegar cuanto antes.

Tengo que apartarme o apartar a esos mozos y seguir corriendo. Mi único deseo es alcanzar la meta, ponerme a salvo y descansar. Sobrevivir.

Empujones, manotazos, gritos y nervios me llegan desde toda dirección.

El camino no acaba, quiero parar y sin embargo no puedo. Huelo la muerte que me ronda y endurezco la mirada y mis pasos. No pienso; sigo corriendo. Aparto cada obstáculo en mi camino. Mi cuerpo es cien veces más pesado y no sé cuánto más resistiré, pero un compañero me conforta con una fugaz mirada. Ya falta poco.

El final se acerca y hago un último esfuerzo, ajeno a estúpidos chillos.

Solo descanso cuando siento el portón cerrarse tras de mí. Estoy a salvo. Con calma, doblo las patas y me recuesto.

Hoy he vencido a la muerte.

PAMPLONET VIVE SU FIESTA GRANDE

Iván Parro Fernández

Comunicado especial: 7 de julio de 7007. En Pamplonet han comenzado las fiestas de San Ferminet. Los torones (toros robóticos) han tomado la ciudad con sus esbeltas figuras. Mañana se celebrará el encierro infantil con torines mucho más pequeños y menos violentos. Las fiestas terminarán el próximo día diez con un gran espectáculo de cohetes hipervirtuales. Este año patrocina la fiesta la Red Globalnet, por cuyo nombre han cambiado la mayoría de lugares y de eventos culturales de nuestra colonia Navarriax. El intercambio cultural entre las distintas colonias se nota cada vez más. El líder de la colonia amiga de Cantabrix se ha sumado a las autoridades que verán la gran chupinada tecnovirtual. Toda la gente libre y los robonets se preparan para disfrutar estos días especiales los cuales siguen otros miles de colonizadores a través de las sedes de tecnoinformación, especialmente en las galaxias extra-solares y en los planetas del más allá, lugares donde aún quedan humanoides perdidos que siguen con mucha atención esta fiesta intergaláctica. Los tradicionales pañuelos se han sustituido por camisetas holográficas que muestran imágenes de nuestra megaciudad y que además cantan 1 de enero, dos de febrero… ¡Viva San Ferminet!

«OJOS QUE NO VEN…»

Olga Laguarta Abaurre

Hoy, como cada mañana del 7 al 14 de julio, cuando den las 8:00, estarás en el lugar de siempre, aquel que sólo tú sabes y que ambos acordamos, sin mediar palabra, que jamás me desvelarías.
Ayer, bueno, en realidad, hace unas horas, me he encontrado con tu amigo Santi, y ya me ha dicho que te habías ido para casa. Que hoy también corrías…
¿Por qué tenía que recordármelo? Me ha cortado todo el rollo.
Ya, ya lo sé, es una tradición. Tu padre y tu tío también corrían…, ¡y los míos! Pero… dudo mucho que los toros entiendan de tradiciones.
Así que… ¡cuidadito, eh, chaval!, que esta noche la colección de fuegos promete, y ese ratico, bocata incluido, mientras el cielo retumba y se ilumina, es sencillamente… impresionante, y quiero compartirlo contigo.
Luego, cada cual con su cuadrilla, como cada 7 de julio, y que ninguno vea lo que hace el otro… Eso sí…, que no me entere yo que te lías con alguna guiri despampanante, que entonces, ni San Fermín podrá ayudarte.
¡Aibá! ¡Son casi las ocho! voy a ir cogiendo sitio en el balcón… ¡Buena carrera! Y… ¡Qué el capotico de San Fermín te proteja!


VI Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín

EMBESTIDO

Iñaki Azcárate Diez

Había llegado a un punto sin retorno. Tenía la sensación de haber corrido como en otras ocasiones, en el mismo lugar, la misma distancia, y había terminado atrapado al lado contrario de la calle. Era domingo y, a diferencia de días anteriores, el recorrido estaba abarrotado de otros que, como él, mostraban un rictus entre sorprendidos y atemorizados. Aquellas bestias de cabeza interminable se cernían sobre ellos sin posibilidad de escape, mucho más rápido de lo que recordaba. Se quedó inmóvil en aquel ridículo chaflán, esperando que fuese otro el objetivo elegido. Los gritos de pánico de aquellos que, ante sus ojos, desfilaban a cámara lenta buscando otro refugio similar al suyo acabaron por sumirlo en un estado catatónico que le impidió ver los brazos que lo rescataron de su improvisado patíbulo justo a tiempo de evitar la embestida. Cuando por fin se rehízo vio como la multitud se alejaba calle abajo, y por primera vez fue consciente de lo que había estado a punto de suceder de no haber sido por la rápida reacción de su padre, que evitó que la verga de aquel malencarado kiliki cayera irremediablemente sobre su cabeza.

ÚLTIMAS VOLUNTADES

Maria Loizu Chao

Maternidad, Hospital Virgen del Camino, 7 de julio.

“Quiero que cuando llegue este día estés feliz. En tus primeros años de vida disfrutarás de las barracas y los algodones de azúcar. Temerás a Caravinagre. Los gigantes te parecerán auténticos colosos y sus vueltas te fascinarán… Crecerás, reñirás con tu padre por traspasar la barrera horaria de los fuegos. Bailarás al son de las peñas y evitarás ir a los toros el siete de julio después del primer cumpleaños feliz. La emoción de poner el contador a cero y anudarte el pañuelo te hará saltar de la cama muy temprano…”.

– Lo siento, tenemos que intervenir ya o pondremos en peligro la vida del niño.

