Archivo por meses: mayo 2020


Certamen Escalera Edición 4º peldaño

..LA EMOCIÓN

Iñaki Cía Gironés

¡Ya falta menos¡, desplegamos el pañuelo y en triángulo lo levantamos a la ventana de nuestros ojos para mirar adentro, a ese paisaje tan vivido. Y hacemos un viaje desde el inicio, por los recodos del camino. Sentiremos el primer cariño, la mano suave, el mejor cobijo. Veremos los campos de juegos desde donde parte nuestro destino.
Esfuerzo, libertad, amor, siempre recuerdo nunca olvido;
Pliegues de un pañuelo que evocan el primer beso vivido.
Sueños, palabras, trabajos, risas. Otros cobijos.
Sigue el camino con menos torrentes y más curvas con herradura; en sus orillas vamos dejando parte del equipaje, nunca baldío.
Callada alegría, tropiezos en el camino, sosiego y porfío.
Tristezas, alegría, miedos, siempre desafío.
Con los ojos del Kiliki miro a través de la ventana y veo un mar de pañuelos como en destellos que en la corriente vienen y van. Tantas vidas, tantas ilusiones, tantos recuerdos, aunados en ese océano de aplausos, de agradecimientos y de afectos poco expresados en esta tierra nuestra. Y el reloj de nuestro corazón con su rápido latir nos dice que ya está llegando la hora de que “la selecta emoción que toca nuestro espíritu y nuestro cuerpo”, está llegando. El cuerpo entero se eriza y ¡EXPLOTA¡..
 

CON EL PAÑUELICO EN LA MANO

Begoña Pro Uriarte

No soy de celebrar de manera especial los días de la escalerica, aunque siempre he tenido la sensación de vivir acompañada por un calendario invisible en el que voy tachando en rojo cada 1 de enero, cada 2 de febrero, cada 3 de marzo, cada 4 abril…
4 de abril…
Miro el calendario que tengo colgado en la pared, donde ahora tacho los días de confinamiento. Ya falta menos, me digo tras contar las veintiún aspas que sentencian mi reclusión. Sí, ya falta menos para que te pueda abrazar, para que compartamos el almuerzo, para que abramos juntos la botella de cava, para que veamos pasar a San Fermín por la calle Mayor.
Rebusco en la despensa esa botella de exquisito vino que formó parte del aguinaldo navideño. Luego voy al armario donde el pasado 15 de julio guardé mi pañuelico. La mano me tiembla al notar su contacto y ver el escudo de Pamplona bordado justo en el pico.
Sirvo dos copas. Brindo. Por ti y por mí. Cojo el pañuelico y me lo anudo, en tu honor, pero esta vez, tapando mi nariz y mi boca.
 


Certamen Escalera Edición 4º peldaño

SIENTO UN HORMIGUEO

Amaia Ambustegui Lapuerta

“¿Por dónde vamos ahora?” Habían dejado atrás una pronunciada cuesta, y el camino torcía ligeramente a la izquierda hacia una plaza desierta, tan desierta como todo lo recorrido desde que partieron. El silencio era avasallador; la reina tenía razón y la suya había sido una gran idea: aquella era la mejor época para hacer esa excursión. Llevaban años planeándola, fue siempre su ilusión, pero los riesgos eran grandes. No podían exponerse a perder efectivos, ya que siempre había sido una zona muy concurrida. Hacerlo de noche tampoco era una opción. Así que ahí estaban, cumpliendo un sueño, y juntas como la gran familia que eran. En cabeza, la reina las guiaba. Ni siquiera ella sabía por qué, de repente, ningún zapato amenazaba con acabar con la colonia. Era como si los humanos hubieran caído en un sueño eterno como el de la princesa del cuento.
“Ya estamos en la curva de Mercaderes”, anunció la reina. Las hormigas sonrieron y gritaron al unísono: ¡Ya falta menos!
 

ENCIERRO DE MANOS LIMPIAS

Soraya Geijo Uribe

Cada día se levanta y se ajusta el cinturón de su bata como se fajaba para los encierros. Se lava las manos y empieza su peregrinaje alborotado por el pasillo al mismo ritmo que su vecino, corredor como él, su ángel guardián aquel día ya lejano que el toro decidió encararlo. Al acabar se lava las manos y, con su pericia de sastre de toda la vida, va cortando la tela de la que le van naciendo mascarillas con cintas rojas, su particular homenaje a San Fermín. Se vuelve a lavar las manos y se aventura escaleras abajo hasta la farmacia de la esquina. Al llegar, otro lavado de manos antes de lanzarse sobre su móvil para saber de los suyos. Ya a las ocho, con las manos bien lavadas de nuevo, que no decaiga la dermatitis: aplausos compartidos. ¡Ya falta menos!  


