Archivo por meses: septiembre 2015


VII Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín

AITA SÍ VERÁ LOS TOROS ESTE AÑO

Iván Parro Fernández

Los sanfermineros ya estamos en la plaza del Ayuntamiento. Gritos, aplausos, juegos y mucho, mucho vino y pañuelos rojos. A mi lado hay una mujer alta, bien parecida, que grita y sonríe como ninguna. Ahora está tecleando algo en su Smartphone. Curioso me acerco y observo el mensaje: – Aquí está todo preparado, Aita (con una foto de la plaza). A los pocos segundos suena un whatsapp: – Hija mía, vive ese momento único. Yo lo llevo haciendo desde los diez años. La mujer le contesta: – Tú tranquilo, saldrás pronto del hospital y estarás aquí conmigo el año que viene. La respuesta fue rápida: – Hija, no lo dudes, no me perdería más San Fermines ni aunque me matasen.
La muchacha recuerda entonces los malos momentos tras el accidente en la calle Estafeta: los nervios, la impotencia, el miedo, aunque no olvida esas palabras de su querido Aita: – Lo que pasa en San Fermín se queda en San Fermín.
Ella me mira y yo sigo la fiesta. Estoy seguro que enviará cientos de fotos y vídeos con ese móvil. Consulta en la app SanFermines2015 la cuenta atrás. El chupinazo ya suena. Ahora comienza la fiesta grande. ¡Gora San Fermín! ¡Viva San Fermín!
 

UNA FIESTA SIN IGUAL

Oscar Arbeloa García

Sentimientos desatados por el ruido de una explosión. Solo dos colores, rojo y blanco. Nueve días por delante, la coctelera de Pamplona fusiona culturas varias, razas, costumbres… todo en honor a una única Fiesta, un único Santo, SAN FERMIN.
Ocho de la mañana, puntual. Ofrece su bendición y el capote mágico y milagroso. Cobija las carreras de los mozos, vigilando el galope asustadizo y temeroso de los astados. 840 metros, Cuesta de Santo Domingo, tensiones. Plaza del Ayuntamiento, gritos. Mercaderes y Estafeta, carreras únicas e irrepetibles. Telefónica, El Callejón y la Plaza… la meta.
Marea roja y blanca, liderada por los acordes del Txistu, Gaita y Tamboril, guían el espíritu infantil que mueven los Gigantes. Verga en mano el Kiliki tras el txiki.
Gargantas al viento expulsan sus Jotas haciendo honor al protagonista de estos días, SAN FERMIN.
Incesante y sin descanso transcurre la fiesta. En volandas y a ritmo, las Charangas incitan y provocan a sus Peñas. Mucho jolgorio y poca vergüenza.
23:00 horas, estruendo y explosión, irrumpen, iluminan e inundan un cielo estrellado de colores y estelas únicas.
Sin querer se va acercando el final…
Pobre de mi? No, pobre del que no ha estado. 

YO QUIERO IR A SAN FERMÍN

Celia González Ibáñez

Nunca he ido a unos sanfermines. Imagino que debe ser una mezcla entre la Semana Santa y la feria de mi ciudad, Sevilla, pero en Pamplona.
Las calles se pueblan de gente de todos los lugares del mundo vestidos de blanco pero que vuelven a sus casas de color rosado.
Una fiesta cuyo protagonista es un animal bravío, por lo que es una diversión para valientes, aunque también para aquellos que admiran la valentía.
Pero no solo hay corridas de toros, puedes encontrarte gigantes y cabezudos, los aterrorizadores kilikis, la procesión del santo que le da nombre a la fiesta, el Riau Riau , y mucha mucha música.
Desde el Chupinazo, hasta el pobre de mí, hay una semana intensa llena de gente, de música, de risas, de pasión y miedo, de tradición, un sinfín de locura con el único objetivo de pasarlo bien.
Por ello, digo con tristeza que pobre de mí, que nunca he ido a las fiestas de San Fermín.
 