Ella asintió y dejó de escribir. Sabía que con su enfermedad no resistiría la cesárea. Cerró los ojos, estaba tranquila. Se concentró en el alboroto que llegaba desde la calle y pensó cuánto había disfrutado aquellas fiestas. Recordó una imagen: era ella, adolescente, sonreía frente al espejo, últimos retoques. “¿Hoy también vas a salir?”. “Claro mamá, como si no hubiera un mañana”. Sarcasmos del destino.

Cinco horas después, el padre cogió en brazos por primera vez a su hijo y respondió a la enfermera:

– Fermín, se llamará Fermín.

QUERIDO SAN FERMÍN

Javier Muruzábal Cuevas

Querido San Fermín:

Me llamo Javier, tengo 8 años y soy del Casco Viejo. Te escribo esta carta porque mucha gente te estará rezando y estarás muy ocupado atendiéndoles. Eso, y que me gusta más escribir que rezar.

Ya sé que mucha gente te pide cosas y que es muy difícil hacer caso a tantas personas, pero lo mío es muy importante. Quiero que las fiestas de este año sean las mejores, que todo el mundo se porte bien, que los toros no pillen a ningún mozo, que los fuegos artificiales sean bonitos, que papá y mamá me lleven por lo menos un día a las barracas, que Caravinagre no me pegue muy fuerte, que nadie cuelgue banderas gigantes durante el chupinazo, que traten bien a las mujeres y que Osasuna vuelva a subir a Primera División.

Lo de Osasuna es muy difícil, ya lo sé, pero por pedir… Eso sí, hazme caso aunque sea en lo de los Sanfermines porque a los que vivimos en Pamplona nos gustan mucho estas fiestas porque son las mejores del mundo. Además, no solo me harías feliz a mí, sino que mucha gente se pondría también muy contenta si lo cumplieras.

Muchas gracias y, ¡viva San Fermín!


VI Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín

“JUEGOS DEL HOMBRE”

Jose Maria Diaz Suarez

Algo muy importante estaba ocurriendo. Miles de personas ocupaban las calles, bailando y cantando alegres himnos, día y noche, prácticamente sin descanso, bañándolas de líquidos que usaban para saciarse, muchas veces derramados de sus variopintos recipientes, sin prestarles atención.
La agitación nos dificultaba dormir, aunque esa noche, tampoco podríamos haberlo hecho. Sabíamos que esa mañana era nuestro turno porque éramos los últimos que quedábamos allí. A la salida del sol, un estruendo seco retumbó en el cielo. Se abrieron las puertas y algo nos impulsó a correr. Desde la cola del grupo no vi lo que pasaba. Con decisión, me coloqué como pude el primero. Entonces entendí lo que ocurría. Multitud de gente corría a nuestro alrededor agolpándose entre ellos, tratando de llegar antes que nosotros no se a donde. Acepté el juego y corrí más fuerte. Un hombre calló delante de mí, creo que le pasé por encima. Cuando lo rebasamos, rodó hacia un lado levantándose, y volvió a correr. Todo iba muy rápido hasta que llegamos a un recinto cerrado, grande, con gente aplaudiéndonos, y unos hombres nos metieron en unos establos donde pudimos descansar. De fondo, se oían los gritos de la gente que habíamos dejado atrás.

─ ¡Viva San Fermín!…

PAREJA FESTIVA

Juana Mª Igarreta Egúzquiza

Hola, me han dicho que esto iba de los Sanfermines y he pensado para mis adentros: “tú no puedes faltar”.Y aquí estoy. Perdona que de momento no te diga quién soy. Prefiero, con las pistas que te voy a dar, que lo adivines tú misma.
Me conoces desde pequeña. Recuerdo que un día siendo niña te perdiste conmigo y nos encontraron porque yo ya sabía tu nombre.
Soy tan afortunado que, año tras año, cuentas conmigo para compartir los mejores momentos y “momenticos” de las fiestas. Cogido de tu mano, te acompaño para presenciar el estallido del Chupinazo a las doce del mediodía del seis de julio; en ese instante es tal la emoción que me embarga, que no puedo evitar abrazarme a tu cuello y sentir cómo se te hace un nudo en la garganta, que no desaparece hasta el día catorce; entonces cantamos juntos el “Pobre de mí” y termino de nuevo cogido a tu muñeca. Así, año tras año, abrimos y cerramos juntos este incomparable carrusel festivo. Eso sí, terminamos los dos, yo más que tú, hechos un trapo. ¿Todavía no sabes quién soy? No te preocupes. Fijo que estaremos juntos en los próximos Sanfermines. Pamplona es un pañuelo.

AMOR TAURINO

Pilar Añibarro Aguado

Me he enamorado. Cuarenta y ocho años y alguien ha irrumpido en mi corazón como un toro entra en la plaza. Aplausos en mi familia como el público en los tendidos. Abucheos de mis anteriores novios. Colorada cuando me da un beso, del mismo tono que las boinas y las fajas, todo se tiñe de un rojo pasión. Con barba, no lo quiero afeitado y de buena casta. Aplausos. Me encantan los paseíllos agarrada de su mano. Creo que le gusto, mis compañeras me llaman Vero pero él prefiere mi nombre completo “Verónica”.
He tenido una gran suerte, lo quiero para todo el año, no para solo una semana. Compraré un abono anual. Me gustaría rematar la faena con él, quizás me pida en matrimonio. Aplausos. Sus amigos le llaman el soltero de oro en plan burladero pero yo les recomiendo que se dediquen a sí mismos la canción “pobre de mí” al ser la envidia la que les corroe. Pitos. Me haría mucha ilusión una boda goyesca, llegar en coche de caballos con la misma alegría que los rejones en el ruedo al compas de un pasodoble. Pañuelos y dos orejas.