Certamen Escalera Edición 4º peldaño

LA GRAN DUDA

Santiago Urtubia Cabezon

LA GRAN DUDA

Maldita sea!!!.
Esta arruga no quiere salir y ya es la quinta vez que lo plancho.
Mamá lo hacía tan fácil…
Total, tampoco tengo mucho que hacer en todo el día. Está lloviendo y la calle sigue igual de vacía que hace veinte minutos.
Creo que ahora sí que ha quedado bien .
¿Que hago?.
¿Lo guardo, o me lo ato al cuello y salgo al balcón a gritar que “Ya falta menos?.
 

JARDÍN

Remisson Aniceto

Acerquémonos, pues, querida,
en medio del camino,
soñando nuevos y viejos sueños,
que todavía ellos –los sueños–
no tienen edad …
Seamos niños en un jardín de rosas
porque quiero quedarme contigo en la tierra
y dar gloria a las otras flores
más pequeñas que tú, querida
y menos bellas.
¡Gloria a ti, Rosa!
Quiero sentir tu perfume,
acariciar tus ramas
y poco a poco llenar
de besos tus hermosos pétalos,
tus ojos, tu pelo,
tu cuerpo,
mi refugio…
Tú y yo,
un jardín de sueños
donde me alimento alimento alimento
con tu aroma de sol y de luna
en el rocío de la mañana…
Y contigo son dulces mis días y mis noches,
dulce mi vida.
¿Sueño?
¿Y por qué, Dios mío, este sueño,
como muchos otros
y para mi mayor gloria,
no puede convertirse en realidad?

 


Certamen Escalera Edición 4º peldaño

YA FALTA MENOS

Ricardo Badenes Velasco

YA FALTA MENOS
No sabemos cuándo ni cómo será, pero hay dos cosicas que sí podemos asegurar. La primera, que “YA FALTA MENOS”, y la segunda, que este año, SÍ O SÍ, HABRÁ SANFERMINES. ¿Cuándo?, no lo podemos saber. Yo apostaría que en San Fermín chiquito. Ahora bien, en lo que sí estamos todos de acuerdo es que serán los Sanfermines más maravillosos, especiales y esperados de nuestras vidas. Saborearemos cada vinico, cada pincho, cada reencuentro con los amigos, cada nota de las Dianas o del Riau Riau, cada paso de la procesión, cada canto allá en Santo Domingo, cada segundo del encierro, de la corrida, del desfile de peñas, cada abrazo. ¡Ay los abrazos! ¡Cómo los echamos de menos todos! ¿A que sí?. Ahora que estáis en los hospitales, pensad en el momento del cohete, en cómo vais, cómo vamos, a tener los corazones cuando se abran las puertas del balcón del Ayuntamiento y estén a punto de dar las 12 del mediodía del día X. ¡Ya te he arrancado una sonrisa!, ¡mira que bien!. ¿Que ha sido una lágrima?. Tampoco pasa nada. Esa lágrima, con nuestro santo morenico en el pensamiento es, como decía el padre Madurga, “de las que sanan”.
¡¡¡¡¡¡¡Viva 

50 VERANOS

Isabel Irigaray Izurdiaga

Hola amigos y amigas porque así os llamo aunque no os conozca. Nací un 23 de febrero del año 40. Con mis 80 años me siento que tengo sólo 50 veranos. Mi suerte es tener una experiencia vital que me indica inexorablemente que la juventud es una enfermedad que se pasa con el tiempo. Haciendo un repaso de lo vivido, encuentro que ahora estamos viviendo una nueva etapa que debe estar presidida por la sabiduría, la calma, la esperanza, el querer vivir, la ilusión y el amor. Todo esto es fundamental. Por eso os invito y me invito a mí misma también a dejar esa pesada mochila que cada persona llevamos, aunque resulte difícil, y caminar ligeros de equipaje. Vivir desde lo esencial, con la necesidad de amar y ser amados como bandera. Será, sin duda, la mejor medicina. Cuidarnos, cuidar, cuidarse, cuidaros.
Suerte para todas y todos. Para el personal sanitario, felicidades por el trabajo que realizáis. Aplausos para todos y todas.
¡Gracias, ánimo y fuerza que ya falta menos!