Yo sanfermineo.
Tú sanfermineas.
Él sanferminea.
…………
Sanferminear. Precioso verbo. Excelso. Sublime. Incomprensiblemente, inexplicablemente, desgraciadamente, no recogido en ninguna de las Reales Academias de las Lenguas.
Con la tranquilidad que me da el saber que multitud de personas sanferminean del 6 al 14 de Julio cada año en Pamplona y otras muchas lo hacen también a diario como esencia de su vida, me propongo buscar entre los verbos recogidos oficialmente en las Reales Academias uno representativo que sirva para poder expresar y englobar de la mejor forma posible multitud de situaciones y hechos que se dan o pueden experimentarse durante los Sanfermines.
Tras estrujarme la cabeza, creo haberlo logrado. El verbo en cuestión empieza por la ´P´ y acaba por la ´R´. Discurrir, discurrir….., ¿ cuál puede ser ?. Sé que muchos de vosotros estaréis pensando ya en privar – pues sí, ciertamente se hace a raudales, nada que objetar a vuestro pensamiento-, pero no. Otros diréis que es potar – mirando esos días la mayoría de las esquinas del casco Viejo se puede comprobar la veracidad de la teoría del pimiento y no os falta razón -, pero tampoco. Ni patear – y eso que uno se pasa todo el día yendo de lado a lado-, ni mucho menos pernoctar – que puede hacerse esos días en casa propia o ajena, en cualquier jardín, mediana, parque, acera o portal-. Ni siquiera es pajarear- ¡ anda que uno no pajarea ni nada durante las fiestas ¡ ……………………..- ¿ He oído decir a alguno de vosotros que pudiera ser putear ? Por favor, si algo tengo claro es que en las fiestas no tiene que tener cabida el joder; la manta, claro.
El verbo que he elegido es portar. ¿ Portar ?……, os estaréis preguntado extrañados. Pues sí, portar.
Para sacaros de vuestro asombro y demostraros que no ando muy desacertado con mi elección, en los Sanfermines se puede:
– Portar la pancarta de la Peña.
– Portar bolsas, cubos, palanganas, neveras o cazuelas repletas con el avituallamiento del tendido.
– Portar una cámara y/o móvil con los que poder inmortalizar toda la fiesta.
– Portar una melopea de tres pares de narices; o de mil pares de cojones; y portar de paso sin darte cuenta el preludio de unas resaca monumental.
– Portar un tambor la noche del Estruendo o cualquier otro instrumento a diario en las distintas bandas o charangas.
– Portar una vara. El alcalde, la de mando; los picadores, la que emplean en su suerte; y los pastores, las que utilizan en los encierros y encierrillos para guiar y ´chichipaneizar´ a toros, cabestros y corredores.
– Portar algo o alguien sobre los hombros. A un kiliki, gigante, zaldiko o cabezudo. Al Santo en las Procesiones. Al diestro triunfador de la tarde. Al peluche que te ha tocado en la feria. A la chavalería a todas horas. Etc.
– Portar el programa de fiestas bien a mano para no perderte ninguno de los actos oficiales.
– Portar encima un buen carro de hostias si haces el pata en el encierro o en la suelta de vaquillas.
– Portar una divisa o unas banderillas en el lomo, una estocada en todo lo alto y mucha sangre, un torero o un corredor en los pitones.
– Portar durante los próximos nueve meses en tu cuerpo los efectos de un buen Chupinazo.
– Portar encima la chorrada que ese año se haya puesto de moda en los vendedores ambulantes.
– Portar en los bolsillos el bote de la cuadrilla para toda la noche.
– Portar en la ropa toda clase de sustancias orgánicas e inorgánicas que precisen de varios lavados hasta su total desaparición.
– Portar un mal cuerpo ´que pa qué ´ si tus hijos no llegan a casa a la hora convenida o son de los que corren el encierro.
– Portar una docena de churros de la Mañueta en cada mano.
– Portar una vela para el Pobre de Mí.
Y podía seguir y seguir. Pero si no os resultase suficiente, os tengo que decir para reafirmar mi elección que portar como vocablo es parte del enunciado de otros verbos muy acordes con la Fiesta. ¿ Quién no ha tenido que re-portar explicaciones a diario de lo que ha hecho o con quien haya estado ?, ¿ No se convierte Pamplona esos días en una ciudad en la que parece no im-portar dónde beber, cagar, mear, incluso folletear……..?, ¿ Quién no ha tenido que so-portar los empujones y vaivenes que suelen producirse en las aglomeraciones de la fiesta ?, ¿ No se recuerda todos los días por megafonía como se debe com-portar uno en el encierro?, ¿ No tiene que a-portar cada uno de nosotros lo mejor de sí mismo para que los Sanfermines sigan siendo considerados una fiesta referente a nivel mundial ?, ¿ No sucede que más de un taciturno suele portar-se esos días como el más extrovertido del planeta ?, ¿ No hay que trans-portar todas las mañanas a la manada desde el corral de Santo Domingo hasta el coso taurino?, ¿ Deberíamos ex-portar el copyright de los Sanfermines para que dejen de celebrarse en otros lugares de la Tierra cutres sucedáneos sanfermineros ?, etc
Mientras las Reales Academias no recojan sanferminear como término lingüístico y quedándonos mientras con el verbo portar o con el que consideréis más oportuno para representar a nuestras fiestas, lo mejor, crucial y más importante es que en la práctica y por encima de casi todo en esta vida :
…….
Nosotros sanfermineamos.
Vosotros sanfermineáis.
Ellos sanferminean.
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