Archivo por meses: julio 2015


VII Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín

OTRO PUNTO DE VISTA

Isabel Torrubia Gortari

Llegó a una ciudad engalanada de rojo y blanco. El calor de julio se mezclaba con el jolgorio y las risas de la gente. Para unos, sus calles ahora contaban una nueva historia; para otros, Pamplona se convertía en la mejor anfitriona.

Incluso él, acostumbrado a la tranquilidad del campo, se dejó llevar por la atmósfera de colores, el olor del vino, la feria y la alegría reinante; hasta el río parecía ebrio de la emoción.

Pasó la noche junto a sus hermanos, pero en lugar del silencio y la calma, que suelen traer consigo las noches de verano, los ritmos de la fiesta y los fuegos artificiales, como soles en el negro cielo, les acompañaron hasta el amanecer.

Un murmullo creciente le despertó; se escuchaban voces y saludos al otro lado, pero el tono era ahora de emoción contenida y solemnidad renovada. Entonces escuchó una hermosa canción, perfectamente coreada….después estalló un cohete. Se abrieron las puertas, y salió con sus hermanos. Cientos de personas ataviadas de rojo y blanco les esperaban; un Santo les guiaba, un año más, al corazón de la fiesta.

CARAVINAGRE ( HOMENAJE LITERARIO)

Sergio Lopez Guillorme

Cuando despertó, Caravinagre todavía estaba allí. 

SUEÑOS DE GRANA Y ORO

Mario Utrilla Trinidad

¿Recuerdas nuestros sueños? ¡Cómo no!
Éramos jóvenes ávidos de experimentar nuevas sensaciones, de emociones, de adrenalina. Estábamos apasionados por los toros y no faltábamos a ninguna corrida de Sanfermines.
Soñábamos con figurar en los carteles de la Feria del Toro. Juan Sánchez “El Hortelano” era el nombre artístico con el que deseaba anunciarme en los carteles, por mi abuela, que tenía una huerta en la Magdalena; es un nombre que suena a torero. Tomaría la alternativa con un terno grana y oro. “Curro Navarra” es como se anunciaría mi amigo, vistiendo de turquesa y oro. Saldríamos a hombros en un apoteósico mano a mano celebrado en la Plaza de Toros de Pamplona, la misma en la que nos colábamos de pequeños y junto a la que jugábamos al toro al salir de clase.
Nos compramos a medias un viejo capote de segunda mano perteneciente a un banderillero retirado, José Martínez “Aguamarga”, para ir de maletillas. En aquellas pequeñas plazas de tientas se vinieron abajo nuestros sueños. Entre revolcón y revolcón fuimos cambiando la seda y el oro de los vestidos de torear por los trajes de tergal de nuestras profesiones.
Pero el miedo y la falta de oficio nunca lograron acabar con nuestra afición.


VII Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín

LA PASTILLA DE JABÓN

Amaya Carro Alzueta

Lo cierto es que está resultando muy difícil. Medito mientras intento hacer desaparecer las manchas del bajo de tu pantalón, frotándolas con la pastilla de jabón con todas mis fuerzas. La primera vez que vas al chupinazo con tus amigos. La primera vez que pasas toda la noche fuera de casa. La primera vez que corres el encierro, aunque me prometiste que no ibas a hacerlo. Las manchas no salen. Tendré que dejarlas a remojo. Como a mis sentimientos. ¿Recuerdas cómo aferrabas mi mano, temblando, cuando veías a Caravinagre? ¿Recuerdas cómo te escondías entre mis piernas para no escuchar el atronador estallido de los fuegos? ¿Recuerdas cuántos globos te compraste y perdiste, cuántas vueltas me hiciste dar imitando a los gigantes? ¿Recuerdas cuántos besos nos dimos vestidos de blanco y rojo? Tu mano ya no busca la mía y tus besos pronto tendrán otra dueña. Y yo estaré aquí, intentando lavar mi nostalgia con agua templada y jabón de pastilla mientras mi niño se hace hombre y se aleja de mi lado. Espero que San Fermín te cuide, hijo, porque ahora te vas embriagado por la fiesta, pero mi alma predice que ya nada será igual. ¿Recuerdas, amor, cómo bailabas sobre mis pies?.

