Amores y enamoramientos. ( Parte I )
Alrededores de la Ciudad de Pamplona.
6 de Julio.
Primeras horas del alba.
Un diminuto y simpático personaje se desplaza corriendo entre la ligera bruma que a esas tempranas horas envuelve la Cuenca. Amén de su corta estatura, su dorada melena rizada, su barriguilla en ciernes, su espalda alada y un impoluto pañal blanco, un arco y una aljaba repleta de flechas trazan su figura y delatan su condición. Sí, efectivamente, es un Cupido. Pero no es un Cupido cualquiera; no es un Cupido al uso, no es un Cupido habitual, no es un Cupido tradicional. Dos distinguidas particularidades lo hacen sobresalir entre los de su especie. Por una parte, en su brazo derecho porta un brazalete que lo designa y presenta como Capitán General de los Ejércitos del Amor, y por otra, lleva una boina roja encasquetada en la cabeza, un pañuelo rojo anudado al cuello y una faja roja rodeando el pañal, prendas eminentemente festivas. Curiosa combinación. Explosiva, diría yo.
Sus firmes pasos, decididos, categóricos por momentos, perfectamente coordinados con el vaivén de sus brazos, lo hacen avanzar con rapidez entre la neblina. Debe darse prisa. Tiene que llegar pronto a Pamplona. Dentro de pocas horas empiezan en la capital navarra Los Sanfermines. Atención, repito. Los Sanfermines. Palabras mayores. El súmmum. La repanocha. Lo más. La batalla anual por excelencia. La madre de todas las batallas. La mundialmente conocida como Guerra de los Nueve Días y las Nueve Noches. Para un militar amoroso de pro como él, uno de los mayores retos y desafíos con los que un profesional se puede encontrar a lo largo de su carrera. Doscientas cuatro horas por delante de duro y encarnizado combate. Tajo a destajo. En su caso además está muy vinculado a ellos, unido a más no poder. Son el conflicto internacional en el que los últimos años ha obtenido sus más célebres y sonadas victorias, el enfrentamiento armado que le ha reportado mayor prestigio y reputación, la contienda que le ha deparado sus medallas y felicitaciones más notorias, sus ascensos más relevantes. Por eso, se muestra algo ansioso e intranquilo mientras recorre el camino. Quiere presentarse cuanto antes en su Cuartel General establecido en las faldas del monte San Cristóbal y ponerse de inmediato al frente de las operaciones. Desea poner en marcha lo más pronto posible la misión que le han encomendado un año más, consciente como es de la importante tarea que se trae entre manos. Lo sabe mejor que nadie. Lo tiene presente a cada momento. En los Sanfermines, amores y enamoramientos, se producen a cientos. Y son su responsabilidad.
Pero se siente afortunado. No está sólo para afrontar la tarea. Unos cincuenta metros detrás suya va haciéndose gradualmente visible un gran ejército compuesto por cientos de Cupidos que siguen su estela. Una hueste compuesta por los mejores miembros de los Ejércitos del Amor que han sido sometidos a duras y estrictas pruebas para poder formar parte de la partida. Un destacamento que tratará de seguir a pies juntillas sus órdenes y dictámenes: » Tenerlo bien presente soldados, tenéis que conseguir los máximos amores y enamoramientos posibles durante los Sanfermines empleando todos los medios que tengáis a vuestro alcance y sin causar excesivos daños colaterales. No lo olvidéis, debéis hacerlo aun a costa de perder vuestra propia vida en el intento. Confío en todos vosotros. estáis sobradamente capacitados para cumplir con vuestra tarea. Suerte muchachos. Fuerza y honor «.
La milicia transita con brío. Organizada en Divisiones. Perfectamente estructuradas. Perfectamente alineadas. Perfectamente colocadas. Van una tras otra. Como las antiguas legiones romanas.
– Los Vejestorios. Tropa de infantería. Formada por Cupidos entrados en años. Muy respetados por todo el pelotón. Curtidos en mil batallas. Acompañan al Capitán General desde sus primeras escaramuzas. Provistos casi todos ellos con doble pañal, taca tacas, medicaciones varias, sonotones, bastones y algún que otro suero ambulante, se las saben todas, conocen su trabajo como nadie. Actúan principalmente en las verbenas y bailes vespertinos de la Plaza de la Cruz, en la Plaza del Castillo durante el Baile de la Era, el Día de los Mayores y en las distintas residencias y clubes de jubilados pamploneses. Expertos en provocar y facilitar con sus armas las segundas o enésimas oportunidades amorosas que pueden presentarse a esas alturas de la vida, deben estar alerta para atajar de forma inmediata los abundantes sobeteos, pulpeos y toqueteos fuera de lugar que suelen darse a esas edades. Como curiosidad, disponen de esencia de Viagra para poder untarla en la punta de sus flechas si llegado el caso lo consideran necesario y en los meses previos a las fiestas suelen realizan prácticas de entrenamiento y simulacros reales en los viajes primaverales del IMSERSO.
– Los Noctámbulos. Tropa de infantería. Formada por los Cupidos más salidos. Actúan por lo general desde poco antes de los Fuegos Artificiales hasta poco después del Encierro. Desarrollan su trabajo en las murallas, en parques como la Taconera, la Medialuna o la Vuelta del Castillo y en las demás zonas verdes y oscuras de la ciudad en las que abunde y predomine el follaje. De ahí su peculiar apariencia: tienen el pelo tenido de color verde, el pañal estampado de color camuflaje y el cuerpo completamente embadurnado de pintura marrón oscura para poder mimetizarse entre el terreno y van provistos de visores nocturnos, caro material de escalada y flechas láser de última generación. Rebañan por lo general sus flechas con esencia afrodisíaca y tienen que estar muy al loro para que todos los amores y enamoramientos fogosos e intensos que provoquen sean en todo momento consentidos y con la conformidad de ambas partes. Suelen colocar discretamente medios anticonceptivos cerca de los protagonistas para ser detonados oportunamente por las partes si así lo desean. Como curiosidad, tienen la obligación de llevar siempre encima su carnet profesional para no ser confundidos con voyeurs en caso de ser descubiertos, situación que se les ha presentado en más de una ocasión y les ha acarreado algún que otro problemilla.
( Continuará )………….