XI Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín
SANFERMINES, UNA HISTORIA VITAL
Ignacio Ortiz De Andrés
Los Sanfermines siempre me parecieron una metáfora de la vida, desde cualquiera de las perspectivas en las que los he visto y vivido. A veces guarecido, otras delante, detrás o frente al peligro, correr sabiendo que hay un destino aunque tengamos que pararnos en ocasiones, detenernos a un lado. Me reconforta encomendarme a mi Santo, siempre necesitamos protección. Los cohetes que anuncian el encierro, puntuales, son una especie de despertador vital. Lo son. Siempre despertamos cada día a emociones nuevas, a suertes diferentes. Esa es nuestra vida, sentir lo nuestro, celebrar el recorrido, entender la fiesta que es cada minuto. Ver a multitudes disfrutar juntas, esperando el momento, unidas en el amor a las costumbres con sus maneras, es la muestra de que lo nuestro es algo único.
Más de una ocasión pienso que mis cumpleaños no son mi fecha de nacimiento, son mis Sanfermines que cuento y celebro cada 7 de julio. No pienso cuántos más años cumpliré, sino cuántos más encierros viviré. Hace mucho tiempo que ya no los corro, pero me he visto en mis hijos y ahora en mis nietos que lo hacen por mí. Puede que los sienta aún más si cabe. Qué sentimiento tan profundo.
¡Gora San Fermín!
SANFERMAN
Inma Sánchez Márques
Se escapa entre mis manos una copla y un cántico con la bota de vino cuarteada caminamos los mozos alborotados por el Paseo Valencia que luce engalanado. Estallido de alegría y reencuentros. Que bonita la charanga y las peñas… Y los almuercicos con el pulgar untado o de huevo y la chistorrica cayendo jugosa y melosa. Por no decir las verbenas Allí conocí a Fefa una bella moza de Falces. Aún estaba soñando cuando llamaron a la puerta. – Bonifacio despierta que vienen los Gigantes. Y la auxiliar me ayuda a levantarme y aunque ya anciano siento la misma emoción y el sudor sanferminero empapa las sábanas de esta cama articulada y la silla de ruedas no es impedimento porque me empuja la fiesta. Bonifacio se te olvida algo y le pongo el pañuelico bordado con el santo al retrato de Fefa. Por el pasillo mi biznieto Eneko que va a dejar el chupete. – Bravo Eneko. Es la magia de San Fermin. Esencia y Unión. Sentimiento intemporal que viaja por el tiempo. Así con amor y ternura como Bonifacio y Eneko unidos por un chupete una comparsa y una ilusión.