BUENA BAZA EN SANFERMINES

Miguel Angel Magallón Ansón

Es víspera de Sanfermines y los de la cuadrilla nos juntamos ante una copa de buen pacharán navarro en un tradicional bar taurino cerca de la plaza del Castillo. Comenzamos a jugar al guiñote y a charlar sobre nuestra vida. Les cuento que de joven en mi casa éramos muchos de familia y no sobraba precisamente el oro, así que me hice sirlero y espadista porque de alguna manera había que salir para delante. Pero aquel negocio no fue bien y la policía me trincó. Ese día recuerdo que en la comisaría me cantaron las cuarenta, debía llevar unas veinte en copas y ya estaba para el arrastre. El agente me dijo que yo era un verdadero as en el arte de la ganzúa y el robo, aunque basto, y que cambiara de tercio porque ya estaba en las diez de últimas. Y añadió que me hiciera novillero o mejor picador de toros porque, por aquel entonces, se me daba muy bien el caballo. Le puse cara de sota pero me echó un capote porque algunos años después aquí estoy, de triunfo, y mañana pico en el mejor coso que existe, la plaza de toros de Pamplona. Torea el maestro Padilla. “¡Partida y coto!”

LA CARRERA DEL DÍA SIGUIENTE

Esteban Conde Choya

Llovía. Si seguía así, no íbamos a poder realizar la carrera del día siguiente. Antonio y yo hablábamos de ello la víspera del día del Santo en el hotel donde nos habíamos alojado. «Yo saldré de todos modos», dijo Antonio. «No puedes», le repliqué. «Si haciendo bueno, tienes problemas, imagínate con el suelo resbaladizo». No logré convencerlo, porque la madrugada del 7, aunque veíamos por el balcón que seguía lloviendo, le vi ponerse al cuello el pañuelico rojo. No tuve más remedio que meterme en el bolsillo, en un descuido suyo, todo el whisky que había en el minibar. Sabía que, al levantarse, iba derecho a mueblecito y sacaba los botellines de JB para rellenar la petaca que yo le había regalado por su santo. Nunca me perdonaré haberlo hecho. Desde entonces raro había sido el día en que mi amigo no acabara mareado y perdiendo el equilibrio, y yo llevándolo casi a rastras a la cama. Y llegado el día más importante de las fiestas, resultó el peor de mi vida. Antonio descubrió el engaño del minibar y se encaró conmigo. Hubo un forcejeo entre los dos y acabé en el suelo. Cuando desperté, él había desaparecido. No volví a verlo nunca más.


VII Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín

ETDLB

Katixa Castellano Oyarzun

Para el tío Fermín

Ella estaba de niñera en la casa que hace esquina con Mercaderes. Se asomaba a la ventana como un clavo, sin faltar un día, por eso él empezaba al final de Santo Domingo y al acabarse la plaza se retiraba. Jamás eligió otro sitio diferente. En sus ratos libres de albañil, esa semana de julio, y durante cuarenta años, paseaba con boina verde dentro de la Plaza de Toros. Con el tiempo vinieron los hijos, cinco, y la nena, una; y con ellos la vida corriendo con ese galopar que casi nunca notamos en la nuca. Hasta que un día ella se fue a esperarle desde una ventana más alta. Demasiado alta.

Cuando el abuelo Paco tenía ochenta y dos años su hijo Miguel Ángel, preocupado de que siguiese con la costumbre, le preguntó:

Oye, papá, no estarás corriendo el Encierro, ¿no?

¿Yo?, no, el Encierro, no. Sólo el trocico de la Baltasara.

