Archivo por días: 26 de diciembre de 2019


XI Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín

¡VIVA SAN FERMÍN!

Francisco José Botía Sánchez

Otro 10 de Octubre lejano a los años de los francos. Oier conducía el ganado bravo, vara en mano y p’alante hacia la Navarrería. Calzón de cuero y sandalia de esparto, blanca camisola y la pelliza parda, como pardo Bermejo el toro que se volvió. Lo encontró de frente, Oier olió la muerte, aunque otro hombre cobró la mortal cornada…
Un 7 de Julio, en el Siglo de las Letras. Fernando corría por Santo Domingo hacia el Castillo. Zaragüelles y calzón negro atado a la rodilla, blancas las calcetas, de lino blanco su camisa y negro Azabache la res que se le vino. Fernando pudo oír su expiración, más alguien paró con su cuerpo el arma del animal…
12 de Julio, antes de «El Viejo y el mar». Bill perseguido por la torada corría en Estafeta. Pantalón blanco y faja roja anudada a la izquierda, pañuelo rojo y blanca camisa, como blanco Ensabanado el marrajo que se giró. Bill vio los ojos de la muerte, mas otro hombre recogió en su abdomen el asta de la res…
6 de Julio, 12 de la mañana, otro Chupinazo. Nunca ha faltado a su fiesta, nadie le ha visto, pero siempre está ahí.
¡Viva San Fermín!
 

NO SOLO ES UN ENCIERRO.

Mikel Boyero Martin

Hoy estoy aquí en Pamplona, de regreso a la tierra de mis antepasados. A punto de correr mi primer encierro, sabiendo que no hay marcha atrás, que solo puedo ir hacia delante. Procurando llegar a salvo al final del trayecto, con la única protección de la bendición de un santo. Y recuerdo una historia que hace años mi padre me contó, acerca de como mi abuelo Fermin y su hermano Javier ,cuyos nombres eran los de los santos patronos de Navarra, debieron abandonar su hogar, su familia, sus vidas para huir de la miseria tras la guerra y la pobreza que les esperaba si se quedaban. Llevaron consigo una maleta con poca ropa,ínfimo dinero, un beso de su madre y la bendición de su padre. Ambos viajaron en completo silencio en un tren abarrotado, mirándose con caras de valentía que ocultaban ojos temerosos de su futuro. Solo se dijeron una cosa,se juraron que pasara lo que pasase continuarían hacia delante sin miedo y con valor. Y así quiero vivir yo.
Por eso corro hoy, pues un encierro no solo consiste en encerrar toros, sino que encierra una forma de vida.