VII Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín

CUANDO SEA GRANDE…

José Arias Moreno

Me llevaba de su mano -ruda de trabajador duro-, yo tenía nada menos que siete años y toda mi niñez junta correteaba a su lado, tratando de perseguir gigantes y cabezudos; era el espejo en que pretendía mirarme, intentando imitar la mayoría de sus gestos y emociones. A esa edad alimentaba mi afán de conocimientos preguntando sobre todo lo que acontecía alrededor; había una frase que siempre anteponía a cualquier proyecto de futuro maquinado por mi inmadura mente: “Cuando sea grande…”
– ¡Papá, cuando sea grande correré los encierros contigo! exclamaba con inusitada vehemencia.
Transcurrieron ya algunas décadas y se cumplió mi deseo. Con la llegada de estas fiestas afloran los recuerdos, él nos dejó recientemente, pero me queda su memoria y una forma de ver la vida, forjada con espíritu de pamplonica auténtico y el orgullo de procurar ser hombre de bien, porque seguí sus consejos.
Mientras me visto para acudir a la temprana cita diaria en Cuesta de Santo Domingo, contemplo a través del espejo a mi hijo de meses en brazos de su madre; cavilo sobre lo que nos deparará el futuro y observo su carita que esboza una sonrisa, con los ojos parece decirme:
– ¡Papá, cuando sea grande…
 

DISIMULO

Marialuz Vicondoa álvarez

Ni una lágrima. Ni un gesto que reflejara el miedo que me comía por dentro. Me esforzaba para que nadie notara la angustia que me invadió cuando comprobé que me había perdido. En la calle Mayor me quedé inmóvil, con mis siete años, mirando una procesión de alegría, color, música, cabezudos, San Fermín y calor…, mientras aguantaba como podía el llanto. Rodeada de gente, abrumada, a empujones… sola como nunca. El mundo, el poco que conocía, se me echó encima. Sin saber qué iba a ser de mí, me invadieran augurios truculentos, mientras disimulaba el terror a desaparecer y a que se notara. Nunca fueron tan monstruosos esos cabezudos que me miraban. No hacía nada, permanecía. Todo desaparecería, el tumulto, la procesión, los niños, los gritos… y yo continuaría allí, esperando a la nada o a algo peor. Iba de la mano de mi madre, no sé quién soltó a quién. Desparecieron ella, mis hermanos… Los rostros dejaron de serlo. Caretas desconocidas, todos se reían de mí, yo apretaba los labios para no dejar salir mi llanto. Un apretón en el brazo me tiró hacia atrás. “Ya está. Fin”, pensé. “¡Aquí está! Oye, y tan tranquila estaba, como si nada”, escuché a mi madre. 

SAN FERMÍN UNIVERSAL

Carmen Hernández Montalbán

San Fermín inaugura el verano con un río de margaritas blancas y amapolas. Junto al toro de Navarra laten los corazones de todas las partes del mundo. 


VII Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín

A SU CERDITO SIEMPRE LE LLEGA SU SAN FERMÍN

Isabel García Viñao

Paco, sin oficio ni beneficio, salía de su casa con su vestimenta bien blanca y el fajín y el pañuelo rojos para asistir al lanzamiento del Chupinazo. A escondidas de Julia, su esposa, sacaba sigilosamente el cerdito. Porque verán, si a la mayoría de los cerdos les llega su San Martín, al suyo, le llegaba su San Fermín. Al gorrino lo iba “engordando” poco a poco, día tras día, hasta que llegaban los Sanfermines, momento en que “zas”, al animal, irremediablemente, le llegaba su fin. Gracias a él podía aguantar las doscientas cuatro horas que median entre el lanzamiento del cohete en el Consistorio y el cántico popular del “Pobre de mí” que se entona para despedir las fiestas.
Pero, ese catorce de julio, mientras Paco entonaba la canción de despedida en la Plaza de los Burgos, una tristeza infinita se iba apoderando de él. Después de comprobar los abundantes lamparones sobre el blanco, pensó: ¡Buuffff, pobre de mí! Mañana a primera hora tendré que comprar la nueva hucha-cerdito para ir echando las monedas que pueda sisarle a mi mujer y así poder aguantar las fiestas del año que viene con cervezas, vinos y otros caldos.
 

EL PRINCIPIO DEL FINAL

Sagrario Loinaz Huarte

7 de julio…ambiente festivo…
Alboroto…nervios…7.40…posición…ilusión…expectación…7.45…tensión…7.50…miradas al reloj…incertidumbre…7.55…cántico frente a la imagen del Santo…respeto…protección…
A San Fermín pedimos…Entzum arren San Fermín…7.57…por ser nuestro patrón…zu zaitugu patroi…7.58…silencio…emoción…7.59…nos guíe en el encierro, dándonos su bendición… zuzendu gure oinak entzierro, hontan otoi…¡VIVA SAN FERMÍN! ¡VIVA!… ¡GORA SAN FERMÍN! ¡GORA! …8.00…cohete…corralillos de Santo Domingo…toros…velocidad…849 metros… tensión… valor…entusiasmo…Cuesta de Santo Domingo…peligro…gallardía…Plaza Consistorial…entereza…valentía…arte…Mercaderes…riesgo…miedo…temor…curva Estafeta…prudencia… Estafeta…temple…agilidad…incertidumbre…Telefónica…ímpetu…callejón de la plaza…equilibrio…dobladores…habilidad…segundos interminables…cohete…astados en plaza…aplausos…cohete…morlacos en los corrales…tranquilidad…suspiros…ovación… ¡Encierro concluido!
Termina la retrasmisión, y un gran alboroto inunda la sala de televisión de la residencia de ancianos, dónde en una atmósfera de nostalgia, pasión, y añoranza, los residentes comentan sus vivencias y anécdotas sobre los encierros vividos por ellos:
-¡Caguendiez! En nuestros tiempos corríamos a las seis… -Recuerdo un zurriagazo que me dio un miura… -¡Hostia Patxi! Eso me recuerda aquel encierro del año…
8 de julio…ambiente festivo…alboroto…¬
 

