Archivo por días: 25 de septiembre de 2020


XII Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín

PROMOVERLO

Felix Pacheco Granados

Su retiro era inminente: no le habían preocupado las tres cornadas recibidas anteriormente, pero la última de Almería lo había lisiado. En la plaza de Sevilla se despediría.
Él, un gran matador, no había ido nunca a las ferminadas de Pamplona. Pero ahora estaba ahí. Hermosos toros llevaban al encierro y valientes esos chavales… pero, ¡ese toro enorme la ha cogido contra ese chico!, ¡lo va a cornear en el suelo!
Arrebató la mantilla a esa señora y se enfrentó al toro:
-¡Eh, toro estúpido! A mí, ataca… -le decía mientras le daba mantillazos en el hocico.
El toro dejó al chico y lo embistió a él, quien elegantemente, a pesar de su cojera, le dio un pase… y otro… y otro…
La multitud, enardecida, no cesaba de repetir ¡olé! ¡olé! ¡olé!
Un anciano le lanzó un estoque.
-¡Toma, aprendiz de torero! ¡Culmina tu faena!
Con la destreza de siempre, cumplió lo pedido por el anciano.
Un periodista, con su camarógrafo, que había captado toda la escena se le acercó micrófono en mano:
– ¡Mataor, te ganaste la alternativa! ¡Te voy a promover!
– ¡Gracias, pero esta es mi penúltima vez! ¡Nos vemos en Sevilla dentro de once días!

 

LA CICATRIZ

Josefa García Pastor

¿Existe el amor de una noche de verano? Existe.

En la plaza del Castillo lo encontré sentado en un escalón con un pote en la mano. Me ofreció la bebida y sus labios, y con los dos me emborraché de un gusto ignoto.

En el parque de la Taconera nos perdimos para encontrarnos. No nos dijimos ni los nombres, solo dejamos hablar a nuestros cuerpos que estaban ávidos de conversación.

El rocío del amanecer nos pilló tumbados en la hierba, me abrigó con su pañuelo rojo. Ató un lazo a mi cuello que sigue anudado.

Te dedico la carrera, me susurró y metió su lengua en mi oreja provocándome un escalofrío. Otro más profundo me recorrió las entrañas cuando lo vi caer frente a mí.

Esa cicatriz, que se llevó por mirarme mientras corría delante del toro, la acaricio cada de vez que desde el salón de nuestra casa vemos correr a los toros por la calle de la Estafeta, y de eso hace ya cuarenta años.