Archivo por días: 1 de agosto de 2014


VI Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín

PEQUEÑA MUERTE

Manuel Mérida Ordás

El nudo del paňuelo le apretaba demasiado, las zapatillas nuevas le hacían daňo, y acababa de acordarse, unos segundos antes de echar a correr, de una conversación.
Una golondrina atravesaba el cielo a baja altura zigzagueando entre el sonido y la muchedumbre, el inicio del verano soplaba una agradable brisa que la balanceaba, y Marco volvió a mirar a su hermana que seguía hablándole:
– No lo entiendo- le decía-, con lo bien que lo pasamos en estas fiestas.
– Pero no me va a pasar nada.
– No me gusta que corras, lo paso mal. No entiendo que signifique tanto para ti.
– En francés llaman petit mort a…
– A… Me tienes muy nerviosa Marco.
– Al orgasmo de algunas mujeres, solo unas pocas, que pierden la consciencia unos segundos por el placer…
– ¡Pero qué puňetas me estás contando!
– Creo que es lo más cerca que puedo estar de algo así, lo que siento cuando corro delante de los toros cada 7 de julio es algo increíble para mí, casi una pequeña muerte y después poder seguir vivo.
Y echó a correr y el miedo no pudo seguirle ni siquiera unos pocos metros.

UNA ILUSIÓN GIGANTE

Mario Giménez

“No te sueltes de mi mano”. Mi padre me repetía esa frase insistentemente. Estaba cansado. Daba la impresión de que no le apetecía estar allí, de pie, aguantando empujones y pisotones. Pero me lo había prometido.

Días antes de san fermín, me había echado a llorar desolado por no conocer aún a los gigantes. Apiadados, mis padres pospusieron unos días su sagrada escapada a la costa mediterránea, aunque aquel propósito no empezó con buen pie…“ Vamos tarde”, se quejaba mi madre. “Va a ser imposible ver nada. Encima hoy, el día de la procesión!” “No será para tanto”, replicaba mi padre.

Pero lo fue. Nos costó horrores atravesar una inmensa marea popular blanquirroja… y los encontré. Los ocho reyes. Me esperaban firmes y solemnes, pero quietos y rígidos, hasta que empezó a sonar un “pumpurrumpum”, al que se sumaron más y más notas. Se elevaron uno a uno hasta el cielo, comenzaron a contonearse mágicamente, explosionaron sus ropajes al viento y, finalmente, vinieron miles y miles de vueltas imposibles.

Algo inesperado rompió mi ensimismamiento. Era la mano de mi padre. Me apretaba muy fuerte. Al mirarle el rostro, aprecié que padre e hijo compartíamos la misma expresión de ingenuidad e ilusión. Una ilusión gigante.

SUENA A SAN FERMÍN

Maria Jose Irigoyen Del Castillo

Seis de Julio. Me preparo ante el espejo, como manda el pasodoble. ¡No me falta detalle!. Blanco y rojo, el pañuelo anudado a la muñeca y la carcasa del implante coclear a juego.
La plaza del Ayuntamiento me espera. El mundo suena a mi alrededor: canciones, champán, risas……La música suena dentro de mi cabeza.
Ya son las 12.00, estalla el esperado chupinazo. Todos los sonidos se apresuran a entrar de golpe, en mi oìdo recién estrenado. Las lágrimas se deslizan por mis mejillas. Mi corazón late con fuerza.
A mi lado, un anciano de barba blanca me pegunta con acento americano:
-¿Es la primera vez que viene a San Fermín?
-No….., pero es la primera vez que puedo oirlo – le respondo emocionada.
Cuando intento salir de la plaza, el anciano ha desaparecido. Sorprendida veo un ejemplar de «Fiesta» entre mis manos. Lo miro. Desde la contraportada Hemingway, me guiña un ojo.


VI Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín

AQUEL UNIFORME

Ana Zubieta Arricivita

Esa mañana hubo tregua con el armario. La elección en 6 de julio era sencilla: de blanco riguroso.

El atuendo de las fiestas revivió el orgullo por su ciudad; pensó en cómo la representación textil de una tradición conciliaba a personas de todo tipo de ideas, procedencias o motivaciones. Cada uno asumía uniformarse y regirse por las normas de un pacto social, acogiendo a quien se sumara a esa marea blaquirroja. Durante siete días, todos eran iguales en Pamplona. Esa aceptación colectiva del carácter popular de la fiesta explicaba el éxito de San Fermín.

Así lo confirmó al visualizar la colapsada Plaza del Ayuntamiento. Su posición le libraba de empujones y falta de aire, pero percibía nítidamente los aromas del cava y el vino, mezclados con sudor y nerviosismo. Apenas quedaban unos segundos. “Pamploneses…” Y por fin, el chispeante sonido de la mecha del cohete. Deseó gritar como los allí concentrados, pero no procedía alterar el ritmo de trabajo de uno de los despachos más respetables de Canadá. Con los ojos humedecidos, se anudó silenciosamente el pañuelo y cerró la aplicación de Youtube del móvil.
A pesar de los kilómetros, aquel uniforme le ayudó a sentirse como uno más de la lejana marea blanquirroja.

FERDINANDO, ¿ERES TÚ?

Teresa De Jesús Esteban Rojo

Uno de Enero, dos de Febrero, tres de Marzo, cuatro de Abril, cinco de Mayo, seis de Junio, siete de Julio…¡SAN FERMÍN!

Primera vez para este turista. Mis primeros Sanfermines. Y era el Gran Espectáculo. Correr.

Escuché gritos. Me giré, y vi una bestia negra inmensa acercándose. Mi cerebro pensó: “¡Huye! ¡PERO RÁPIDO!”. Sin embargo, mi cuerpo se quedó estático sin moverse ni un ápice. “¡RÁPIDO, QUE VIENE!”. Pero mis piernas habían decidido que las órdenes recibidas no podían ser realizadas. En una fracción de segundo vi todo como a cámara lenta: el toro corriendo, resoplando, derribando todo lo que se interponía en su camino, acercándose a mí. Cuando la muerte era inminente, mis piernas reaccionaron y me moví lo suficiente como para evitarlo. Le vi pasar de largo. Era como Ferdinando cuando le pica la abeja.

¡Qué susto me llevé! Sí, vuestro padre pensaba que los toros eran como Ferdinando. Mansos y buenos. Pero todos ellos llevan una gran bestia encerrada en su interior. Estoy seguro que a este toro le habría picado, lo menos, una colmena de abejas, para estar tan enfadado.

Sí niños, estuve a unos centímetros de un “Ferdinando”, pero no pudimos oler flores ni estar tranquilos. Sólo pudimos correr.

PERDIDO ENTRE LA GENTE

Maika Rosel Novella

NUNCA SENTI TAN VACIO ESISTENCIAL QUE ESTAR EN MITAD DE UNA MULTITUD EXTASIADA DE BEBIDA Y DROGAS,PARECE TODO PERMITIDO Y PARECEN TODOS AMIGOS.
TODOS VISTIENDO IGUAL SINO ERES A DESTACAR. MAL OLOR Y SAQUEO ALLI DONDE NO NO PONGAS LOS OJOS SAN FERMIN QUE BONITO SE LLENAN LOS BOLSILLOS CON TU NOMBRE PERO NO CON TU NOBLEZA.