1,5 DÍAS DE JULIO

Nerea Blanqué Catalina

Nunca había estado en Pamplona. Cargada de blanco y faja roja llegó y visitó a San Fermín. Más tarde, en las carpas, conoció a Ángel porque se dejó tocar la calva. Se rieron, no le gustaba decir su nombre porque significaba que no tenía sexo. Al mediodía fue a comer chuletón, chistorra, pimientos y bebió pacharán. Luego, en el hotel, se encontró a un torero que le firmó un autógrafo. En el ascensor un señor le preguntó con una sonrisa:”¿Tu primer San Fermín?” “Sí” “Es adictivo, mi décima vez” dijo con orgullo. Salió de noche y se volvió a encontrar a Ángel, que la invitó a salir con sus sobrinos. Baile y risas con desconocidos de blanco y rojo que se convierten en amigos a ritmo de música. Por la mañana, encierro, concurso de levantadores de piedras, de cortar leña, más música. Vio a un elefante. Escuchó karaoke de papel y lápiz con sus gafas de corazón puestas. Más risas y charlas. Se hizo una foto con la peña del Caskete. En la estación, con pena por dejar Pamplona, se encontró con unos americanos que para celebrar su luna de miel habían corrido el encierro. Qué gran final para unos días inolvidables. 


VII Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín

¿DRONE FERMÍN?

Itziar Velasco Garralda

6 de julio, París. Nos encontramos en la sede de la prestigiosa marca Parrot. A las 12 del mediodía va a comenzar una coreografía con los drones más sofisticados del mercado. El reloj marca la hora. Todo transcurre según lo previsto hasta que uno de los 9 drones se escapa del marco de acción. Se vuelve incontrolable. Desde la Unidad de Control se esfuerzan en que reaccione. Pero ni el aterrizaje de emergencia funciona. Minutos después recurren a intentar localizarle a través del GPS. El lugar es muy claro: una pequeña ciudad del norte de España. Los encargados de la empresa murmuran entre sí: “quién fuera drone para poder ir volando a San Fermín”. Mientras tanto, Bebop, que así se llama el desaparecido, sobrevuela las calles de Pamplona. Le mojan con kalimotxo y champán, pero no le importa. Intentan atraparle, pero él es más rápido. Quieren cogerle para manejarle, pero él no es un gigante al que poder bailar ni tiene astas para que corran delante de él. Lo único que quiere es vivir la fiesta a vista de drone. El próximo año volverá y no lo hará solo. Una invasión de drones con ganas de fiesta, invadirá la ciudad. ¿Drone Fermín? 

EL MONSTRUO EN JULIO

Jose Gil Romero & Goretti Iris Gil Romero | Irisarri Vázquez

No eran sus ojos encendidos lo que más miedo infundía del monstruo, sino aquellos enormes y retorcidos cuernos. Todo el que se enfrentaba a él acababa muerto. De noche sus bramidos aterrorizaban a los campesinos, y ni los gigantes de las montañas, ni los kilikis de enorme cabeza, ni los zaldikos hombre-caballo se atrevían a salir.

Un día alguien hizo estallar pólvora en el cielo para reunir a todos los habitantes en la plaza. Era un simple niño huérfano, pero tenía un plan para vencer al monstruo.

Aquel amanecer de julio el niño salió en busca de la bestia para retarle con un pañuelo rojo. El niño agitó el pañuelo y se lo ató al cuello. Perseguido por el monstruo, atravesó el pueblo con la fiera resoplando en sus talones. Temblorosos tras las ventanas miraban los vecinos, asombrados de su valor. Fue a dar el niño a un recinto, se subió a un caballo y, habiendo quedado el monstruo encerrado, le dio muerte al fin con una lanza.

