Archivo por días: 15 de septiembre de 2016


VIII Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín

ME RECONOCISTE

Jesús Mª Iricibar González

Quise creer que nuestras miradas se cruzaron. Algo súbito pero intenso, como el silbido de una espada. La densidad de estímulos compartidos amortiguó mi conmoción.

Te recordaba desde aquél mediodía pasado, aunque supuse que tu memoria no estaba clasificando aquel momento luminoso y bucólico; para mí, inspirador y decisivo. Solo fui uno más entre muchos pretendientes. Es lo que tiene el espectáculo: una escasa, a menudo nula reciprocidad. Por un momento pensé que quizá, después de aquellos eternos minutos del día anterior, al aire libre, tu cara radiante… Pero tu expresión no parecía delatar ningún afecto.

Me adelanté como pude tentando la suerte de nuevo y volvimos a encontrarnos. Me coloqué delante de ti, casi a tu ritmo… Y me acariciaste la cintura. Estaba seguro de tu inconsciencia. Solo una cuestión de espacio y podía haber sido cualquiera cadera en lugar de la mía.

¡Fue todo tan rápido!

El zarandeo general, un estrés cósmico y todos los circuitos linfáticos puestos a prueba… no permiten distinguir con quien te rozas. Solo un punto de tangencia para sobrevivir en equilibrio y no quedan neuronas para que las sensaciones cuajen. Afortunadamente.

Quiero creer que por unas centésimas de segundo me reconociste… y por ello no quisiste empitonarme. 

EL CNCAACP

Javier Casado Mayayo

Los has oído alguna vez. En el crujir de un suelo de madera. En el aleteo de una puerta mal cerrada. No los ves pero sabes perfectamente que están ahí, observándote, vigilando todos tus movimientos. Dicen que son fenómenos físicos, que tienen una explicación razonable, que no hay nada más allá del aire y la carcoma. Pero tú los sigues sintiendo muy cerca de ti, estremeciéndote el oído, erizándote hasta la última pelusilla de la piel. Cada noche duermes con la luz encendida y aún así a veces se cuelan en tus pesadillas, golpeándote hasta la muerte y haciéndote despertar entre sollozos. En ocasiones, incluso, te has meado encima.

La luz de la mañana se entremezcla con la de la mesilla y un 7 de julio se cuela por la ventana. La retransmisión del primer encierro irrumpe desde el salón y te despierta, recordándote que ha llegado el día que llevabas casi un año esperando. El de plantarle cara al miedo y recuperar toda tu honra. El de mirar frente a frente a ese Caravinagre y abandonar, de una vez por todas, el Club de los Niños de Cuatro Años Aterrorizados por los Cabezudos de Pamplona. 

YA VAMOS TARDE

Maitane Perez Argote

Ya vamos tarde para reservar el almuerzo del día 6. Yo me encargo. Vale. Un sitio que tenga txistorra. Y huevos. Y ensalada. ¿Ensalada? Mejor en la calle. Seguro que llueve…¡Qué va! Que no va a llover. Tengo que probarme la ropa. Un sitio que puedan venir un rato los de las silletas. ¿Vais a llevar móvil? Yo llevo el viejo. Que estemos cerca para intentar entrar a la plaza. ¿Vamos a entrar? Bueno, nos encontramos luego en el Javier. Hay qué ganas me están entrando. Luego hemos quedado en Jarauta. Vale, ya iremos viendo. ¿Quién tira al final el Txupinazo? No tengo nada corto. A ver qué día hace. Oye, ¿el 7 quién está para comer? ¡Me están entrando unos nervios! Yo el 8 tengo cena. ¿El 10 es el concierto que querías tú no? ¿Y si vamos a la pelota? Espera que llamo a éstas. ¿El Txupinazo entonces quién lo tira? Yo creo que mejor ir a la pelota el 11. ¡Ay que ganas! Apunta dos más para el almuerzo. Que tengan txistorra. Mejor en la calle. A ver qué tiempo hace. ¿Cuántos días faltan? Otro año más vamos tarde para reservar el almuerzo del día 6.