Archivo por días: 30 de marzo de 2020


XI Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín

11:59

David Gómez

Curiosamente el mejor vino del año se toma frío, en vaso de plástico, es de dudosa calidad y se degusta con el sol de cara.

Mientras doy un trago de pie sobre los adoquines que tanto conocen mis pasos y observo las trompetas doradas en el cielo. Alguien llama mi atención.

Un hombre mayor con arreglada barba y gorra me mira mientras sonríe. Le intento alcanzar pero la multitud me lo impide.

12:00 de la mañana. Un estruendo me saca de mi ensoñación. Dos lágrimas recorren mis mejillas y un año más un mundo alojado en unos pocos metros cuadrados encuentra la perfecta armonía.
 

EMOCIONORIA SANFERMINERA

Edurne Ansoain Martinez

La vida es una Noria. San Fermín la tiene. Una Noria de emociones que sentimos como nuestra vida durante los nueve días que dura la fiesta.
San Fermín es más que nueve días, es Pamplona los 365 días del año. Por lo tanto nuestra vida, con nuestras subidas y bajadas, gira en torno a San Fermín. Como si fuese nuestro 1 de Enero. Antes y Después.
Emocionario Sanferminero. Durante estos nueve días nuestras emociones estallan y van dándose paso las unas a las otras y gira y gira esta Emocio-Noria nuestra.
Anticipación. La Escalerica. Cada mes celebramos su esperada llegada. Y la noche previa al Chupinazo colocamos la ropa sobre la cama simulando nuestra propia imagen: pantalón, camiseta, faja roja en la cintura, y pañuelico rojo atado al cuello.
Alegría y Euforia a las 12 horas del día 6 al escuchar ese Viva/Gora San Fermín! Txis-Pum!
Miedo en los mozos tras cantar a San Fermin, corriendo delante de los toros.
Sorpresa cuando nos pilla Caravinagre echando un vermút con las joticas de fondo.
Música, Espectáculos, txarangas, fuegos artificiales. Una fiesta para todos. Amor por la diversidad.
Tristeza y Pobre de Mí.
Todas las Emociones.
Empieza un nuevo año, nuevos proyectos.
Noria Nueva. Vida Nueva. 


No sabíamos que éramos felices. 1

Aquí estamos, confinados un par de semanas más. Unos con dolor por perder un ser querido de una forma extraña, con el daño de no haberle podido acompañar en su ocaso. Otros en cambio, con la alegría por aquellos que se han recuperado y vuelven a la vida, extrañamente confinada. Muchos, con la seguridad de que lo superaremos y con la incertidumbre sobre nuestro futuro.  

Ya hemos comenzado a dibujar en nuestra mente momentos pasados, sencillos a los que no dábamos valor. He oído por ahí esa frase que define bastante bien la situación actual: “No sabíamos que éramos felices”.

También hemos comenzado a dibujar un futuro con líneas difuminadas, porque sabemos que el reloj no para. Debemos seguir hacia adelante. La vida continúa y seguiremos buscando esos momentos de felicidad para finalmente, difuminarlos en la rutina diaria.

Lo único que tenemos seguro es que hay que seguir buscando esa rutina y … ¡ya falta menos!