Así fue cómo un niño consiguió acabar con el monstruo y cómo, cada año, recién comenzado julio, hombres, gigantes, kilikis y zaldikos festejan el valor de aquel muchacho que corrió para salvarles a todos.
 

«TE SIENTO CERCA»

Izaskun Alegria Baines

11.55: El volumen de la televisión era tan alto que no llegaba a escuchar el teléfono ardiendo de whatsapp, la llamada del típico amigo de la cuadrilla que es consciente de tu ausencia en un día tan importante.
11.57: Como en todos estos años fuera de Pamplona, este donde este, tengo preparado mi ‘pañuelico’ rojo, que siempre me acompaña, y un botellin de cerveza esperando a ser abierto como un chupinazo a la hora adecuada.
11.59: Pese al cambio horario, sé perfectamente que se acerca el momento, que es 6 de julio y que mi ciudad se está tiñendo de blanco y rojo y que las caras de felicidad hacen vibrar al mundo durante 9 días. Un alboroto de sentimientos en la mente y en el cuerpo.
12.00: El canal internacional de TVE, en ese hotel de carretera, hace que me sienta cerca, que cierre los ojos y en ese escaso minuto de nervios y emoción vea la cara de felicidad y de sentimiento de mis amigos, de mi familia, de las miles de personas que llenan las calles de la vieja Iruña y de repente ….. Viva San Fermin, Gora San Fermin!
Una lágrima se escapa y sonrío.
 


VII Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín

MIEDO Y ARROJO

María José Toquero Del Olmo

Te vistes de blanco y anudas la faja roja alrededor de tu cintura. A San Fermín te encomiendas y le pides guía y protección. Escuchas el chupinazo. Todo tu cuerpo en alerta . Presencias la estampida de los toros. La tensión es máxima. Tu corazón estalla. Muchos antes que tú sintieron el mismo miedo y el mismo arrojo. En este momento te fundes con el cazador prehistórico. Eres el hombre de la tribu que corre ante la manada. La testuz de un uro salvaje se levanta amenazante sobre ti. Sólo piensas en correr, correr y liberarte de la cornada mortal que te amenaza.  

NAROA Y YO

Felix Senis Diez

Desde que la conocí, hace ya tres años, supe que sería la mujer de mi vida. Coqueta y feliz, me arrastra ahora, Estafeta abajo, salvando los empujones de la gente. Se diría que tiene prisa y, a veces, suelta mi mano y camina unos pasos por delante. La siento observada y no puedo evitar que los celos me pellizquen el alma. Después de algunos pasos, se da la vuelta, se lanza a mi cuello y me muerde la oreja. Ella sabe que este mínimo gesto me convierte en el hombre más feliz del mundo. A la altura de Mercaderes vuelve a provocarme. Apoyada en el vallado del encierro, se deja abrazar por el sol de mediodía. Se mira las bailarinas rojas. Alisa su falda. Pone orden en los botones de su blusa. Me mira…, y se ríe. Sabe, como nadie, administrar esos chispazos que enamoran.
Por fin llegamos al Ayuntamiento. Deposita en mí sus miedos y se introduce en el bullicio. La pierdo de vista unos segundos y…¡uff!…vuelvo a verla correr sobre sus pasos.
-¡Corre papá!. ¡Corre!.
Y,aterrado como un niño, contemplo en el reflejo ámbar de sus ojos, cómo Caravinagre se acerca amenazante hacia nosotros. 

EL SEÑOR FABIO EN FUGA

Josep Turon Triola

¿Su nombre? Señor Fabio. Hoy sus facciones son fuertes, siempre serias, de fracaso sin soterrar a fuerza de secretos salvajes. Algo feo, sí. Seamos francos, fanfarrón y severo suele serlo, no finge. En su fuero se sabe con firmeza y fe suficientes; y frialdad, y formación. Y con la sobrada serenidad con que ha soportado la soledad del sendero. Saca el fajo de la faja sabina. Silba el señuelo de la fanfarria. Suelta fuelle. Siente el fuste feroz de la sangre en las sienes, la señal favorable del sudor súbito. Forcejeo en un flanco, follón, fibra frente a frente. Fuera de foco, una señorita sonríe. El señor Fabio se acuerda de Flor, su señora; solía sufrir siempre: “Fabio…” Una fracción y ¡fuego! Sueltan las fieras. Saltan fogosas en furibunda simetría, sacudida de furia, fauces sollando sobre un suelo. El Señor Fabio sostiene la formación. Seis. Siete segundos y fin del suspense. Sale en fuga el Señor Fabio, firme y sereno, y en el fragor de la fiesta sube como una flecha, feliz: sanfermines, siempre.