Archivo por días: 9 de septiembre de 2020


XII Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín

ISLERO

Jabo H. Pizarroso

Le puse así, porque ese era el nombre del toro que acabó con Manolete. Él no lo sabrá nunca. Islero siempre fue y será un buen perro. Yo siempre he corrido desde un poco más alante de la curva de Mercaderes con Estafeta hasta Telefónica. Va para veinte años ya. Pero este año va a ser difícil.
Cuando todo pintaba tan mal y estábamos en casa con miedo al virus de los murciélagos, encerrados, yo seguí entrenando. Y pensé en Islero. Nos hemos pasado el confinamiento viendo en you tube todos los vídeos que hay del encierro.
Le señalaba a los toros y le decía, mira, Islero, este eres tú, o este, o este que se acaba de descolgar de la manada. Islero me escuchaba como si fuera humano. Incluso hacía hacía derrotes con su cabeza, con ánimo de cornear a corredores invisibles.
Creo que lo va a conseguir. En la fase dos salí a correr con él y le puse cascos para que escuchara el sonido del encierro mientras corríamos. Ahora espero como loco el día. Me da igual. Pero el 7 de julio me pondré en Mercaderes con Islero. Él ya lo sabe. Y Paulov también. Llegaremos hasta Telefónica.  

LA PUNTILLA

Purificación Ruiz Gómez

¿Qué como celebramos ese año los Sanfermines en plena pandemia?
Pues hubo un poco de todo. Unos, con chupinazos desde los balcones. Otros, compartiendo los encierros cada día en videollamada a través de una de las plataformas de moda, con carreras limpias y rápidas por los respectivos pasillos de las casas. Los más frikis y creativos diseñaron videojuegos, donde cada cual podía elegir un corredor de élite entre un grupo diverso de mozos y mozas, para lanzarse delante de la manada. Y todos con el atuendo sanferminero, claro.
Pero dice la leyenda que los más osados hasta se atrevieron a colocar el pañuelico rojo al coronavirus, que lo soltaron en la calle de la Estafeta para luego torearlo y darle la puntilla, aunque se piensa que antes de llegar a la plaza pereció pisoteado y viajó a Nueva York en la suela de un turista norteamericano. Y será leyenda, o casualidad, pero lo cierto es que desde ese momento ya no hubo más contagios en Pamplona.