DÍA DE…

Alberto Barcia Gonzalez

Nada más salir de casa de riguroso blanco y con el pañuelo anudado a la muñeca, el primer coche que pasó con la faja asomando por la puerta y rozando la carretera me recordó lo bonito de este día. Día de almuerzo temprano en la calle, con los ya más que amortizados tablones y caballetes que nos regalaron nuestros padres para nuestra cuadrilla cuando empezamos a emanciparnos de ellos en estas fiestas sin igual. Día de disfrutar de una aglomeración en la plaza que en cualquier otra situación hubiera desesperado a cualquiera, pero que hoy produce una sensación de pasión difícilmente igualable. Día de vivir la atmosfera irrepetible en las calles y que produce muestras de exaltación de la amistad en multitud de ocasiones.

Día en el que la tensión contenida durante todo un año explosiona y de una forma u otra nos ayuda a todos los que aquí estuvimos, estamos y estaremos.

24 ORDUKO MAITASUNA

Javier Sagardia Sarasa

12:00etan
Elkarri begiratu diogu istant batez. Soari eutsi diogu, irribarre imintzio lotsatia banatu. Suziria lehertu da urrunean. Zapi gorriek zeru-sabaia dute estali. Jendetzak irentsi gaitu, olatuek bezala bultzatu, zirimola batean, eta betiko banandu korronte meneraezinetan.

16:25etan
Ezin dut begirada hori burutik kendu. Badakit begi berde berunezko horiek ikusi nautela. Badakit.

21:00etan
Hamaika edabez gorputza zikin, burua hordituta eta ikusmena lausotua izan arren, iluntzen hasten den ordu zehatz gabe horretan gutxien espero nuena gertatu da: goizeko begirada berdearekin topo egin dut.

24:00etan
“Ay Jalisco no te rajeees, me sale del almaaa…”
Irribarre bizi-lotsatien artean Jarauta kaleko zoru bustian elkarri lotuta dantzatu dugu, jira eta bira eroan, zorabiatu arte. Jorge Negretek kale bat beharko luke hirian.

01:05etan
Batu ditugu ezpainak. Batu ditugu mingain bustiak. Turrillas maisuaren oihartzun irrealen artean. Txun, txun, txun. Gainezka dago kalea, gu inoiz baino isolatuago.

03:45etan
Izerdiaren ostean, etxeko izara garbietan gordeta, nekeak harrapatu gaitu. Goizean bezala, elkarri begiratu diogu. Nire bularrean du burua pausatu. Denbora betiko gelditu nahi nuke.

12:00etan
Ez nau agurtu. Ez dit paper puska batean idatzitako oharrik utzi. Ez musurik eman masailean. Isil-gordean joan da. Hutsunearen zauria sentitu dut. Baina hozkailuan salda badago, eta zazpi gau ditut zain: “Alcé mi copa y brindé por ella…”


VII Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín 2

NO ES EDAD PARA CORRER DESPIERTO

Alfredo Cot González

Benjamín tiene 90 años. Su vida, como agua que busca el mar se escapa entre sus dedos.
No duele la indigencia, está solo. No le importa morirse, a esa edad la muerte no es ningún hecho de impacto imprevisible. Nunca hasta ahora había necesitado de fantasías. Sus sueños, antes de serlos eran realidad. Una maleta de ellos la llenó corriendo hasta aquella cogida entre Estafeta y Javier. No lo vio venir, era más joven y confiado, pero su vida cambió.
Después, cojo, tuvo cuanto quiso. Cariño, el de los que le conocían y sabían de su valentía. Respeto, el de los que le frecuentaban y oían entusiasmados la breve historia de aquel desenlace. Admiración, la de los que necesitaron vencer sus miedos y de él obtuvieron coraje.
Ahora, en su epílogo vital, desahuciado y perdido se descubre en mitad de la noche, bajo las estrellas soñando delante del bicho. Es una experiencia nueva, desear algo en secreto. Por un momento con la mirada ausente sustituye la vista del fatídico callejón por una borrosa ilusión…
Y sueña con cuatro paredes pintadas de recuerdos y una ventana por la que mirar, seguro y en paz.
Será su única y última fantasía.

