Archivo por días: 7 de septiembre de 2015


VII Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín

LA FIESTA SIGUE IGUAL

Micaela Simon Sagüés

Algo se siente en el ambiente, los nervios a flor de piel.
Los segundos en rojo van bajando.
Todos preparados, grandes, chicos y medianos sacaron ya el ajuar, y es que algo se palpa en el ambiente, están contentos y orgullosos.
Pitos, gaitas y globos de color; esto empieza, señores, ya no hay marcha atrás, el cava preparado y el pañuelico a punto también.
Llegan los vítores y el cohete del chupinazo, la calle estalla tiñéndose de rojo; vino tinto, patxaran, sangría…
Suenan txistus y alguien pregunta a gritos cuál será el juguete estrella este año.
Juerga y champán.
Una Jota cuando pasa el santo, y amén.
Ya de mañana, empiezan los rezos; luego en carrera y calle arriba toros bravos y sus pastores.
El olor rancio ya acompaña.
Siguen las fiestas, las fotos y los corralillos, las peñas, la comparsa rodeada de niños que se quedan despiertos hasta tarde, trasiego en las plazas, música y fuegos; todo vale y de todo veo.
Más música, más farra. Aún cansado como está, el cuerpo es lo que pide, más, y por más el bolsillo y el sueño se resienten a la par.
Pobres todos, pobre de mí, que esto se acaba empezando una cuenta hacia atrás. 

ANTES DE LLEGAR

Anna Oliveras Pare

Para salir ahí delante hace falta valor. Valor, inconsciencia, valentía, un poco de todo y algo más, claro está. Veo a los de mi alrededor, todos de blanco impoluto. También algo de rojo. Ellos creen que es por el rojo. Yo os puedo asegurar que nada tiene que ver. Es por la adrenalina que se huele por esas calles estrechas, rociadas por el agua de buena mañana, olores que se confunden con el ambiente más festivo de los días que nos preceden. Pero no es ni siquiera por verlos a todos correr, que la corriente nos desata hasta llegar a la plaza que nos espera y nos ovaciona. Nada que ver. En mi caso, decidí salir a correr porque me pareció ver una mozuela asomando su dulce rostro por el balcón. Pero con las prisas de la salida, no me dio tiempo a detenerme. Mejor así, pensé. No me gustaría herirla con mis astas con forma de espiral. 

SAN FERMÍN AL CUADRADO

David Vital García

Era un seis de Julio cuando el rayo de sol de las nueve de la mañana se colaba por la ventana de su habitación iluminando sus preciosas caras como cuando la luz se cuela por las grutas de las pirámides de Egipto esculpiendo las maravillas del mundo. Allí estaba yo, callado, ensimismado mirando fijamente la estampa de mis mellizos con menos de un mes de vida. Que la felicidad me inundaba estaba claro, pero os soy sincero, el aura de libertad que siempre me ha acompañado chocaba con la responsabilidad paterna en mis entrañas como chocan dos electrones en el acelerador de hadrones. Eran mis primeros Sanfemines con ellos y la nostalgia de las grandes juergas de tiempos pasados se convertían en las máscaras de mis ojos…
-Aquí estáis dándome dilemas, llevándome al extremo emocional, habéis robado todo lo que soy y he sido,…con lo que yo he sido…
En ese momento de perforación interior, de inconmensurable contemplación apareció mi mujer con sus “ropicas Sanfermineras”, ¿Cómo pueden hacer «pañuelicosy fajicas» tan pequeños? Verles con la ropa puesta fue la señal que necesitaba. Que revolcón sentimental, el relevo está garantizado y esos Sanfermines, como año tras año me sucede, fueron los mejores de mi vida.