Vestidas de blanco y rojo
El mes pasado me estrené en este blog hablando de mi padre, un sanferminero de pro que nunca se perdió una y disfrutó todos los días de San Fermín de su vida como si fueran el único. Hoy hablaré de mi madre por aquello de que no se me ponga celosa y, de paso, para continuar en esta línea de fiesta y familia.
Mi madre no nació en Pamplona. Ella es vizcaina y aunque llegó a Pamplona cuando solo tenía cuatro años, en casa siempre la hemos considerado un poco “la de fuera”. En cambio, revisando sus fotos antiguas me llevé una sorpresa.
A todos nos ha dado alguna vez por curiosear sobre los orígenes de algunas tradiciones sanfermineras. Es lo bueno que tienen las hemerotecas y ahora, encima tenemos a San Google. Seguro que la mayoría hemos buscado alguna vez si cuando se tiró el primer txipinazo y de dónde. Cuándo pusieron el doble vallado del encierro y por qué. O cual es la razón por la que nos vestimos todos de blanco y rojo como si lleváramos uniforme.
Hay innumerables teorías. Destaca la de que la Peña La Veleta en los años 30 inició la costumbre de vestirse de blanco pero la más extendida posiblemente es que Miguel Javier Urmeneta, aquel famoso alcalde, se propueso popularizar el blanco allá por los años 60. Yo siempre he dado por buena esta teoría, sobre todo porque en las fotos más antiguas de mi padre, que siempre fue nuestra referencia en este tema de los sanfermines, aunque llevaba pañuelico, rara vez iba de blanco. Claro que él era de El Bronce y puede que eso tenga algo que ver.
El caso es que hace poco estaba mirando las fotos de mi abuela y me encontré una de sus tres hijas vestidas completamente de blanco el día 7 de julio. Creo que mi madre tiene en esta foto doce años, así que no eran aún los años sesenta (la fecha exacta no la voy a decir porque no me quiero arriesgar a sufrir sus represalias). Como es en blanco y negro no se ve bien, pero el cinturón que llevaban mi madre y mi tía era rojo.
Dándole vueltas he supuesto que todo esto tiene algo que ver con el hecho de que mis abuelos paternos, que además de vizcainos eran republicanos ellos, nada más llegar a Pamplona se hicieron socios de la peña La Saeta, heredera de la peña La Veleta y por eso decidieron vestir a sus hijas de blanco, para continuar con aquella tradición.
Son imágenes familiares que me hacen recordar de donde vengo. Me enlazan con el pasado vivo de nuestras fiestas. Y, además me hacen pensar que no importa donde hayamos nacidos porque, en San Fermín, afortunadamente, todos somos de Pamplona.