SAN FERMIN LINDO Y QUERIDO

Inés Gonzalez Martinez

Cinco de la tarde, café Iruña:
Mi prima Carmen había llegado de México con la intención de sentir en primera persona las fiestas de San Fermín, tanto le había hablado de ellas que casi las conocía como si las hubiera vivido.
A su disposición, una habitación en un afamado hotel le esperaba y yo como acompañante en esos días.
Sus ojos no daban crédito cuando el 6 de Julio vieron como desde tempranas horas la Plaza del Castillo se iba cubriendo de blanco y sintió escalofríos como si de una Pamplonesa de toda la vida se tratara, cuando al llegar las doce se alzaron los pañuelos rojos sobre los hombros de pequeños y grandes.
Lo vivido hasta el 14 a las doce de la noche, cuando sonó el cohete del pobre de mí, lo guardó en su cuaderno de viaje.
Cerró su maleta con la emoción contenida y la esperanza de volver a revivir esos días… entre kilikis y niños, encierros y calimochos, vermuts en la plaza del castillo y desayunos con chocolate, plaza de toros y procesión, la jota de San Fermín o el baile de la era, en fin… que apenas le cabían tantos “momenticos” que Pamplona le regaló.
Viva San Fermin!
 

LA MAGIA DE SAN FERMIN

Vicent Canelles Gonzalez

Con solo una mirada y un único sentimiento
Son los minutos antes al paseillo tras la puerta de cuadrillas donde se puede ver reflejado los sentimientos que expresan las caras de los diestros y sus cuadrillas. En el coso pamplonica, tras la barrera que nos separa de ellos, podemos apreciar sus miedos; el peso que les produce tal responsabilidad.

Son minutos antes de la carrera pisando el adoquín de Santo Domingo donde se puede ver reflejado los sentimiento que expresan las caras de los corredores de encierro. En las estrechas calles, tras el vallado que nos separa de la multitud, podemos apreciar quien de verdad ama, vive y respeta el encierro.

Entre la muchedumbre ves personas con cara de alegría, personas que no entienden nuestra pasión pero participan. La expresión de nuestro rostro explica bien lo que sentimos los grandes aficionados.

Cierto parecido hay entre la expresión de los faneadores y la nuestra: los corredores. Hay miradas que lo dicen todo.

Santo Domingo, del 7 al 14 de Julio, frías mañanas de espera; duros minutos hasta que comience el cántico; ansiosos segundos antes del comienzo. Son durante esos 7 días y durante esos momentos previos al encierro donde se puede apreciar lo que siente cada corredor. El que lo 


Sanfexit

Nosotros sí que no hemos aceptado las condiciones de la troika, y finalmente nos hemos salido de los sanfermines.

Tiempo tendremos de diseccionar las fiestas, que una vez más han sido maravillosas. La parte taurina habrá que empezar a analizarla, como ya están haciendo los medios de comunicación, desde la óptica de la información deportiva. Habrá que definir un subtipo de «runner» para la nueva modalidad de ultrasprint con obstáculos que podemos disfrutar cada mañana en la tradicional contrarreloj con toros.

Menos gente, más calor, mucha música, pocos incidentes, etc.

Cambios más simbólicos que de otro tipo en el apartado en el que no entramos, como ya sabéis.

Eso sí, todo llegará después de San Fermín Txikito, ya que antes, fieles a nuestro compromiso con los participantes en el certamen de microrrelatos, os iremos ofreciendo varios relatos diarios para vuestro disfrute, que ya fue el nuestro.

¡¡¡¡¡ YA FALTA MENOS !!!!!